DE INTERÉS PERMANENTE // NOTICIAS Y CURIOSIDADES

martes, 14 de agosto de 2012

EL GRAN PROBLEMA DE ALEMANIA Y DE EUROPA: (I)



ENTRE EL DISASTER A Y EL DISASTER B (POR AHORA)

Y LO QUE NOSOTROS TENEMOS QUE HACER, DECIDAN LO QUE DECIDAN MERKEL Y DRAGHI


En este y en el próximo post yo voy a hablar muy poco. Me parece que pueden interesar a los lectores un par de piezas de John Mauldin, al que me he referido y citado en varias ocasiones. Pero los textos que voy a traducir y copiar son mucho más interesantes enteros. Ayudan a comprender la situación en general y la posición de unos y otros protagonistas. Y, en especial, aclaran lo que en post anteriores he denominado la Europa imposible o la única Europa posible. A la vez, explican la importancia de la decisión de Alemania sobre el futuro de Europa. No es que tenga a Mauldin por un experto infalible. Pero, dejando a un lado declaraciones periodísticas pasadas, lo que suele escribir revela buena información y buena capacidad de análisis, más un grado de comprensión humana de los problemas ajenos que se echa en falta en otros muchos personajes. En todo caso, el texto del comentarista del New York Times (entre otras muchas cosas que hace) nos proporciona una muy interesante visión norteamericana de la crisis europea.

Pero, antes de ceder la palabra a Mr. Mauldin, quiero decir dos cosas elementales acerca de lo que nos toca hacer a nosotros y, sobre todo, al Gobierno de la Nación (a los autonómicos les falta perspectiva y al de Cataluña, además, le sobra caradura y matonismo político nacionalista). Lo he pensado mucho: el Gobierno tiene que hacer, a tumba abierta y a la vez, dos cosas.

La primera es romperse las meninges en más adelgazamiento del gasto público, con el objetivo de un Estado (Ayuntamientos, provincias, Comunidades Autónomas y Administración Central) mucho menos costoso; en este punto ya no valen amonestaciones y reunioncitas del Gobierno con las CC.AA. y con los Ayuntamientos. Hay que determinar lo que es prescindible y cerrarlo en cuanto que la supresión no sea más cara (que puede serlo en más de una ocasión). Sólo así dejaremos de vivir con el horizonte de interminables endeudamientos para sostener al monstruo, depauperando a los españoles. Se trata de lograr un Estado no menos fuerte ni menos eficaz, sino mucho menos costoso, lo que le hará más fuerte.

La segunda cosa es negarse a detraer ni medio euro más de la capacidad económica mensual de los españoles y empezar a imaginar cómo reducir presión fiscal y costes sociales a los ciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas: digan lo que digan Draghi y Merkel (o Merkel y Draghi) ya no se bajan salarios ni remuneraciones, porque sería enterrar cualquier posible recuperación de la economía española real, engendrando una depresión sin fin. El tiempo que nos proporcione el Eurogrupo, si nos lo proporciona, de modo que no suspendamos pagos en dos meses, es sólo un tiempo que se debe aprovechar al máximo. De lo que estos señores de la UE recomiendan lo único que ahora considero aceptable, porque hemos de sostener las prestaciones sociales y nuestra estructura de población lo exige, es aumentar la edad de la jubilación en amplios sectores.

Otras cosas se me ocurren, no como tareas nuestras o de nuestro Gobierno, sino como cuestiones que plantear o replantear en caso de que lleguemos a estar en condiciones de pedir a los socios europeos y occidentales que se tomen ciertos asuntos en serio y con urgencia. Me limito a mencionar dos temas de los que, en su momento, se habló muy en serio (porque son muy importantes, sobre todo el primero) y sobre los que ahora se calla: primero, la tasa a ciertas transacciones financieras (mal llamada “tasa Tobin”); segundo, el combate a los “paraísos fiscales”, que no es nada sencillo (ni fácil, claro está). Dicho esto, cedo la palabra.

