LA POLÍTICA ALEMANA YA NO SE PUEDE ACEPTAR
Vuelvo sobre la situación económica porque
estamos a pocos días de momentos decisivos. Decisivos, no para un país entero,
sino también para cada uno de nosotros. Estas lecturas de agosto, tan “económicas”, tratan, no tengo duda, sobre
lo que más importa y cuando más importa. Así que los asuntos y asuntillos domésticos,
quizá con más morbo, deben ceder el paso a la encrucijada histórica.
Vengo diciendo aquí, desde hace más de un año, que Alemania y, en concreto, su Canciller federal, Angela Merkel, tiene una gran responsabilidad en lo que nos ocurre
y, sobre todo, en nuestro futuro inmediato (incluido el de la misma Alemania y el de Europa). Durante un tiempo, pensé que Frau Merkel no entendía hasta qué punto su actuación respecto de España e Italia comprometía el futuro de la misma Alemania. Después dije que era inaceptable el trato político que
recibíamos e hice ver -siempre a la vez que reconocía muy grandes y en parte
persistentes errores españoles- que no éramos, sin embargo, ni los únicos ni
los principales responsables de la crisis. Y he terminado por estar seguro de que,
a ciencia y conciencia, Alemania es
en grandísima medida responsable de la crisis europea y que esa nación y sus
satélites (especialísimamente el Banco
Central Europeo, de Don Draghi) están buscando nuestra
ruina en su propio provecho. Lamento mucho llegar a este convencimiento, pero no puedo evitarlo.
(Si quieren, repasen los cuatro siguientes “post”:
12 de agosto de 2011: MENSAJE A DÑA. ANGELA MERKEL: NO TODOS LOS
ESPAÑOLES SOMOS ZAPATERO: http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2011/08/mensaje-dna-angela-merkel-no-todos-los.html;
18 de noviembre de 2011: LA EXPLOSIVA MEZCLA DE UN ENORME CRIMEN Y UNA
GIGANTESCA INCOMPETENCIA (y II): http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2011/11/la-explosiva-mezcla-de-un-enorme-crimen_18.html
4 de junio de 2012: NI LOS ERRORES AJENOS EXCUSAN LOS PROPIOS, NI LOS
PROPIOS BORRAN LOS AJENOS: http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2012/06/ni-los-errores-ajenos-excusan-los.html
15 de julio de 2012: EL
"CÍRCULO INFERNAL" PARA INTERVENIR Y COMPRAR ESPAÑA (I): http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2012/07/el-circulo-infernal-para-intervenir-y.html)
Parece necesario decir que la República
Federal de Alemania no ha sido ni es la Cruz Roja ni una ONG humanitaria y sin
ánimo de lucro; sus bancos han prestado y han comprado títulos y valores a
quien libremente han querido prestar y comprar; las empresas alemanas han hecho lo que han querido; se desconocen entregas masivas
de productos alemanes a título gratuito; se desconocen impagos masivos del
precio de productos alemanes y nadie se ha atrevido ni a sugerir que Alemania se desangraba como una mamá pelícano para que con su sangre se
alimentasen otros países, sus poyuelos. No: legítimamente, Alemania estaba y está a sus bussines.
Jamás he sido germanófobo, sino más bien todo lo contrario. De mi respeto, afecto y admiración
por Alemania hay abundantes pruebas
en mi curriculum vitae (incluido, claro, el historial profesional) y, desde luego,
en bastantes de mis aficiones. Pero los hechos relevantes que componen una
evolución histórica y una situación actual no se pueden trocear, para tachar
buena parte de ellos, simplemente porque, de un modo u otro, se ha contraído
una absoluta, pertinaz y sistemática germanofilia, que genera intolerancia
aguda a cualquier crítica a Alemania.
