NI FRANCESES NI
ESPAÑOLES PADECEMOS DELIRIOS QUERULANTES
COLECTIVOS
(O LA MURGA MENDAZ DE LA LITIGIOSIDAD EXPONENCIALMENTE CRECIENTE)
Un amable e ilustrado lector de este “blog” me ha
hecho caer en la cuenta de que la Exposición de Motivos de la malhadada y mal
denominada Ley 37/2011, de medidas
de agilización procesal, que
mejor debiera llamarse de reducción de la tutela judicial, se atreve a
afirmar lo siguiente: “Los datos estadísticos más recientes sobre entrada de
asuntos en nuestros tribunales acreditan que en los últimos tiempos se ha
producido una subida exponencial de la litigiosidad. Así, el número de
asuntos ingresados en todas las jurisdicciones durante el año 2009 ha tenido un
crecimiento cercano al 33 % con relación al número de asuntos ingresados 10
años antes. En algunos órdenes jurisdiccionales el volumen de entrada ha sido
especialmente intenso, como en el civil, que ha doblado la entrada de asuntos
en esa misma década.” Ya sabemos, por “entradas” anteriores de este “post”,
la falsedad de esas frases, en las que, además, el mendaz aumento en un solo
año, el 2009, es situado a la par del incremento en una década, que
no ha sido constante, sino interrumpido (el incremento existió únicamente hasta
el 2008) y que no ha sido, por supuesto, exponencial (hagan el favor los
redactores de papeles oficiales, cuando utilizan
conceptos matemáticos, de no decir majaderías detectables incluso por los que hicimos Bachillerato de "Letras").
En todo caso y con independencia de mentir o
hablar sin saber, ¡nuestros dirigentes
están pesadísimos con lo de la litigiosidad en España! Estar dando la tabarra
con el exceso de litigiosidad es como si nos riñeran cada dos por tres por el
número excesivo de españolitos acatarrados o por el escaso número de
españolitos que pasean. En países de ambiente tristón (poca luz, poco sol,
mucha lluvia), a los políticos les puede preocupar el número de suicidios, pero
no riñen a la gente por no estar más animada. No seré yo quien censure que nuestros dirigentes se preocupen por fenómenos preocupantes, pero cuando no hay preocupación por las causas de un fenómeno no hay preocupación verdadera, sino simple vagancia,
que precede a la demagogia.
Si hay libertad para deambular, cada cual
deambula o se queda quieto a su libre arbitrio. Unos sestean o se arriman a la
mesa camilla y otros hacen footing, trekking, senderismo, puenting o siesting, según les brota. Pues si hay derecho a la tutela judicial efectiva y, por fortuna, los costes no
son prohibitivos, los que quieren litigar, litigan (de ordinario, porque necesitan esa tutela). Si
en el pack del Estado dizque moderno está
incluida la Administración de Justicia, los que consideran que la necesitan,
acuden a los Juzgados y Tribunales. Del mismo modo que utilizamos la red viaria
para circular o el sistema sanitario para recibir asistencia médica.
Que los representantes del Estado se estén
quejando a todas horas del número de pleitos es como si a todas horas se
quejasen del número de enfermos, del número de calvos, del número de paseantes
o del número de sedentes. Cuando nuestros dirigentes vean situaciones extrañas,
investiguen las causas, insisto, pero no hablen como si dieran por sentado que la gente pleitea
por gusto morboso (son muy pocos los que así lo hacen). Si en los Juzgados y Tribunales
regalasen una TV de 40 pulgadas Full-HD por cada demanda o por cada recurso, el
Ministro de Justicia debería plantearse, desde luego, eliminar una tal campaña
de estímulo de la litigiosidad. Pero esos regalitos no los hacen más que las
entidades financieras si les llevas la nómina y si, además, tienen un “stock”
de televisores atrasados de 26 pulgadas. Aquí ni siquiera hay bandejitas con
caramelos en los Juzgados y Tribunales y, como ya dije en el “post” anterior,
desde el 2002 no han dejado nuestros gobernantes de encarecer y desestimular la
litigiosidad, con la que recaudan unos cuantos millones de euros (cifras
completas inaccesibles). Así que, con la litigiosidad, señores gobernantes,
menos llorar y más currar. La buena
Justicia reduce los pleitos.
Nunca se ha dicho que en España se litigue por
vicio (en alguna región, antaño, podía darse, ya no). El “delirio querulante”, denominación
tradicional y aún vigente de patologías psiquiátricas relacionadas con pleitos
o querellas (hay obsesión, neurosis, paranoia, etc.) no es una enfermedad
extendida en España. Y tampoco hay una manía
querulante generalizada. Aquí impera, más bien, el conocimiento y la aceptación
generales de la maldición gitana (“pleitos tengas, y los ganes”) y se
reconoce la sabiduría del dicho popular “más
vale un mal arreglo que un buen pleito”.