Mauldin y los economistas alemanes tienen la palabra

La newslettter de John Mauldin, de 14 de julio de 2012, se titulaba The beginning of the Endgame (Maulding tiene publicado un libro con ese título, Endgame). De ese paper de comienzos del mes pasado transcribo la parte que me parece más interesante para nosotros y que incluye una larga cita de un artículo del Financial Times sobre la discusión en Alemania acerca del futuro del euro. Aunque resulte un poco pesado, voy a poner comillas “tipográficas” al comienzo y al final de cada párrafo en punto y aparte del paper de Mauldin y, además, cambiaré el tipo de letra, para mejor identificar lo que es de él y no mío.

«La nueva religión de Europa»

«No es noticia que Europa se ha convertido en cada vez menos religiosa. La asistencia a la iglesia se ha reducido y las encuestas muestran que hay menos adeptos en Europa que nunca. Pero hay una nueva religión que ha aumentado casi sin previo aviso. Y esa es la “tienda de la reunión”, con el fervor de un renacimiento, de aquéllos que desean una Europa unida, no sólo monetariamente, sino como un todo fiscal verdadero.»

«Sería el triunfo de la esperanza sobre la historia. Los problemas de la creación de una unión monetaria sin una unión fiscal fueron ignorados en la fundación de la zona euro. Los fundadores dijeron de forma explícita que sería cosa de la próxima generación ocuparse de la unión fiscal. Hicieron tan caro como era posible para una nación retirarse de la zona y no dejaron ningún medio legal para hacerlo. La separación de la zona del euro sería un desastre de primera magnitud. Piensen en al menos 7 u 8 de las plagas bíblicas.»

«Por lo tanto, los líderes europeos del gobierno y las élites empresariales, especialmente las elites del sistema financiero, son casi religiosas en su insistencia en que no puede haber otra salida que no sea la unión fiscal. Y entre ellos se incluye Angela Merkel. Ella quiere la unión fiscal en sus propias condiciones, pero está empeñada en lograrla incluso si eso significa que Alemania debe renunciar a una parte significativa de su soberanía y perder el control de la zona euro una vez que esa unión se logre. Y aunque Alemania será la mayor parte de la unión por el poder económico y el gran número de votantes, no tendría la mayoría. Perderían su capacidad para dictar la forma en que la UE funciona a base del uso o no uso de su chequera.» [la chequera alemana]

«Incluso Angela Merkel sabe que una unión fiscal con el tiempo significará eurobonos y la mutualización de la deuda. Y eso significa que algún mecanismo debe ser creado para pagar por esos bonos. Que a su vez requiere de facto autoridad fiscal para el parlamento de la UE. Alemania se convertiría en un solo estado entre muchos otros. Importante, de gran alcance, pero sólo un Estado. Y con sujeción de la zona del euro a escala de impuestos para pagar los eurobonos, no importan los términos que se hayan formulado para ese pago.»

«Merkel y los otros líderes europeos no han preparado en realidad a sus votantes para hacer frente a los cambios que se avecinan en la soberanía. Pero va llegar el día en que los líderes tengan que aclararse y decir a sus poblaciones lo que están planeando. En este punto, al resto de nosotros nos gustaría saber, también.»

«Y no se trata sólo de Alemania. ¿Cómo va a reaccionar  Francia? Creo que una unión fiscal fuerte y renunciar a la soberanía de modo significativo podría ser mucho más difícil de vender a los franceses que a los alemanes.»

«¿Se harán alemanes todos los europeos?»

«Y, por último, terminemos con este pensamiento. ¿Piensa realmente Alemania que en ese futuro cuasi-nirvana-de la unión fiscal, los griegos, españoles e italianos van a pagar sus impuestos como los alemanes? ¿En serio? Si sus respectivos gobiernos no pueden cobrar impuestos ahora, ¿qué permite pensar que una autoridad fiscal de la zona del euro lo va a hacer algo mejor? ¿O es que piensan que va a ser aceptable para los alemanes empezar a comportarse como los griegos o los italianos, cuando se trata de impuestos?»

