ACTUALIDAD Y RECUERDOS DE UN GENIO, MALTRATADO EN ESPAÑA DURANTE DÉCADAS
Tal día como ayer, el 1 de marzo de 1810, nacía en Żelazowa Wola, una aldea a 50 km. de Varsovia, el que sería un genio musical, a la altura de los más grandes, Fryderyk Franciszek Chopin. En España, durante décadas no particularmente brillantes y, en varios aspectos, francamente ominosas, muchos (muchos "machos", se me ocurre precisar) pensaban que la música de Chopin era “cursi” y propia de señoritas (quizá porque entonces bastantes señoritas aprendían a tocar el piano…o, mejor, lo intentaban, con éxito escaso las más de ellas). Piensen que en esa misma época se veía mal que los hombres utilizasen colonia (“aromas” o perfumes como los actuales, ni existían ni se imaginaban) y se aplicasen desodorante. Y estaba mal visto que a un hombre le gustasen abiertamente las flores, por ejemplo. ¡Qué cosas!
Aquellos tiempos, más bien grises, lo fueron mucho menos para mí precisamente porque, sin lecciones ni aleccionamientos, me enseñaron a gustar la música (también la clásica, que tuve la gran fortuna de escuchar de niño con mi padre). Desde aquellos tiempos, siempre me pareció que Chopin era un músico de deslumbrante inspiración y de extraordinaria técnica musical, sin que, “fan” del piano como soy desde siempre, me importase en absoluto que la producción de Chopin fuese primordialmente pianística. Hoy, al saber de la aparición de un libro de Justo Romero, titulado Chopin, raíces de futuro, en el que se juzga al genio como lo que fue y se hace ver su modernidad, he sentido una enorme alegría. Pienso, como el autor del libro, que Chopin nada tiene de “cursi” y que ésa era una opinión extendida entre gente zafia y sorda… y desconocedora de la música de Federico Chopin, a cuya verdadera imagen tampoco contribuyó demasiado la presentación turística de Valldemosa (un lugar bellísimo, sin embargo) y la torpe idea del romanticismo muy extendida en una España poco cultivada, como lo fue, en general, la de los años 40 y 50 del siglo pasado (aunque ahora, en otra versión, no estamos mejor).
Pero no todos fueron zafios y sordos. Hubo también dilettantes (en el buen sentido del término), algo snobs. Transcribo estos párrafos, donde, a mi parecer, se explica y se refuta muy certeramente la cursilería y se valora en serio a Chopin. Son de Justo Romero: "Jesús Bal y Gay, que es una de las mentes más agudas de la musicología española del siglo XX, reconocía su filiación a una generación de “jóvenes que hemos abominado de Chopin por antojársenos cursi, y sólo más tarde, en plena madurez, vinimos a descubrir que su música es inocente de la cursilería con que se mostraba en manos de la mayoría de los pianistas”. Bal y Gay radica la explicación de tal fenómeno en la esencia misma de la música. “Lo cursi”, escribe el musicólogo y compositor lucense, “es el fruto de una aspiración a lo exquisito y de una incapacidad radical para alcanzarlo. […] Chopin es uno de los compositores más puros, de mejor gusto que hayan existido jamás. La más rotunda negación de lo cursi. Pero su música está impregnada de un delicado patetismo, canta la mayoría de las veces a media voz y con melancolía, es preciosista en su ornamentación y en sus sonoridades. Nada de extraño tiene, pues, que la cursilería, apetente de esas cualidades -aunque incapaz de hacerlas suyas- se apodere de ella y la convierta en una de las cosas más abominables que puedan oírse”.