En España, la Justicia, aunque su coste no sea disuasorio
en grado superlativo (como lo es en países demasiado rendidamente admirados y
demasiado imitados por nosotros), tampoco sale gratis, ni siquiera a los que
puedan acogerse al llamado “derecho a la justicia gratuita”. A los españolitos litigantes
-no a las Administraciones públicas demandadas ni al Estado cuando acusa- les
puede salir por un congo emprender un
pleito temerario o, lo que es peor aún, pleitear y perder, aunque las pretensiones no
sean temerarias, porque si pierden, pagan las costas del contrario. De manera
que, en todo caso, no descarten nuestros dirigentes que las estadísticas de
asuntos judiciales estén infladas por algún motivo, Descarten, eso sí, que puedan ser los litigantes quienes las inflen.
FRANCIA Y ESPAÑA
Dicho todo lo anterior, vuelvo al breve discurso
del nuevo Ministro de Justicia, el 3 de enero de 2012, transcrito parcialmente
en el “post” anterior. No sé de dónde ha sacado el Sr. Ruiz Gallardón lo
de los menos de seis millones de asuntos
en Francia en el 2010 frente a los más
de nueve millones en España el mismo año. Esto último es cierto, pero a mí
no me salen esas cuentas francesas consultando los datos que ofrece el Institut National de la Statistique et des
Études Économiques (INSEE), donde el cuadro de la “Activité judiciare en 2010” arrojaría una cifra de cerca de 14
millones de asuntos resueltos, sin contar la ejecución
forzosa. Se dirá, quizá, que en esa cifra se incluyen 10 millones ciento
cincuenta y tres mil novecientos y pico asuntos relativos a multas de tráfico.
Es verdad: pero no soy yo quien los incluye en la actividad judicial en 2010, sino la República Francesa, quizá porque
las multas pueden ser recurridas y los
recursos resueltos por lo que esa República considera un juez. En todo caso,
¿quiénes somos el Sr. Ruiz Gallardón y yo para discutir las cifras de “la France”? Sin esos asuntos judiciales
pequeños en Francia, no es que los procedimientos judiciales no habrían
superado los seis millones: es que no habrían llegado ni a cinco millones, siempre
conforme al INSEE, que omite los datos de asuntos iniciados, que son los
que realmente miden la litigiosidad. Si quieren, vean por Vds. mismos el
cuadro:
http://www.justice.gouv.fr/budget-et-statistiques-10054/
y, más concretamente: http://www.justice.gouv.fr/_telechargement/doc/Les_chiffres_cles_du_Ministere_de_la_Justice.pdf
Los franceses litigan menos
que los españoles (¿o quizá tienen menos oportunidades de tutela jurisdiccional
propiamente dicha?), pero como ejemplo de que no existe el “gap” trompeteado
por el Sr. Ruiz Gallardón, hay unas cifras indiscutibles, las relativas
a la Justicia civil. Los asuntos civiles nuevos, en Francia, en 2010 fueron 2.780.062.
Los asuntos civiles nuevos, en España, ese mismo año, fueron 1.984.098. Un 28’64 % menos en España que
en Francia, siendo la población española un 38’47 por ciento
inferior a la francesa, según las cifras redondas de 65 millones
(Francia) y 46 millones (España). Habría, sí, un porcentaje de litigiosidad
civil en España algo superior al de Francia, pero en absoluto tan tremendo como
el afirmado por el Sr. Ruiz Gallardón. Por cierto que en la resolución de
los asuntos civiles estaríamos muy a la par: en Francia resolvieron en 2010
2.673.131 asuntos (entraron, recuerdo, 2.780.062) y en España 1.901.040
(entraron 1.984.098).
Pero conviene comparar otros
datos. Sólo dos: los “recursos humanos” y los dineros. Veamos, primero, los “efectivos”
humanos totales de la Justicia en Francia y España.
Francia 2010: Effectifs
budgétaires 2010 en équivalent temps plein: 73.594 Agents
España 2010: 56.188 [total, según plantillas, de Jueces y Magistrados
(4.984), Fiscales (2.307), Secretarios (4.115), Médicos forenses (1.035),
Cuerpo Gestión Procesal (13.715), Cuerpo de Tramitación procesal (20.842), Cuerpo de Auxilio Judicial (9.190). Es un
76’34 % del personal francés, cuando la población española es sólo un 61’53 %
de la francesa, de manera que cada 100.000 españoles tocamos a más servidores
de la Justicia que cada 100.000 franceses. Con todo, el plus francés absoluto del 22’66 % no es desdeñable, sobre
todo cuando de economías de escala se trata.
[Los datos sobre España se obtienen de las
Memorias anuales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y de otros
documentos del mismo CGPJ:
Por último, comparemos los recursos
económicos dedicados por España y Francia a la Justicia:
ESPAÑA:
Presupuesto total nacional
2008: 3.411.588.887
€ (incluyendo CGPJ y Ministerio). De ese total, la aportación total de las
Comunidades Autónomas a los Juzgados y Tribunales fue de 1.943.680.437 €
Presupuesto total nacional
2009: 3.558.073.830
€ (incluyendo CGPJ y Ministerio. Aportación de las CC.AA.: 2.005.637.900
€.
