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lunes, 4 de junio de 2012

NI LOS ERRORES AJENOS EXCUSAN LOS PROPIOS, NI LOS PROPIOS BORRAN LOS AJENOS



A VER SI EN ESPAÑA SE INFORMA DE LO QUE OCURRE FUERA, PORQUE PARECEMOS TONTOS

(actualización a 5 de junio de 2012: un ejemplo de libro de la vagancia y la incultura de nuestros "medios")

UBIQUE FABAE COQUUNTUR
(atribuido a Licinio, aprox. 127 d. C. Trad: EN TODAS PARTES CUECEN HABAS)


Después de haber criticado a fondo, en este blog de difusión muy limitada, cómo se han hecho en España las cosas durante las dos pasadas semanas, en relación con el déficit y la crisis bancaria, después de haber clamado por una seria reducción del coste de nuestro "Estado de las Autonomías", puedo tranquilamente decir que en POR DERECHO no se piensa ni se actúa como en nuestros grandes "medios de comunicación", donde se constituye en gran titular cualquier opinión, más o menos autorizada, que resulte desfavorable para España (en estos momentos, muy gravemente desfavorable) y donde tantísimos comentaristas e informadores, parecen creer, con una ignorancia enciclopédica y una necedad bíblica (es en la Biblia donde más y mejor se habla de la necedad), que todo lo foráneo es oro puro y todo lo propio, hojalata.

Los que más crean opinión pública, en España, son hoy, junto con la clase política y adelantándola, el primer problema de este país. No leen ni en francés ni en inglés ni en alemán ni en italiano (del chino y el ruso más vale no hablar). Más sencillamente: no leen y, por tanto, no se informan. Pero, eso sí, son capaces de escribir o de hablar (¡ay las radios!) de cualquier materia. Si viajan por ahí no se enteran de nada y han dado en resucitar unas actitudes pretendidamente regeneracionistas, que resultan ser de un derrotismo penoso, falseador de cuanto se les pone por delante y causante del más inútil desaliento. Desacreditados ellos en España, es como si pensaran redimirse desacreditando a España. Analfabetos acríticos en los tiempos de las burbujas y de las excesivas alegrías, en los que llegaron a oficiar de voluntariosos palmeros, han pasado a ser los campeones del “me duele España”. No conocen medianamente ninguna Universidad extranjera (de Europa, no digo ya estadounidense, africana o asiática), pero nuestras Universidades son las peores del mundo universo. No han leído documentos de la Unión Europea ni han tenido que someterse a su burocracia, pero los funcionarios europeos son, cada uno, como cualquiera de los siete Sabios de Grecia y la burocracia europea les parece eficacísima, inteligente y rápida, mientras que los funcionarios españoles somos todos ineptos y vagos y nuestra burocracia es condenable sin remisión. Los políticos españoles son todos trincones y medio tontos, pero, al parecer, ni la avaricia, ni la estulticia ni la pereza han rozado o manchado nunca a los políticos europeos, por no hablar de los estadounidenses, los brasileños y los chinos.

Y, hombre (o mujer), tampoco es así.

Podría seguir y no parar. Pero este modesto blog lo leen personas inteligentes y me parece que es suficiente. Resulta que esta ausencia de datos, de cerebro y de criterio de tantos "informadores" y "opinadores" está haciendo mucho daño a millones de españoles de a pie, que si no merecen del todo el nivel de la clase política española, menos aún el de nuestros medios de comunicación.

