PENURIA EN LO
ORDINARIO Y SANGRANTE DESPILFARRO EN LO EXTRAORDINARIO
Veíamos en el “post”
anterior que nuestra litigiosidad no aumentaba ni aumenta, sino que disminuye, seguramente a
causa del agravamiento de la crisis económica. Pero señalábamos que la duración
promedio de los procesos sí aumentaba y aumenta y no poco, en algunos ámbitos muy importantes.
Me parece haber
encontrado una explicación o, cuando menos, una pista del por qué de ese
fenómeno, que resulta más extraño si se considera que en 2010 el Presupuesto de
la Administración de Justicia, en la parte del Estado central o PGE (parte que
ronda, sin alcanzarlo nunca, desde hace años, el 50%: el resto lo ponen las
Comunidades Autónomas) aumentó un 13,77% (cuando esto escribo, en enero de
2012, no se sabe aún el total presupuestado para la Justicia en 2010:
¡transparencias españolas!). La pista o más que eso se encuentra en unos
cuantos párrafos del texto “Modernización
de la justicia: un presupuesto de futuro”, publicado en Presupuesto
y Gasto Público, núm. 58/2010,
págs. 29-38, Secretaría General de Presupuestos y Gastos, © 2010, Instituto de
Estudios Fiscales. Un texto del que es autor Juan Carlos CAMPOS MORENO,
a la sazón Secretario de Estado de
Justicia del Ministerio de Justicia.
Me parece que, en vez de tratar de resumirlo, reproduciré los párrafos,
permitiéndome subrayar lo más significativo y alguna breve interpolación.
“El presupuesto del Ministerio de Justicia para 2010 asciende a 1.804,82
millones de euros lo que supone un incremento del 13,77% sobre el ejercicio
anterior en términos homogéneos, esto es, descontando las transferencias a la
Comunidad Autónoma del Principado de Asturias efectuadas en 2009 y que se
corresponden con 32,78 millones euros.”
“Este destacable incremento de los créditos presupuestarios del
Ministerio de Justicia cobra mayor relevancia dado el actual contexto
económico, que obliga a una drástica contención del gasto público. Sin embargo,
la austeridad no resulta incompatible con la ambición de acometer la
inaplazable reforma de la Justicia. A fin de combinar austeridad y ambición,
se han reorganizado las partidas de gasto de manera que el presupuesto del
Ministerio de Justicia responde a dos características fundamentales: austeridad
en gastos corrientes y de servicios y, al mismo tiempo, especialización
y concentración de los créditos en las actuaciones de modernización de la
administración de justicia.
“A lo largo de las distintas partidas de gasto queda patente el esfuerzo
de contención en los gastos corrientes en bienes y servicios. La actual
coyuntura económica ha exigido reducir los gastos no productivos y aumentar
los destinados a inversiones. Así y tomando en consideración la
clasificación económica del gasto, el capítulo 2 disminuye sus dotaciones en un
1,32% respecto al año precedente. La misma situación económica es la que
explica, por otra parte, el incremento del 5,21% en transferencias corrientes,
al aumentar los servicios de Asistencia Jurídica Gratuita, por la mayor
litigiosidad que se está produciendo [AOS: Obviamente, el Sr. Campos Moreno no se enteraba de la realidad de la
Justicia: ya hacía un año al menos que la litigiosidad estaba siendo menor, no
mayor]. Se trata, por tanto, de un presupuesto que refleja el
impacto que tiene la actual crisis económica en la administración de justicia.”
Y ahora viene lo más sustancioso y significativo. Ahora se explica en qué
se han gastado los dineros de más, mientras se reducían los gastos corrientes
en bienes y servicios, llamados “gastos no productivos”. Ahora veremos las “inversiones”, “las
actuaciones de modernización de la Administración de Justicia” (minúsculas en
el original de CAMPOS MORENO). No pierdan palabra, porque la explicación, sin
duda de buena fe, no tiene desperdicio, aunque el dinero sí se haya
desperdiciado.
“De otro lado -prosigue CAMPOS MORENO-, la clasificación económica del
presupuesto de Justicia refleja la concentración del incremento presupuestario
(218 millones de euros) en los distintos elementos del Plan Estratégico de
Modernización. En primer lugar, se destinan 151,59 millones de euros a
conseguir una Justicia tecnológicamente avanzada. Esta parte del presupuesto se
dirige a Modernización de la justicia: aquellas actuaciones tendentes a
facilitar y agilizar los trámites y notificaciones, mejorar el acceso de
los ciudadanos a la información y, sobre todo, favorecer la interoperabilidad
entre todos los operadores jurídicos, los ciudadanos, y las
Administraciones Públicas. De manera paralela, estas actuaciones permiten
situar al Ministerio de Justicia como una institución de innovación y
excelencia tecnológica. Esta característica del Ministerio es lo que ha
permitido que ha permitido desarrollar importantes sistemas de gestión procesal
(Minerva y Minerva-NOJ) o de intercambio telemático (LexNET). En esta línea,
otro importante instrumento es el Sistema Integrado de Registros
Administrativos de Apoyo a la Actividad Judicial (SIRAJ). Este sistema se puso
en marcha en febrero de 2009 e incluye todos los registros centrales, como el
Registro Central de Penados, el Registro Central para la Protección de las
Víctimas de la Violencia Doméstica, el Registro de Central de Medidas
Cautelares, el sistema de Intercambio de Antecedentes penales europeo (Network
Judicial Register) y el Registro de Rebeldes Civiles. El incremento
presupuestario previsto para 2010 permitirá asimismo consolidar todos estos
proyectos a partir del esquema judicial de interoperabilidad y seguridad
(EJIS).”
