ENTRE EL DISASTER A Y EL DISASTER B (POR AHORA)
Y LO QUE NOSOTROS TENEMOS QUE HACER, DECIDAN LO QUE DECIDAN MERKEL Y DRAGHI
En este y en el próximo post yo voy a hablar muy poco. Me parece
que pueden interesar a los lectores un par de piezas de John Mauldin, al que me he referido y citado en varias ocasiones.
Pero los textos que voy a traducir y copiar son mucho más interesantes enteros.
Ayudan a comprender la situación en general y la posición de unos y otros
protagonistas. Y, en especial, aclaran lo que en post anteriores he denominado la Europa imposible o la
única Europa posible. A la vez, explican la importancia de la decisión
de Alemania sobre el futuro de Europa. No es que tenga a Mauldin por un experto infalible. Pero,
dejando a un lado declaraciones periodísticas pasadas, lo que suele escribir
revela buena información y buena capacidad de análisis, más un grado de
comprensión humana de los problemas ajenos que se echa en falta en otros muchos
personajes. En todo caso, el texto del comentarista del New York Times (entre
otras muchas cosas que hace) nos proporciona una muy interesante visión
norteamericana de la crisis europea.
Pero, antes de ceder la
palabra a Mr. Mauldin, quiero decir dos cosas elementales acerca de lo que nos
toca hacer a nosotros y, sobre todo, al Gobierno de la Nación (a los
autonómicos les falta perspectiva y al de Cataluña, además, le sobra caradura y
matonismo político nacionalista). Lo he pensado mucho: el Gobierno tiene que
hacer, a tumba abierta y a la vez, dos cosas.
La primera es romperse
las meninges en más adelgazamiento del gasto público, con el objetivo de un Estado
(Ayuntamientos, provincias, Comunidades Autónomas y Administración Central)
mucho menos costoso; en este punto ya no valen amonestaciones y reunioncitas
del Gobierno con las CC.AA. y con los Ayuntamientos. Hay que determinar lo que
es prescindible y cerrarlo en cuanto que la supresión no sea más cara (que
puede serlo en más de una ocasión). Sólo así dejaremos de vivir con el
horizonte de interminables endeudamientos para sostener al monstruo,
depauperando a los españoles. Se trata de lograr un Estado no menos fuerte ni
menos eficaz, sino mucho menos costoso, lo que le hará más fuerte.
La segunda cosa es
negarse a detraer ni medio euro más de la capacidad económica mensual de los
españoles y empezar a imaginar cómo reducir presión fiscal y costes sociales a
los ciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas: digan lo que digan Draghi y Merkel (o Merkel y Draghi) ya no se bajan salarios ni
remuneraciones, porque sería enterrar cualquier posible recuperación de la
economía española real, engendrando una depresión sin fin. El tiempo que nos
proporcione el Eurogrupo, si nos lo proporciona, de modo que no suspendamos
pagos en dos meses, es sólo un tiempo que se debe aprovechar al máximo. De lo
que estos señores de la UE
recomiendan lo único que ahora considero aceptable, porque hemos de sostener
las prestaciones sociales y nuestra estructura de población lo exige, es aumentar la edad de la jubilación en amplios
sectores.
Otras cosas se me
ocurren, no como tareas nuestras o de nuestro Gobierno, sino como cuestiones
que plantear o replantear en caso de que lleguemos a estar en condiciones de
pedir a los socios europeos y occidentales que se tomen ciertos asuntos en serio
y con urgencia. Me limito a mencionar dos temas de los que, en su momento, se
habló muy en serio (porque son muy importantes, sobre todo el primero) y sobre los que ahora se calla: primero, la tasa a ciertas
transacciones financieras (mal llamada “tasa Tobin”); segundo, el combate a los
“paraísos fiscales”, que no es nada sencillo (ni fácil, claro está). Dicho
esto, cedo la palabra.
Mauldin y los economistas alemanes
tienen la palabra
La
newslettter de John Mauldin, de 14 de julio de 2012, se titulaba The beginning of the Endgame (Maulding
tiene publicado un libro con ese título, Endgame).