«¿De verdad creen que los alemanes (o los holandeses o finlandeses e irlandeses) pagarán sus impuestos y les será indiferente que los ciudadanos de otros estados no lo hagan? Esa es la pregunta que debe ser tratada, y la Merkel y otros líderes del norte lo saben. El problema de la confianza es enorme si se va a entrar en una unión con las poblaciones que deseen.»

«En Italia se advierte en construcción una considerable mayoría de los que quisieran abandonar el euro y volver a la lira. Berlusconi ha expresado esos pensamientos, al igual que la Liga Norte, un partido político importante en el norte de Italia. Y también lo han hecho otros partidos más pequeños. También hay algún respaldo corporativo supuestamente serio a este movimiento, ya que anhelan los buenos viejos tiempos de la devaluación y la más fácil competencia.»

«Los finlandeses tienen sus euroescépticos, así como los holandeses. Aquellos a los que se les pide que firmen los cheques recelan de estampar su firma y dejar para más tarde rellenar los importes. Y ahí es donde las ruedas económicas tocan el camino.»

«Europa afronta ahora una elección entre el  Desastre A y el Desastre B. El Desastre A rompe el euro. El Desastre B mantiene unida la zona euro. Ambos son horriblemente caros, sólo que de diferentes maneras. Si Alemania fuera a abandonar el euro, eso significaría una apreciación casi inmediata del nuevo marco alemán - y un serio golpe grave para su máquina de exportación, que es el 40% de su economía. La mitad de esas exportaciones van a sus socios europeos. Si perdieran simplemente el 5% de sus exportaciones, eso produciría una profunda recesión. Y esta es una estimación muy baja de lo que se perdería, por lo que he leído. Merkel y otros líderes alemanes saben el enorme precio que Alemania pagará si salen de la zona euro. Y lo mismo vale para los otros países del norte.» [el subrayado es mío]

«Pero permanecer en la zona del euro también conlleva grandes costos. Alemania se verá obligada a ayudar a España e Italia. O a permitir que el BCE pueda monetizar de alguna forma sus deudas durante mucho tiempo. Lo que tendrá un impacto significativo en el valor del euro y conducirá a la inflación, algo que los alemanes temen mucho. El Ministro de Finanzas alemán Schaüble ahora acepta que el 2% la inflación estaría bien. En privado, admite que será de al menos 4.5%. Si pueden mantener eso así una vez que las naciones periféricas hayan comenzado a tomar la droga de la deuda monetizada, que otros pagan. Pero ése es un hábito muy difícil de eliminar.»

«Vamos a terminar con parte de un artículo del Financial Times de este fin de semana [AOS: concretamente, de 13 de julio de 2012], que habla de la angustia en Alemania. No es un asunto trivial. No está claro, al menos para mí, si la zona euro se romperá o habrá unión fiscal. Pienso, considerándolo todo, que la zona euro más bien se romperá, debido a los inmensos problemas que se deben afrontar para tratar de mantenerla unida.»

«Pero estas consideraciones fundadas en el mundo real no tienen en cuenta el fervor religioso de la Eurofilia de los líderes y las élites. Están totalmente comprometidos a hacer que funcione. Y tal vez puedan encontrar una manera de convertir a la mayoría de los ciudadanos europeos a su religión de la Unión Europea. A eso debemos decir amén y ofrecer una ferviente oración para que, hagan lo que hagan, sea algo ordenado y no se extienda el contagio al resto del mundo.»

«El artículo del Financial Times [AOS: si quieren leerlo entero y en directo, v. http://www.ft.com/intl/cms/s/0/4684bad6-cd07-11e1-92c1-00144feabdc0.html#axzz23QPtGEjh] es titulado así: "Los economistas alemanes se pegan sobre el futuro del euro”.»

«"Los guantes están finalmente saliendo a relucir entre la normalmente sobria y escrupulosamente cortés comunidad alemana de economistas en una amarga batalla por el futuro del euro.”