Presupuesto total nacional
2010: 3.867.828.013
(incluyendo CGPJ y Ministerio). Aportación de las CC.AA.: 2.159.843.103
Curiosísimamente, en un
documento del mismo organismo (el CGPJ) del que proceden los demás datos,
documento que consiste en una presentación resumida en power point del
documento “La Justicia, dato a dato. 2010”, no en la versión extensa del
documento del mismo título, se ofrece la cifra total de 4.056.870.049
euros. Lógicamente, nos fiaremos de la versión oficial.
Presupuesto total nacional
2011: no hay
cifras disponibles.
FRANCIA:
Presupuesto 2008: 6.497.010.000
€
Presupuesto 2009: 6.632.130.000
€
Presupuesto 2010: 6.840.000.000 €
Presupuesto 2011:
7.140.000.000 €
Las diferencias son elocuentes a simple vista. Pero si comparamos los presupuestos del año 2009, veremos que el presupuesto para Justicia en España es un 56’54% del de Francia o, dicho de otro modo, un 44’46 % inferior al de Francia, siendo la población española, como ya hemos dicho, sólo un 38’47 % inferior a la francesa. Francia, en términos absolutos y en términos relativos, dedica más dinero a su Justicia que España a la suya.
O sea, que a lo dicho: a no
llorar ni quejarse más de la litigiosidad y a afrontarla mejor. Porque en todo
litigio de cualquier tipo -no sólo en los penales y en los de familia- hay
vidas humanas en juego. Y eso es más claro y más importante que una
“competitividad” difícil de definir y, de hecho, no definida.
ANEXO
LA JUSTICE CIVILE
Affaires nouvelles en 2010: 2.780. 062
[Affaires terminées en 2010: 2. 673. 131]LA JUSTICE PENALE
Activité des parquets en 2010:
Procès-verbaux reçus 4.966.994
dont auteur inconnu 2 870 645
[Affaires traitées 4 502 364]
[Décisions rendues en 2010 par les juridictions pénales [hors amendes forfaitaires majorées]: 1.173 242]
Activité des juges
d’instruction en 2010
Affaires nouvelles: 18 819LA JUSTICE DES MINEURS
Mineurs en danger en 2010
Activité des juges des enfants 2010 Mineurs en danger dont le juge des enfants a été saisi: 101.041
Mineurs délinquants en 2010
Activité des parquets concernant les mineurs
Affaires traitées: 173.000
Activité des juridictions administratives en 2010
Conseil d’État: 9.374
Cours administratives d’appel: 27.408
Tribunaux administratifs: 175. 377
7 comentarios:
Profesor de la Oliva:
si la litigiosidad en España ha disminuido los ultimos años como muy bien ha contado
¿porque duran más los procesos que antes?
¿no tendría que ser al contrario o al menos igual que antes?
Saludos
Manuel Rodriguez
Los procesos duran más, me parece, a causa del desorden interno de los órganos jurisdiccionales. He hablado de eso a propósito del "colapso en los juzgados" y de la NOJ, la Nueva Oficina Judicial.
Pinche en las etiquetas correspondientes y encontrará bastante material. Saludos.
Tomo buena nota y me pasare por esas entradas para leerlas
Le felicito nuevamente por el blog y muchas gracias por su respuesta
Manuel Rodriguez
La duración de los procesos es más larga ahora, entre otras razones, creo, porque la litigiosidad ha disminuido en los últimos años, pero tuvo un repunte muy importante en 2007/2008/2009, que los órganos judiciales fueron incapaces de digerir y las consecuencias se sufrieron y se siguen sufriendo durante los siguientes años, con señalamientos de audiencia y vista a un año, o más. La implantación de la NOJ en ese periodo tampoco ayudó.
No se pueden comparar los presupuestos en Justicia entre Francia y España y sacar conclusiones. Por ejemplo, gran parte del presupuesto del ministerio de justicia francés va dedicado a la política penitenciaria (establecimientos y funcionarios) mientras en España esto pertenece al presupuesto del ministerio de Interior.
Sí, "buenobueno", tiene Vd. razón en ese punto, pero, la diferencia presupuestaria es aún enorme. Ya advertí que eran necesarias muchas matizaciones. Con todo, los datos que ofrecí -en especial los de litigiosidad- me parecen contundentes para desautorizar al Sr. Ruiz Gallardón. Hay que tener en cuenta que, aunque nuestro sistema penitenciario no sea maravilloso, la situación penitenciaria francesa es deplorable. V. LE MONDE de 7 de diciembre de 2012.
Interesante post, al que llego desde el blog hayderecho.
Las comparaciones son muy interesantes, pero yo iría a un punto aún anterior: si el ministro cree que hay una litigiosidad excesiva es porque puede afirmar cuál es la litigiosidad óptima. Estoy seguro que todos los estudiosos de la economía del derecho están deseando escuchar a este premio Nobel en potencia.
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