De ese paper de comienzos del mes
pasado transcribo la parte que me parece más interesante para nosotros y que
incluye una larga cita de un artículo del Financial
Times sobre la discusión en Alemania acerca del futuro del euro. Aunque
resulte un poco pesado, voy a poner comillas “tipográficas” al comienzo y al
final de cada párrafo en punto y aparte del paper
de Mauldin y, además, cambiaré el
tipo de letra, para mejor identificar lo que es de él y no mío.
«La
nueva religión de Europa»
«No es noticia que
Europa se ha convertido en cada vez menos religiosa. La asistencia a la iglesia
se ha reducido y las encuestas muestran que hay menos adeptos en Europa que nunca.
Pero hay una nueva religión que ha aumentado casi sin previo aviso. Y esa es la
“tienda de la reunión”, con el fervor de un renacimiento, de aquéllos que
desean una Europa unida, no sólo monetariamente, sino como un todo fiscal
verdadero.»
«Sería el triunfo de
la esperanza sobre la historia. Los problemas de la creación de una unión
monetaria sin una unión fiscal fueron ignorados en la fundación de la zona
euro. Los fundadores dijeron de forma explícita que sería cosa de la próxima
generación ocuparse de la unión fiscal. Hicieron tan caro como era posible para
una nación retirarse de la zona y no dejaron ningún medio legal para hacerlo. La
separación de la zona del euro sería un desastre de primera magnitud. Piensen
en al menos 7 u 8 de las plagas bíblicas.»
«Por lo tanto, los
líderes europeos del gobierno y las élites empresariales, especialmente las
elites del sistema financiero, son casi religiosas en su insistencia en que no
puede haber otra salida que no sea la unión fiscal. Y entre ellos se incluye Angela Merkel. Ella quiere la unión
fiscal en sus propias condiciones, pero está empeñada en lograrla incluso si eso
significa que Alemania debe renunciar a una parte significativa de su soberanía
y perder el control de la zona euro una vez que esa unión se logre. Y aunque Alemania
será la mayor parte de la unión por el poder económico y el gran número de
votantes, no tendría la mayoría. Perderían su capacidad para dictar la forma en
que la UE funciona a base del uso o no uso de su chequera.» [la chequera alemana]
«Incluso Angela Merkel sabe que una unión fiscal
con el tiempo significará eurobonos y la mutualización de la deuda. Y eso
significa que algún mecanismo debe ser creado para pagar por esos bonos. Que a
su vez requiere de facto autoridad fiscal para el parlamento de la UE. Alemania se convertiría en un solo
estado entre muchos otros. Importante, de gran alcance, pero sólo un Estado. Y
con sujeción de la zona del euro a escala de impuestos para pagar los
eurobonos, no importan los términos que se hayan formulado para ese pago.»
«Merkel y los otros líderes europeos no han preparado en realidad a
sus votantes para hacer frente a los cambios que se avecinan en la soberanía.
Pero va llegar el día en que los líderes tengan que aclararse y decir a sus
poblaciones lo que están planeando. En este punto, al resto de nosotros nos
gustaría saber, también.»
«Y no se trata sólo
de Alemania. ¿Cómo va a
reaccionar Francia? Creo que una unión fiscal fuerte y renunciar a la
soberanía de modo significativo podría ser mucho más difícil de vender a los
franceses que a los alemanes.»
«¿Se
harán alemanes todos los europeos?»
«Y, por último,
terminemos con este pensamiento. ¿Piensa realmente Alemania que en ese futuro cuasi-nirvana-de la unión fiscal, los
griegos, españoles e italianos van a pagar sus impuestos como los alemanes? ¿En
serio? Si sus respectivos gobiernos no pueden cobrar impuestos ahora, ¿qué
permite pensar que una autoridad fiscal de la zona del euro lo va a hacer algo
mejor? ¿O es que piensan que va a ser aceptable para los alemanes empezar a
comportarse como los griegos o los italianos, cuando se trata de impuestos?»