Pero no todos fueron zafios y sordos. Hubo también dilettantes (en el buen sentido del término), algo snobs. Transcribo estos párrafos, donde, a mi parecer, se explica y se refuta muy certeramente la cursilería y se valora en serio a Chopin. Son de Justo Romero: "Jesús Bal y Gay, que es una de las mentes más agudas de la musicología española del siglo XX, reconocía su filiación a una generación de “jóvenes que hemos abominado de Chopin por antojársenos cursi, y sólo más tarde, en plena madurez, vinimos a descubrir que su música es inocente de la cursilería con que se mostraba en manos de la mayoría de los pianistas”. Bal y Gay radica la explicación de tal fenómeno en la esencia misma de la música. “Lo cursi”, escribe el musicólogo y compositor lucense, “es el fruto de una aspiración a lo exquisito y de una incapacidad radical para alcanzarlo. […] Chopin es uno de los compositores más puros, de mejor gusto que hayan existido jamás. La más rotunda negación de lo cursi. Pero su música está impregnada de un delicado patetismo, canta la mayoría de las veces a media voz y con melancolía, es preciosista en su ornamentación y en sus sonoridades. Nada de extraño tiene, pues, que la cursilería, apetente de esas cualidades -aunque incapaz de hacerlas suyas- se apodere de ella y la convierta en una de las cosas más abominables que puedan oírse”.
La verdad es que, como casi no ocurre más que con Juan Sebastián Bach, siempre innovador, no hay apenas nada en Chopin de segunda clase. Estudios, Baladas (¡modernísimas!), Mazurkas, Polonesas, Nocturnos, Conciertos, etc. no contienen una sola composición de la que se pueda prescindir sin que padezca seriamente el conjunto. Todo Chopin es de extraordinaria belleza y de esforzada composición. De modo que me permito darme un homenaje y homenajearle modesta pero sentidamente desde aquí. Ahí van, escogidas con poco tiempo y sin muchas deliberaciones, cuatro obras, con sus enlaces correspondientes. Las de “lastfm” están interpretadas por pianistas no demasiado conocidos (para mí). Las de youtube, por Arthur Rubinstein, que es considerado, a mi entender con gran acierto, uno de los mejores intérpretes de Chopin, si no el mejor. Su integral de Chopin resulta, en conjunto, insuperable.
Frédéric Chopin - Nocturne In E Flat Major,OP. 9, No. 2, interpretado por Yund Li:
http://www.lastfm.es/music/Fr%C3%A9d%C3%A9ric+Chopin/+videos/+1-EvxS_bJ0yOU
Fantasie impromptu op 66, interpretada por Arthur Rubinstein:
http://www.youtube.com/watch?v=Elox0npFTGI&feature=related
Frédéric Chopin - Etude, Op. 25, No. 1 (muy decentemente interpretado por "anónimo"):
http://www.lastfm.es/music/Fr%C3%A9d%C3%A9ric+Chopin/+videos/+1-LhXlg9MnAmI
Chopin Waltz Op.64 no.2 in C-Sharp Minor, interpretado por Arthur Rubinstein:
http://www.youtube.com/watch?v=fOSXFXriKdY&feature=related
Si no han disfrutado, lo siento mucho, de verdad. Si han disfrutado, me alegro infinito, sin exagerar.
Enhorabuena por su "homenaje" a Chopin. Toco el piano desde muy pequeño y pienso que su música es una auténtica maravilla. Entre sus obras destaco tambien el Preludio de la gota de agua, me parece precioso, y que decir del Revolucionario y la fantasia Impromptu...todas son geniales! Nada más indicarle que el pianista que interpreta el primer nocturno es Yund Li, un auténtico virtuoso (La campanela de Liszt la borda)..Otra vez, gran articulo!!
ResponderEliminarGracias por el recuerdo chopiniano y felicidades por el gusto que tántos compartimos, sin complejos;sólo un punto que me gustaría añadir por amor y devoción a don Federico. La audición de las interpretaciones de Wladimir Horowitz y Pollini.
ResponderEliminarVeré cuando puedo "colocar" a Horowitz y a Pollini. Los dos son sensacionales. Tengo aún un poco más de debilidad por Pollini
ResponderEliminarGracias Andrés, el estigma ignaro con Chopin también afecta a otros maravillosos autores, como TCHAIKOVSKY, otro compositor "de mujeres" que me emociona. En el fondo puede que se trate, al menos en parte, de la actitud de quienes solo consideran arte, merecedor de ese nombre, al que se recrea en la fealdad. Para ellos la belleza es un insulto, porque es la demostración de que, en el fondo y ellos lo saben, están equivocados.
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