[ACTUALIZACIÓN: DE NUESTROS "MEDIOS", LIBERA NOS DOMINE. El ejemplo de libro de la seriedad informativa y del sentido de responsabilidad de nuestros medios es éste: a las 15.57 horas del 5 de junio de 2012, procedente de Reuters y DPA, EL MUNDO on line (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/05/economia/1338898106.html) se descuelga con este titular: "Ellos no quieren. Son demasiado orgullosos. Es la arrogancia fatal", afirma la citada fuente sobre el Gobierno de Rajoy".  Si leen la noticia, verán que "la citada fuente" no es tal, por que no se cita a nadie. Pero también procedente de agencias, a exactamente la misma hora, EL CONFIDENCIAL on line(que se supone que es de lo mejorcito en información económica) (http://www.elconfidencial.com/economia/2012/06/05/los-espanoles-son-demasiado-orgullosos-para-ser-rescatados-es-una-arrogancia-fatal-99385/ ) titula: "Los españoles son demasiado orgullosos para ser rescatados. Es una arrogancia fatal". Aquí, como pueden comprobar, se menciona a "un alto funcionario presente en el GT", al que citaría Reuters, pero que, al parecer, carece de nombre. Otras personas, con nombres y apellidos, dicen esto y lo otro (Schäuble, AltajafFabius), pero no: a quien hay que poner en los titulares es a un individuo anónimo del que cabe dudar si existe. Lo más llamativo del asunto es que el anónimo "alto cargo" (y quienes le repican en esta España a merced de ignorantes con ilimitado atrevimiento y cráneos llenos de serrín) parecen ignorar que la expresión "fatal arrogancia" está acuñada y difundida universalmente -en los ámbitos con alguna cultura, se entiende, pero precisamente con alguna cultura económica e ideológico-política- por haber sido la traducción aceptada del título del último libro de FRIEDRICH HAYEK, The Fatal Conceit: The Errors of Socialism Routledge, Londres, 1990 (La fatal arrogancia. Los errores del Socialismo, volumen I de las obras completas, Unión Editorial, Madrid, 1990) La arrogancia a la que Hayek se refiere es la de los planificadores centrales y no tiene nada que ver con la que tendría España al no pedir el rescate. Casi cualquier alemán conoce el dicho alemán: stolz wie ein Spanier, orgulloso como un español. De ahí podría "un alto funcionario", si fuese alemán, colgar su gracieta sobre nuestro orgullo, pero no del polémico libro de Hayek, salvo que el "alto funcionario" carezca de cultura y cuente con que "los medios" le reirán la gracia.]

Primer mensaje: pónganse a resguardo de los informativos de las televisiones, públicas y privadas; pónganse a resguardo de informativos y tertulias radiofónicas. Seleccionen todo lo posible. Sean críticos con lo que escuchan o lean y busquen, busquen por la red, informaciones más fiables y opiniones fundadas. Tampoco on line todo es maravilloso, ni mucho menos, pero los buscadores permiten encontrar bastante material de interés.

Segundo mensaje: si tienen tiempo, no dejen de parar los pies, con comentarios tranquilos y a base de datos, bastantes cosas de las que se publican en esos "medios" por gente indocumentada y, a veces, sectaria. Hay mucha publicidad encubierta, sobre todo negativa, que vale la pena rebatir con serena contundencia.

Hoy seguirá la guerra. Porque estamos en guerra. Simplificando, la cosa está así: “Que sea España quien pida el rescate de su banca” (ellos). “Que la banca misma pueda pedir y obtener directamente el rescate” (nosotros). Y si aquí se han cometido muchos errores, quienes nos los echan en cara no han sido ni son impecables. Ni son necesariamente más inteligentes, altruistas y laboriosos.

Ejemplos: D. Mario Draghi, actual Presidente del Banco Central Europeo (BCE). Si consultan cualquiera de sus biografías, verán que este caballero ha tenido muchísimo que ver con la actual situación económica italiana, nada buena, y, poco después, como alto ejecutivo (Vicepresidente) en Europa de Goldman Sachs (que ya se había quedado con buenos trozos de la economía italiana), ayudó eficazmente a Karamanlis a ocultar las reales magnitudes de la economía de Grecia. Es un hombre de la oligarquía plutocrática estadounidense. Y ahora no se separa de Frau Merkel. Lo que ha dicho el Sr. Draghi hace unos días sobre España (hay una página de este blog al respecto), le ha venido de perlas a Italia. Tengamos un poco de elemental perspectiva para situar a este “profe” financiero, formado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y metido de hoz y coz en lo más tenebroso de la banca archiespeculativa: éste es uno de los políticos de la era Berlusconi. Berlusconi ha sido el super-rico y super-dominador, increíble desde todos los puntos de vista como personaje real, que sólo se entiende tras un colapso histórico (por ahora el único de Europa Occidental) de toda una clase política, que mangoneaba Italia desde el final de la 2ª Guerra Mundial: en un momento dado, se caen a la vez la Democrazia Cristiana, il Partito Socialista (PSI) y el Partito Comunista. En el marco del reemplazo de ese régimen y el advenimiento de Berlusconi, un marco no precisamente brillante, hay que colocar a Draghi y su curriculum USA.