«"Profesores serios y de altos vuelos en materia de finanzas públicas y economía monetaria han sido acusados de suscitar temores nacionalistas en un “debate de café”, de acuerdo con una de las facciones y de falsificación de los hechos, según los oponentes de esa facción.”

«"En el corazón de la confrontación está un distinguido y mediático profesor, cabeza de uno de los más reconocidos institutos económicos de Alemania. Su lenguaje emotivo y sus serias advertencias de enormes deudas europeas garantizadas por Alemania, han provocado airadas contra-acusaciones de populismo por sus compañeros académicos.”

«"Hans-Werner Sinn, profesor de la Universidad de Munich y jefe del Instituto Ifo de Investigación Económica, fue el primer firmante de una carta abierta catastrofista, publicada por el diario conservador Frankfurter Allgemeine la semana pasada   [AOS: en concreto, el 5 de julio de 2012. Si quieren leerla entera, v. http://www.faz.net/aktuell/wirtschaft/protestaufruf-der-offene-brief-der-oekonomen-im-wortlaut-11810652.html.], denunciando las maniobras del Gobierno hacia una “unión bancaria” en la zona del euro”. [AOS: el FT habla banking union y, en el original alemán, de Bankeunion, y se añade de inmediato algo clave: “die eine kollektive Haftung für die Schulden der Banken des Eurosystems bedeutet, esto es, unión bancaria “que significa una responsabilidad colectiva por las deudas de los bancos del Eurosistema”.]

«"No se debe esperar que los contribuyentes, los jubilados y los ahorradores de los países europeos que aún son [financieramente] sólidos” garanticen las deudas bancarias de los demás, declararon. El esquema no salva el euro ni la idea de Europa, insistieron, sino que simplemente beneficia a las casas financieras de Wall Street y Londres, además de a unos pocos inversores alemanes y a unos cuantos bancos nacionales y extranjeros enfermos.”

«"Más de 200 académicos han firmado la carta, según los autores. Pero ha enfurecido a Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas, que denunció a los escritores como" irresponsables” "En privado se refiere al profesor Sinn -cuyo nombre significa" “sentido”- como el profesor Unsinn, o "sin sentido".

[AOS: el 31 de julio de 2012, Sinn publica un artículo en Le Monde, titulado “Pourquoi Paris et Berlin s'opposent», en el que, además de oponerse nuevamente a una mutualización de la deuda y de procurar atraer a Francia a su postura, defiende que varios países de la eurozona que se encuentran en dificultades han de abandonar temporalmente la zona euro y volver a sus monedas. Se trataría de Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España. Un pequeño confidencial on line español presenta a Sinn como portavoz del Gobierno alemán o, más concretamente, «prestigioso asesor del Ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaüble», cosa que no es en absoluto. Si quieren, vean entero el artículo de Sinn con http://www.lemonde.fr/idees/article/2012/07/31/pourquoi-paris-et-berlin-s-opposent_1740576_3232.html. A mí me merece más confianza el criterio de Mauldin y del Financial Times y el artículo de Sinn me parece bastante flojo.]

«"También han despertado las universidades. Unos 220 académicos han firmado una vigorosa declaración de respuesta en la que afirman que la “unión bancaria” es un paso esencial en la gestión de la crisis de la eurozona, que "de ninguna forma” respalda "la colectivización de los pasivos bancarios.”

«"Una tercera misiva, publicada en el periódico Handelsblatt, diario de negocios, por lumbreras tales como Bert Rürup, ex presidente y veterano del comité gubernamental de cinco sabios -su panel de asesores económicos - condena los 'argumentos cuestionables' y 'clichés nacionales 'de la carta original. Acusan a sus autores de “provocar miedos y emociones sin aportar hechos para probar su tesis.”

«"'Son como médicos en la sala de urgencias que dicen " apagar el oxígeno ", sin tener otra solución que ofrecer", dice Peter Bofinger, profesor de economía en la Universidad de Göttingen y uno de los "cinco sabios". El autor desafía al profesor Sinn a decir con precisión a dónde quiere ir.”»