«¿De verdad creen que
los alemanes (o los holandeses o finlandeses e irlandeses) pagarán sus
impuestos y les será indiferente que los ciudadanos de otros estados no lo
hagan? Esa es la pregunta que debe ser tratada, y la Merkel y otros líderes del norte lo saben. El problema de la
confianza es enorme si se va a entrar en una unión con las poblaciones que
deseen.»
«En Italia se advierte en construcción una considerable
mayoría de los que quisieran abandonar el euro y volver a la lira. Berlusconi ha expresado esos
pensamientos, al igual que la Liga Norte,
un partido político importante en el norte de Italia. Y también lo han hecho
otros partidos más pequeños. También hay algún respaldo corporativo
supuestamente serio a este movimiento, ya que anhelan los buenos viejos tiempos
de la devaluación y la más fácil competencia.»
«Los finlandeses
tienen sus euroescépticos, así como los holandeses. Aquellos a los que se les
pide que firmen los cheques recelan de estampar su firma y dejar para más tarde
rellenar los importes. Y ahí es donde las ruedas económicas tocan el camino.»
«Europa afronta ahora
una elección entre el Desastre A y el
Desastre B. El Desastre A rompe el euro. El Desastre B mantiene unida
la zona euro. Ambos son horriblemente caros, sólo que de diferentes
maneras. Si Alemania fuera a
abandonar el euro, eso significaría una apreciación casi inmediata del nuevo marco
alemán - y un serio golpe grave para su máquina de exportación, que es el 40%
de su economía. La mitad de esas exportaciones van a sus socios europeos. Si perdieran
simplemente el 5% de sus exportaciones, eso produciría una profunda recesión. Y
esta es una estimación muy baja de lo que se perdería, por lo que he leído. Merkel y otros líderes alemanes saben
el enorme precio que Alemania pagará si salen de la zona euro. Y lo mismo vale
para los otros países del norte.» [el subrayado es mío]
«Pero permanecer en
la zona del euro también conlleva grandes costos. Alemania se verá obligada a ayudar a España e Italia. O a permitir
que el BCE pueda monetizar de alguna
forma sus deudas durante mucho tiempo. Lo que tendrá un impacto significativo
en el valor del euro y conducirá a la inflación, algo que los alemanes temen
mucho. El Ministro de Finanzas alemán Schaüble
ahora acepta que el 2% la inflación estaría bien. En privado, admite que será
de al menos 4.5%. Si pueden mantener eso así una vez que las naciones
periféricas hayan comenzado a tomar la droga de la deuda monetizada, que otros
pagan. Pero ése es un hábito muy difícil de eliminar.»
«Vamos a terminar con
parte de un artículo del Financial Times
de este fin de semana [AOS: concretamente, de 13 de julio de 2012],
que habla de la angustia en Alemania. No es un asunto trivial. No está claro,
al menos para mí, si la zona euro se romperá o habrá unión fiscal. Pienso, considerándolo
todo, que la zona euro más bien se romperá, debido a los inmensos problemas que
se deben afrontar para tratar de mantenerla unida.»
«Pero estas
consideraciones fundadas en el mundo real no tienen en cuenta el fervor
religioso de la Eurofilia de los líderes y las élites. Están totalmente
comprometidos a hacer que funcione. Y tal vez puedan encontrar una manera de
convertir a la mayoría de los ciudadanos europeos a su religión de la Unión Europea.
A eso debemos decir amén y ofrecer una ferviente oración para que, hagan lo que
hagan, sea algo ordenado y no se extienda el contagio al resto del mundo.»
«El artículo del Financial
Times [AOS: si quieren leerlo
entero y en directo, v. http://www.ft.com/intl/cms/s/0/4684bad6-cd07-11e1-92c1-00144feabdc0.html#axzz23QPtGEjh]
es titulado así: "Los economistas
alemanes se pegan sobre el futuro del euro”.»
«"Los guantes
están finalmente saliendo a relucir entre la normalmente sobria y escrupulosamente
cortés comunidad alemana de economistas en una amarga batalla por el futuro del
euro.”
«"Profesores serios
y de altos vuelos en materia de finanzas públicas y economía monetaria han sido
acusados de suscitar temores nacionalistas en un “debate de café”, de acuerdo
con una de las facciones y de falsificación de los hechos, según los oponentes
de esa facción.”