Frau Merkel, por su parte, es uno de los oscuros dirigentes de la CDU, que, tras una juventud comunista en la RDA, aparece tras el derrumbe del muro de Berlín y emerge después de otro derrumbe político de su partido, la CDU, a causa del escándalo de financiación ilegal que se lleva por delante al Presidente de la CDU, Wolfgang Schäuble (¡sí, sí, también hay escándalos económicos en Alemania!). Ahora, después de regresar Schäuble a la política como Ministro del Interior (donde sostuvo posturas antiterroristas muy extremas en 2007), Herr Schäuble es el todopoderoso Ministro de Finanzas con Merkel. Ambos fueron estrechos colaboradores de Helmut Kohl, a quien cabe considerar, me parece, el último de los grandes políticos alemanes contemporáneos: elemento clave de la reunificación alemana y de la Unión Europea, Kohl, a quien al principio ridiculizaban llamándole die Birne (la pera), ha sido el Bundeskanzler de más prolongado ejercicio de la Historia de Alemania. Merkel fue, de hecho, decisivamente apadrinada por Kohl, y luego le atacó. Pero Kohl criticó muy duramente el año pasado la política europea de Merkel, que es considerada en los círculos más serios e independientes de Alemania como una “tacticista” (así me la han definido varias veces) a ultranza, sin amplitud de miras, de lo que le acusaba Kohl, además de reprocharle haber contribuido a que Grecia entrase en la UE. Por el momento, lo que demuestra esta Bundeskanzlerin, más allá de un aldeanismo cultural patente, es no entender la real implicación económica de Alemania con el conjunto de países europeos y, especialísimamente, con los meridionales.

Ya lo dije hace bastante tiempo, un tanto caricaturescamente: parece que Merkel no entiende que no seamos todos alemanes. Ahora la caricatura se está acercando al retrato. Si sigue rehusando medidas serias para la recuperación de la economía real en países como España o condicionándolas a unos ajustes excesivos, Merkel puede, lisa y llanamente, acabar cargándose a Europa y también a Alemania. No puede estar todo el tiempo quejándose de lo que gastamos los meridionales, porque, entre otras poderosas razones, buena parte de lo que gastamos sostiene la producción y la exportación de Alemania. Y, por supuesto, que no nos critiquen por el AVE (tren de alta velocidad) que muchos miles de millones ganó y sigue ganando SIEMENS con tan fausto motivo.

La semana va a empezar para nosotros con el aspecto de un ring de boxeo: de un lado, una Alemania/Merkel que no quiere ver la necesidad de ayudar si no nos entregamos de pies y manos como país y, en el rincón opuesto, una España/Rajoy que rehusa entregarse, envida fuerte a la grande (o sea, apuesta fuerte) e insiste en su planteamiento porque sabe cuánto perdería Alemania (y Europa) forzando un rescate-intervención de España. En conjunto, pese a los errores recientes (muy graves y que, si fuese posible, que lo es, deberían enmendarse) y a lo poco que me gusta el jugador español, me parece que me voy a poner a seguir la partida junto al lado de España. Porque gente no especialmente inteligente (ni rodeados de genios y personajes impolutos: ¿cuántos altos cargos alemanes han tenido que marcharse por plagiar sus tesis doctorales?) ni especialmente legitimada -porque dicen estar hartos de dar sin recibir y eso no es verdad- está exigiendo a España, que se desnuda -sin duda, se desnuda mal, pero se desnuda- lo que no ha exigido a otros países, además muy diferentes. Y porque los EE.UU. están, por la tácita, apoyando a Merkel y regodeándose en la crisis europea, ahora centrada en España. Y esto me resulta especialmente difícil de aguantar: me parece insufrible que cuando Obama conoce los últimos datos (malos) de empleo en USA, se permita afirmar que la sombra de Europa planea sobre los EE.UU. Como si en los EE.UU. no estuvieran jugando su juego con otras cartas, que no son las europeas y como si el hecho de que no tengan AVE en EE.UU. fuese culpa del derroche español (que conste que tamaña tontería la he visto escrita).

Dicho lo anterior, el Gobierno español se tendría que poner a negociar discretamente muchos flecos, a conceder enseguida algunas de las peticiones de la Comisión Europea y a rectificar también, todo lo discretamente que se pueda, algunos planes: Bankia no se puede “rescatar” como dice Goirigolzarri; el plan del Real Decreto-ley 18/2012, de 11 de mayo, probablemente debe matizarse porque trata por igual a entidades en situaciones muy desiguales. Bastante sorprendente paradoja es que ahora resulte que nuestro pretendido punto más fuerte -nuestra robusta banca- es nuestro muy vulnerable talón de Aquiles. Pero peor paradoja sería salvar entidades financieras muy problemáticas o en quiebra técnica y terminar haciendo quebrar a las más sanas. Todo esto, sin contar con que el Sr. Rajoy, en vez de encabezar la resistencia a reducir el Estado y el gasto publico mucho más en serio (lo hemos pedido aquí hasta el cansancio), debería rectificar con claridad. Tal vez así podría España salvarse y el Sr. Rajoy, rehabilitarse.