Voy terminando, por hoy. Ya se ve que la situación es dificilísima. Porque “unión fiscal” viene a significar -no existe una definición generalmente aceptada o, al menos, no la he encontrado- una única política económica (presupuestaria, tributaria y de gasto), lo que, obviamente, significa una única autoridad suprema en esas materias y, en suma, una enorme cesión de soberanía (se diría, eso sí, que al menos Hans-Werner Sinn da por supuesta una mayoría alemana, que Mauldin niega). Mauldin tiene razón al considerar muy difícil, por no decir imposible, la “unión fiscal”. Si pensamos que la “unión bancaria” es sólo un aspecto de la “unión fiscal”, ya vemos las resistencias a la mera Bankeunion en Alemania. Son muchas las voces que sitúan a Europa en un trance similar, aunque inverso, nada menos que al de la fundación de los Estados Unidos de América. En Europa se hizo antes la unión monetaria y ahora habría que ir a la bancaria y a la fiscal, mientras que el poder fiscal de los EE.UU. fue claro desde el principio (aunque muy limitado) y la unión bancaria y monetaria vino después. Aún así, todavía se discute como Jefferson y Hamilton, que no dejan de estar en el trasfondo de la dura y actualísima polémica entre la corriente crítica a la FED y la defensa de ésta.

Me atrevo a apuntar que, además de la cesión de soberanía como un enorme problema político, encuentro para la “unión fiscal” un problema aún mayor, salvo que se acepte que el pez grande se come al chico (lo que no acepto), porque es una versión soft de la “ley de la selva”. Me refiero al problema de la diversidad económica intrínseca de los países de la UE (e incluso de la eurozona), háblese de diferencias estructurales entre norte y sur o, más modestamente, “trade imbalance” entre Alemania et al. y los países periféricos. Para similares impuestos, ¿se podrían lograr similares retribuciones?

Pero la situación aún puede presentar más elementos problemáticos. La situación era vista por Mauldin, el 14 de julio de 2012, como he dejado dicho. Pero en su newsletter de 11 de agosto de 2012, titulada “And Then There Is Disaster C”, apenas un mes después, algo le parece distinto y no precisamente para mejor. Lo veremos en un próximo post.

3 comentarios:

  1. Lo que está claro es que, para que haya unión fiscal, primero tiene que haber una crisis grave que fuerce a los Estados a emprender la huida hacia adelante. Nos quieren convencer de que no hay otra salida, de que al entrar en el euro quemamos las naves y ahora o cedemos soberanía o "los mercados" se nos comen (mientras Alemania y Francia, por cierto, colocan su deuda a intereses de película cinemascope). Yo no entiendo mucho de estas cosas, pero desconfío por principio de quien pretende salvarme de mí mismo.

    Por lo demás, consuela leer a alguien que defiende cosas como las que dice Ud. en el post. Alguien tiene que decirlas en la España de hoy: ¡basta ya de enjuagues! ¡Basta ya de meter la mano en el bolsillo a la gente! ¡Basta ya de mantener intacto el tren de vida de unos cuantos a costa del empobrecimiento de todos los demás!

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  2. Buenas tardes.

    Soy estudiante de Derecho en la UCA y administro un web/blog sobre Derecho Constitucional. Su objetivo es mejorar la información existente en la red publicando artículos cuya fuente son libros de Derecho (con el permiso de su autor, claro está).

    Estando ya casi terminado estoy buscando formas de darle un empujón al proyecto y que llegue a más gente interesada. Me gustaría proponerte un intercambio de enlaces con tu blog, del que seguro saldríamos los dos beneficiados en mayor o menor medida. Te dejo el enlace pinchando en mi nombre, avísame con lo que sea.

    Un saludo.

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  3. Para Javier García de Tiedra González: he visto el web/blog "Derecho Constitucional", que me parece muy meritorio y ambicioso. No tengo inconveniente en incluir entre mis enlaces, pese a la muy clara heterogeneidad de los dos blogs, porque éste es el vehículo de opiniones personales y carece de propósito informativo o didáctico sobre el Derecho Procesal o materia similar.

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