«"En el corazón
de la confrontación está un distinguido y mediático profesor, cabeza de uno de
los más reconocidos institutos económicos de Alemania. Su lenguaje emotivo y sus
serias advertencias de enormes deudas europeas garantizadas por Alemania, han
provocado airadas contra-acusaciones de populismo por sus compañeros académicos.”
«"Hans-Werner Sinn, profesor de la Universidad
de Munich y jefe del Instituto Ifo de
Investigación Económica, fue el primer firmante de una carta abierta
catastrofista, publicada por el diario conservador Frankfurter Allgemeine la
semana pasada [AOS: en concreto, el 5 de
julio de 2012. Si quieren leerla entera, v. http://www.faz.net/aktuell/wirtschaft/protestaufruf-der-offene-brief-der-oekonomen-im-wortlaut-11810652.html.],
denunciando las maniobras del Gobierno hacia una “unión bancaria” en la zona
del euro”. [AOS: el FT habla banking union y, en el original alemán, de Bankeunion,
y se añade de inmediato algo clave: “die
eine kollektive Haftung für die Schulden der Banken des Eurosystems bedeutet,
esto es, unión bancaria “que significa una responsabilidad colectiva por las
deudas de los bancos del Eurosistema”.]
«"No se debe
esperar que los contribuyentes, los jubilados y los ahorradores de los países
europeos que aún son [financieramente] sólidos” garanticen las deudas bancarias
de los demás, declararon. El esquema no salva el euro ni la idea de Europa,
insistieron, sino que simplemente beneficia a las casas financieras de Wall
Street y Londres, además de a unos pocos inversores alemanes y a unos cuantos bancos
nacionales y extranjeros enfermos.”
«"Más de 200
académicos han firmado la carta, según los autores. Pero ha enfurecido a Wolfgang Schäuble, ministro de
Finanzas, que denunció a los escritores como" irresponsables” "En
privado se refiere al profesor Sinn -cuyo
nombre significa" “sentido”- como el profesor Unsinn, o "sin sentido".
[AOS: el 31 de julio de 2012, Sinn publica un artículo en Le
Monde, titulado “Pourquoi
Paris et Berlin s'opposent», en el que, además de oponerse nuevamente a una
mutualización de la deuda y de procurar atraer a Francia a su postura, defiende
que varios países de la eurozona que se encuentran en dificultades han de
abandonar temporalmente la zona euro y volver a sus monedas. Se trataría de
Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España. Un pequeño confidencial on line español presenta a Sinn como portavoz del Gobierno alemán
o, más concretamente, «prestigioso asesor del Ministro de Finanzas alemán,
Wolfgang Schaüble», cosa que no es en absoluto. Si quieren, vean entero el artículo de Sinn con http://www.lemonde.fr/idees/article/2012/07/31/pourquoi-paris-et-berlin-s-opposent_1740576_3232.html.
A mí me merece más confianza el criterio de Mauldin y del Financial Times y el artículo de Sinn me parece bastante flojo.]
«"También
han despertado las universidades. Unos 220 académicos han firmado una vigorosa
declaración de respuesta en la que afirman que la “unión bancaria” es un paso
esencial en la gestión de la crisis de la eurozona, que "de ninguna forma”
respalda "la colectivización de los pasivos bancarios.”
«"Una tercera
misiva, publicada en el periódico Handelsblatt,
diario de negocios, por lumbreras tales como Bert Rürup, ex presidente y veterano del comité gubernamental de
cinco sabios -su panel de asesores económicos - condena los 'argumentos
cuestionables' y 'clichés nacionales 'de la carta original. Acusan a sus
autores de “provocar miedos y emociones sin aportar hechos para probar su tesis.”
«"'Son como médicos
en la sala de urgencias que dicen " apagar el oxígeno ", sin tener
otra solución que ofrecer", dice Peter
Bofinger, profesor de economía en la Universidad de Göttingen y uno de los
"cinco sabios". El autor desafía al profesor Sinn a decir con precisión a dónde quiere ir.”»