7 comentarios:

  1. El primer consejo - ponerme a resguardo de informativos y tertulias - me lo impuse hace ya algún tiempo, para tratar de conservar la salud mental, y el segundo deviene del primero, para estar un poco informado, y solo puedo estar de acuerdo con sus comentarios sobre algunos políticos extranjeros que se permiten estar dando consejos todo el día, y no tengo claro que estén en situación de hacerlo.

    En cuanto a Frau Merkel, queda perfectamente definida con la caricatura que hace, y creo que ella no llega más allá; pero especialmente sangrante me resulta Obama, presidente del país inventor de las subprime, con las que intoxicaron el mundo, y de un país endeudado hasta las cejas, que necesita desesperadamente a China y países árabes para mantener su deuda, y que a saber en que situación quedaría si el dólar no fuera la moneda de referencia internacional; es evidente el interés de USA en que el euro no funcione, y no pueda convertirse en esa moneda de referencia, cosa con la que amenazaron en algún momento algunos países árabes. Y para qué hablar de sus primos ingleses, con el mismo interés por el euro, y cuya prensa se ha dedicado a agitar ferozmente el fantasma de la intervención para provocarla.

    Eso no excluye en absoluto las responsabilidades en las que ha incurrido nuestra clase política que, como en otras ocasiones en nuestra Historia, ha gastado lo que tenía y lo que no, ha despilfarrado y nos ha endeudado hasta límites insoportables.

    Poco de lo que hacen o dicen esos dirigentes extranjeros y/o los mercados nos afectaría de encontrarnos en otra situación.

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  2. Gracias, José Ignacio. Me da en la nariz que Obama y compañía no van a poder disimular por mucho tiempo sus propios problemas. Allí están pasando cosas. Y tengo la impresión de que Frau Merkel no está tampoco en sus mejores momentos. El enfrentamiento público de hoy mismo (ayer, ya) con Hollande y la Comisión Europea puede ser un indicio de giros.

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  3. Estando de acuerdo con la gran mayoría de lo que usted dice hay, sin embargo, un punto que no veo como usted: no veo la necesidad de reducir el estado. De hecho, los países paradigmáticos en el estado del bienestar lo son, entre otro cosas, por tener un estado de mucho mayor tamaño que el nuestro, eso sí, fiscalmente sostenible, que es lo que aquí nos falla. Lo que necesitamos es una reforma fiscal seria, y embridar bastante más el actual modelo capitalista.

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  4. Para Roberto Aizpuru: la expresión "reducir el Estado" es, ciertamente, bastante ambigua. Yo no quiero un Estado débil y no estoy por un Estado mínimo. Lo que quiero decir por "reducir el Estado" se deduce de muchos otros "post". Que sobran cargos y organismos y su supresión no comprometería ninguna prestación social razonable -todo lo contrario- me parece muy claro.

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  5. Cada vez profesor que habla de ese modo de frau Merkel y Alemania, no puedo evitar sentirme perturbado porque mi visión del tema es bastante diferente. Cuando usted habla así de Alemania yo pienso en Europa como un barco a la deriva y Alemania haciendo de ancla.Pienso en ellos como el ancla alemana, un ancla que ahora no solo soporta una enorme tensión en la cadena sino que además garrea.

    No es casualidad el símil del ancla pues procede de una expresión que vi en un informe del Banco de España sobre política monetaria en el que hablaba del anclaje de expectativas de inflación. Ya se que no es el mejor momento para poner al BDE como referencia de nada, pero el hecho es que como consecuencia de la Gran Inflación de los años 70 se pudo aprender la correlación existente entre inflación y política monetaria. El claro ganador en la gestión de esa crisis fue el Bundesbank que dejó casi en ridículo no solo a la Reserva Federal sino a la mayoría de países europeos.

    Hay quien piensa que la causa de esta crisis es una borrachera de expansión crediticia y que Merkel es la fea y gorda enfermera alemana que nos mantiene encerrados y bajo llave mientras nos curamos y pasamos el mal trago del delirium tremens, pero, sobre todo, evitando que volvamos a la bebida.

    En cualquier caso entiendo perfectamente que los alemanes miren a su cartera cuando se habla de eurobonos, rescates o medidas de estimulo económico que son medidas equivalentes a rellenar la copa del borracho.