“En segundo lugar, el presupuesto permite implantar una nueva
organización judicial a través de una gestión más racional de los recursos
personales de la administración de justicia. A este respecto, se prevén
créditos por 34,66 millones de euros para la implantación de la nueva
oficina judicial (NOJ). La NOJ contará con nuevos medios de
telecomunicaciones (salas de vista con sistemas de grabación audiovisual y
sistemas de videoconferencias). Además, la implantación de la Nueva Oficina
Judicial constituirá un motor del cambio en el proceso de modernización de la
administración de justicia al concentrar la triple transformación que operarán
las leyes procesales (organizativa, técnica y de distribución de competencias).”
“En tercer lugar, uno de los elementos estratégicos para la modernización
y mejora de la eficacia de la administración de justicia es el desarrollo de
un Nuevo Mapa Judicial. Con una dotación de 48,47 millones de euros,
se procederá a la creación de 200 nuevas unidades judiciales, 50 de
las cuáles corresponderán a la nueva figura de los jueces de adscripción
territorial.”
“También se convocarán en 2010 hasta 250 plazas para jueces,
150 para fiscales y 260 para secretarios judiciales. Además de la
creación de unidades judiciales y de la convocatoria de nuevas plazas de
jueces, fiscales y secretarios judiciales, buena parte de los esfuerzos se
dirigirán a establecer las bases para una nueva demarcación y planta judicial
que adapte el mapa judicial a los cambios experimentados por la sociedad
española.”
“Otro elemento estratégico con el consiguiente reflejo en los
presupuestos es la potenciación de los gastos en infraestructuras. Con un
crédito para 2010 que alcanza los 72,3 millones de euros, y que
representa un incremento interanual de 15,2 millones de euros, se desarrollarán
actuaciones dirigidas a la construcción, rehabilitación y equipamiento de
edificios de sedes de órganos judiciales, registros civiles y servicios comunes,
así como la supresión de las barreras arquitectónicas. A esta última finalidad
se destinan 1,35 millones de euros.”
Leídos con atención los párrafos precedentes, parece bastante claro lo sucedido. Trataré de resumirlo con claridad y la consiguiente e inevitable
crudeza: hubo -y sigue habiendo- menos recursos aún para el funcionamiento
ordinario de la Administración de Justicia y se malgastó la parte del león del
incremento presupuestarios en objetivos que sonaban muy modennos, pero que no se consiguieron, sino que
cooperaron a una situación de muy serio empeoramiento y, en no pocos casos, de
desastre. Vean una expresiva fotografía, publicada hace poco en un periódico de
ámbito nacional:
Por si no leen bien en la foto lo que dice el cartel es esto: “DEBIDO AL RECORTE DE PERSONAL QUE HA PADECIDO
ESTE JUZGADO, EL TIEMPO DE RESPUESTA DE LOS PROCEDIMIENTOS SE HA ALARGADO”. Se dilapidaron 151’99 millones de euros, porque no funciona Minerva ni
Minerva-NOJ y no funciona el SIRAJ, al menos no como lo presentaba CAMPOS
MORENO. Tampoco funciona en absoluto la informatización del Registro Civil Central,
de lo que se mostraba máximamente orgulloso el ya ex-Ministro Sr. Caamaño
cuando cedía los bártulos a Sr. Ruiz Gallardón. Se fue mintiendo
descaradamente, como mentía cuando empezó. Y se desperdiciaron otros 34’66 millones
de euros para la implantación de la NOJ. Es nada menos que su gran valedor, el
Consejo General del Poder Judicial, el que tiene pedida formalmente la suspensión de la NOJ, en el sentido de no seguir “implantando” en más ámbitos
territoriales la combinación de software y protocolos.
No sé qué ha podido ser del Nuevo Mapa Judicial, pero, si me atengo a la
falta de noticias al respecto (cuando han proliferado las noticias simplemente falsas
sobre el comienzo de esto y de lo otro, que no comenzaban), me inclino a pensar
que no ha habido nada de nada. Que cualquier lector más enterado tenga a bien
informarnos, por favor, así como sobre la
convocatoria en 2010 de 250 plazas para jueces, 150 para fiscales y 260
para Secretarios. En cuanto a los 72’3 millones para “construcción,
rehabilitación y equipamiento de edificios de sedes de órganos judiciales,
registros civiles y servicios comunes”, no me parece que este concreto esfuerzo
presupuestario, si es que el presupuesto ha sido realizado, haya redundado en
una mejoría medianamente visible de las sedes judiciales.