Voy terminando, por
hoy. Ya se ve que la situación es dificilísima. Porque “unión fiscal” viene a
significar -no existe una definición generalmente aceptada o, al menos, no la
he encontrado- una única política económica (presupuestaria, tributaria y de
gasto), lo que, obviamente, significa una única autoridad suprema en esas
materias y, en suma, una enorme cesión de soberanía (se diría, eso sí, que al
menos Hans-Werner Sinn da por
supuesta una mayoría alemana, que Mauldin
niega). Mauldin tiene razón al considerar
muy difícil, por no decir imposible, la “unión fiscal”. Si pensamos que la
“unión bancaria” es sólo un aspecto de la “unión fiscal”, ya vemos las
resistencias a la mera Bankeunion en Alemania. Son muchas las voces que sitúan a Europa
en un trance similar, aunque inverso, nada menos que al de la fundación de los Estados Unidos de América. En Europa se hizo antes la unión monetaria
y ahora habría que ir a la bancaria y a la fiscal, mientras que el poder fiscal
de los EE.UU. fue claro desde el
principio (aunque muy limitado) y la unión bancaria y monetaria vino después.
Aún así, todavía se discute como Jefferson
y Hamilton, que no dejan de estar en
el trasfondo de la dura y actualísima polémica entre la corriente crítica a la FED y la defensa de ésta.
Me atrevo a apuntar que,
además de la cesión de soberanía como un enorme problema político, encuentro para la
“unión fiscal” un problema aún mayor, salvo que se acepte que el pez grande se
come al chico (lo que no acepto), porque es una versión soft de la “ley de la
selva”. Me refiero al problema de la diversidad económica intrínseca de los países de la UE (e incluso de la eurozona), háblese de
diferencias estructurales entre norte y sur o, más modestamente, “trade
imbalance” entre Alemania et al. y los países periféricos. Para similares impuestos, ¿se podrían lograr similares retribuciones?
Pero la situación aún
puede presentar más elementos problemáticos. La situación era vista por Mauldin, el 14 de julio de 2012, como
he dejado dicho. Pero en su newsletter
de 11 de agosto de 2012, titulada “And Then There Is Disaster C”, apenas un mes después, algo le
parece distinto y no precisamente para mejor. Lo veremos en un próximo post.
Lo que está claro es que, para que haya unión fiscal, primero tiene que haber una crisis grave que fuerce a los Estados a emprender la huida hacia adelante. Nos quieren convencer de que no hay otra salida, de que al entrar en el euro quemamos las naves y ahora o cedemos soberanía o "los mercados" se nos comen (mientras Alemania y Francia, por cierto, colocan su deuda a intereses de película cinemascope). Yo no entiendo mucho de estas cosas, pero desconfío por principio de quien pretende salvarme de mí mismo.
ResponderEliminarPor lo demás, consuela leer a alguien que defiende cosas como las que dice Ud. en el post. Alguien tiene que decirlas en la España de hoy: ¡basta ya de enjuagues! ¡Basta ya de meter la mano en el bolsillo a la gente! ¡Basta ya de mantener intacto el tren de vida de unos cuantos a costa del empobrecimiento de todos los demás!
Buenas tardes.
ResponderEliminarSoy estudiante de Derecho en la UCA y administro un web/blog sobre Derecho Constitucional. Su objetivo es mejorar la información existente en la red publicando artículos cuya fuente son libros de Derecho (con el permiso de su autor, claro está).
Estando ya casi terminado estoy buscando formas de darle un empujón al proyecto y que llegue a más gente interesada. Me gustaría proponerte un intercambio de enlaces con tu blog, del que seguro saldríamos los dos beneficiados en mayor o menor medida. Te dejo el enlace pinchando en mi nombre, avísame con lo que sea.
Un saludo.
Para Javier García de Tiedra González: he visto el web/blog "Derecho Constitucional", que me parece muy meritorio y ambicioso. No tengo inconveniente en incluir entre mis enlaces, pese a la muy clara heterogeneidad de los dos blogs, porque éste es el vehículo de opiniones personales y carece de propósito informativo o didáctico sobre el Derecho Procesal o materia similar.
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