    Un cordial saludo

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  6. A ver si me aclaro, amigo Galán: yo entiendo perfectamente que la Sra. Merkel no quiera rellenar la copa de los borrachos. Y, por lo demás, nunca se me ha ocurrido que en España se haya seguido una política económica mejor que la de Alemania. Para mí, desde hace muchos años, Alemania es un modelo en muchos aspectos (no en todos). Cuando hablo de Frau Merkel no hablo sino de ella, no de todos los alemanes ni de Alemania en su conjunto, ahora y en la Historia. Lo que digo -y lamento que eso le perturbe- es que en Alemania (y en otros países), ahora, cuecen habas, lo mismo que cuecen aquí. Ni me he ocupado del número de habas ni de su tamaño ni de su calidad. Simplemente, que no seamos simplistas hasta el punto de pensar que, siempre y en todo, los demás tienen razón y nosotros no. O en pensar que nosotros somos malos en todo tiempo y en todo ámbito y los demás, siembre buenísimos, atinados y, por añadidura, plenamente altruistas. Conozco alemanes cultísimos y de patriotismo sin tacha que piensan sobre Merkel lo mismo que yo he escrito.

    Alemania, si mi información no es errónea, ha utilizado sus fondos públicos para ayudar a su banca y no con unos milloncitos de euros de nada, sino en cuantía incomparable a la nuestra. Ocurre -y me alegro por ellos- que lo hicieron antes y mejor. Mi opinión negativa sobre la Sra. Merkel se basa en su trayectoria política y en el modo en que ha manejado la necesidad, que nunca he puesto en duda, de no seguir subvencionando a zánganos. Para hacer eso no necesitaba, ni prodigarse en frases y actitudes despectivas (que sólo muestran un miope nacionalismo mal disimulado y una gran incultura sobre la Historia) ni llegar a los extremos a que ha llegado en exigencias de disciplina fiscal a los demás, cuando si quieres ser y si eres la locomotora no puedes quejarte a todas horas de que arrastras los vagones, porque, a diferencia del tren clásico, los vagones aportan algo a la locomotora y no son un simple peso inerte o muerto.

    ¡Pues claro que hay una "borrachera de expansión crediticia"!, si quiere llamar así a la enorme pelota generada por el monstruo de la ingeniería financiera, que ha ido mucho más allá de la creación de dinero propia de la actividad bancaria normal y decente, de los enlaces a Youtube que Vd. nos suministraba el otro día. Pero la banca alemana no ha sido ajena a la borrachera. Sería deseable, me parece, que un buen día se publicase la implicación bancaria alemana en Grecia y en España (en los cuatro últimos años y ahora mismo y, por ejemplo, en la compra de deuda pública española).

    Continúo

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  7. Continuación, sobre el comentario del Sr. Galán (y II).

    Que se han hecho aquí muy mal las cosas está bastante claro. Lo vengo diciendo en muchos lugares desde hace muchos años, hasta el punto de que me han intentado descalificar como "catastrofista". Pero eso no significa que todas las regañiñas provengan de personas probas e inteligentísimas, perfectamente legitimadas para regañar y no interesadas en el lucro particular. Ahora mismo no me parece muy relevante lo que se pudo aprender en 1970 sobre la correlación entre política monetaria e inflación. Tiene interés, sin duda, como lo tienen muchos otros episodios históricos, pero ni la situación actual es parecida a la de 1970 y años anteriores ni yo he defendido un "manguerazo" de euros o de dólares para salvar a vagos e ineptos. Al contrario, todavía sigo sin entender por qué se establece como un axioma la necesidad de la salvación de toda entidad financiera y menos aún pretendo o aplaudo que esa salvación o rescate se haga a costa de todos. Lo que digo es que Alemania ha estado y está haciendo negocio -y buen negocio- con toda Europa y que si hay una UE o una eurozona disímil, tremendamente disímil, el papel de Alemania en la existencia de esa UE y de esa eurozona no ha sido precisamente secundario, sino decisivo. Entonces, que no se quejen tanto de las diversidades cuando una "política" crediticia demencial, que ni Vd. ni yo hemos inventado o aplaudido, les mete, también a ellos, en un atolladero gigantesco. Que de ese atolladero no se sale simplemente con las recetas económicas clásicas y acertadas sólo para la economía alemana.

    Para terminar, me acojo a su símil náutico. El ancla está para lo que está, pero Vd. debe saber que un mal anclaje puede partir el barco. Ese riesgo es, cabalmente, el que estamos viviendo y, por supuesto, me refiero al barco que es (aún) Europa, no a España. Si el ancla garrea y hay que estar bien anclados, hay que anclarse de nuevo, pero si se quiere navegar, hay que levar el ancla y si ésta se queda enrocada o atrapada en el fondo, hay que tener muchísimo cuidado con las maniobras que se intentan. Lo he vivido.

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