Lo que ha habido son dos hechos. El primero ha sido un aumento de la
duración promedio de los procesos, especialmente importante en “gestiones” tales
como notificaciones (21%), embargos (17,6%) y lanzamientos
(13’3%), todas ellas atribuidas a la Nueva Oficina Judicial
(NOJ). El segundo hecho es que una serie de empresas, subcontratistas casi
todas de RED.es, se han embolsado unos 200 millones de euros, por un pésimo
trabajo de software (lo aclaro sobre todo para lectores no españoles, no vayan a pensar que había que llenar de ordenadores los Juzgados, Audiencias y Tribunales de España). El de esas empresas no ha sido un trabajo deficiente, muy mejorable, no: ha sido un trabajo pésimo:
entorpecedor, retardatario, objetivamente saboteador, por así decirlo.
Podemos y debemos exigir que se investigue a quiénes, cómo y por qué se
adjudicaron los contratos de informatización fracasados, así como los contratos
de los “animadores” de “implementación” de la NOJ y otros adelantados
igualmente fracasados como los de “cita previa”, que han hecho disminuir la
entrega de certificaciones en más de un 50 % respecto. No es que queramos hacer
sangre. Es que toda una orientación -aunque pienso que equivocada, porque los
gastos corrientes no debieron recortarse, que ya eran escasos- de
funcionamiento de la Justicia española ha resultado una burla sangrienta con el
super-fiasco de la informatización judicial. No es sangre lo que deseo: es
justicia, es responsabilidad. Quienes cometen errores de tanta magnitud e
importancia no pueden, ante todo, resultar desconocidos y, después lucrarse
tranquilamente con el dañino pseudo-trabajo que han hecho.
Desde luego, el relevo gubernamental no excusa esta tarea de pedir
cuentas y exigir que se rindan al detalle. Entre otras cosas, porque se corre
el peligro de que las cosas torcidas -y gravemente torcidas, con perjuicio de muchos
miles de personas- no se enderecen e incluso se retuerzan y empeoren más.
4 comentarios:
Estimado profesor de la Oliva:
La convocatoria de 2011 para jueces y fiscales (actualmente en curso) ha sido de 250 para jueces y 150 para fiscales.
La de Secretarios para el año 2011 (sigue en curso también) ha sido de 300 plazas (150 para promoción interna y 150 para libre).
La convocatoria de este año para ambos cuerpos (o mejor dicho, para el cuerpo y para el poder) pinta diferente. 50 plazas para jueces (y esta semana sabremos cuántas para fiscales) y 148 para secretarios (74 promoción libre- 74 promoción interna).
En cualquier caso, permítame decir que el número de plazas resulta casi indiferente, por la cantidad de las mismas que quedan sin cubrir. Por lo visto los opositores de ahora somos mucho menos espabilados que los de tiempos pretéritos. :)
Reciba un cordial saludo de alguien que maneja sus manuales de derecho procesal habitualmente.
Estimado Prof. de la Oliva,
me pregunto si sigue de cerca (me imagino que sí) el "caso Urdangarín" y si tiene pensado, aunque sea desde un punto de vista procesalista, publicar algunos comentarios del tema.
Me interesaría saber su opinión al respecto.
Saludos,
J
Respuesta a J., anónimo: del "caso Urdangarín" no tengo más conocimientos que los de cualquier lector de prensa. Nada, ahora, para opinar como procesalista. La única resolución judicial conocida no dice nada del caso, salvo a quienes se imputa y se cita. Por el momento, me interesa más la dimensión política del asunto que la procesal y, en general, no suelo hacer seguimientos de los "seguimientos" periodísticos de casos penales. Sólo leo las resoluciones judiciales que, con cierta frecuencia, se reproducen en PDF. Seguir por la prensa los casos penales más mediáticos requiere mucho tiempo y nunca estás seguro de disponer de datos completos.
Desde el punto de vista político, en sentido amplio, no descarto comentar el "caso Urdangarín".
Aprovecho la ocasión para recordar que NO PUEDO NO CUMPLIR LAS NORMAS DE ESTE "BLOG" SIN CONTRADECIRME INCONGRUENTEMENTE. POR ESO, NO PUBLICO COMENTARIOS ANÓNIMOS. He hecho esta excepción porque se trataba de una mera pregunta y me interesaba recordar la regla. El comentario que aparece suprimido no lo fue por su contenido, sino por ser anónimo. Como blogger.com no permite ahora leer el comentario completo y cerciorarse de si al final aparece una firma o no, ruego identificación, con nombre o "nickname" o "alias" conocido, al principio del comentario. De lo contrario, no tengo más remedio que publicarlo para leerlo entero y comprobar si es anónimo. Si lo es, lo suprimo, pero se presta a equívocos lo de la supresión. Si es anónimo, lo lógico no es suprimirlo, sino no publicarlo.
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