No entiendo, pero no me gusta, esa inclinación de bastantes de nuestros intelectuales (en sentido amplio: gente
que trabaja sobre todo con la cabeza) a la autoflagelación, esto es a fustigar
sin piedad lo español (la historia, los hábitos de la gente, nuestros defectos supuestamente
exclusivos), porque, dicen, conocen muy bien España, mientras casi todo lo extranjero-europeo les parece
perfecto, aunque sólo lo conozcan superficialmente y no admitan matices
críticos procedentes de quienes conocen bien lo francés, lo italiano o lo
alemán. Es paradójico cómo esos intelectuales
pueden con tanta frecuencia incurrir en los más manidos lugares comunes
favorables a lo alemán (el orden, la laboriosidad, la eficiencia, por ejemplo)
mientras se precipitan a generalizar los tópicos desfavorables a lo italiano,
lo francés y lo español.
A veces tengo la impresión de que personas
de mucha calidad intelectual creen que evitar todo nacionalismo -propósito impecable- implica carecer de patriotismo. Caen en una gran atonía emocional y en
cierto empobrecimiento de la personalidad y de su intelecto. Pero lo curioso es
que no reparten su frialdad equitativamente, sino que la reservan para las cosas
de su país, si es que cabe atribuirles alguno (a veces sí: vibran con su aldea).
Viene esto a cuento de la guerra de opinión inter-eurozona y de la sumaria
descalificación que algunos pretenden de toda posición netamente crítica de la
actual actitud de los dirigentes económicos y políticos alemanes. Voy a decirlo
con claridad: no he sentido ni siento satisfacción alguna en la crítica,
pero me reafirmo en ella: lo que Alemania,
en cuanto Estado, está haciendo en estos momentos es económicamente muy torpe y
políticamente rastrero. Alemania
es el motor, la locomotora y la potencia
de Europa. Cierto. Pero precisamente por eso está fallando clamorosamente en su
papel. Europa necesita un liderazgo
y Alemania no sólo no lo
proporciona (pase: nadie da lo que no tiene), sino que manda en Europa
y quiere seguir mandando pese a carecer de un proyecto de Europa... o, si lo tiene (que probablemente lo tendrán los
políticos y los banqueros), lo oculta, lo que aún es peor. Vemos politiquería
aldeana, cercana al nacionalismo, en quien habría de aportar, si no un
liderazgo magnánimo como el que precisa la construcción de Europa, al menos alguna clara señal de comprender que eso es lo que
Europa necesita.
Alemania, que
-insisto- nunca ha sido una ONG humanitaria a la que los demás
hayamos explotado sin vergüenza ni consideración, mientras ella se desangraba,
no es ya ahora lo que era ni va camino de seguir siendo una "gran nación". Salvo que
rectifique a fondo, va a entrar en crisis (mientras termino este “post” llegan
noticias en ese sentido). Y los dirigentes actuales no serán quienes la saquen
de ella.
Pues bien, además de que esto que a algunos se nos ocurre aquí en la Europa meridional, lo tienen muy claro
al otro lado del Atlántico, como han podido comprobar con los dos “post”
anteriores, prosiguen los análisis que ponen bastante al descubierto a qué se
dedican los dirigentes políticos y bancarios alemanes. Ahora verán.
A propósito de una interesante noticia -la negativa a invertir de uno de
los principales fondos de inversión del mundo, que ha devuelto dinero a sus
clientes- he encontrado un texto en el que se plantea debate acerca de la
implicación de la política en la economía y sobre la predictibilidad de una y
otra. Pero, más allá de estas interesantes cuestiones -pero
probablemente de tan largo tratamiento como interés-, el texto contiene una exposición del nacimiento, desarrollo,
presente y futuro de la Unión Europea
en relación con el interés político de Alemania.
Como ahora, en el seno de la UE,
cualquier posición (favorable o contraria) sobre la actuación de Alemania es
devaluada como sospechosa de beligerante, este texto, del 7 de agosto de 2012, titulado “Financial Markets, Politics and the New
Reality”, escrito por un analista estadounidense, George Friedman, me parece importante. George Friedman -sin parentesco con Milton F.- es el fundador y director ejecutivo de la empresa de
análisis geopolítico Stratfor y está
muy al corriente, por su experiencia y su trabajo, de lo que sucede en este
mundo tan complejo. Lo que Friedman
dice es muy discutible, pero, desde luego, no se trata de un indocumentado
cantamañanas. V. http://www.stratfor.com/
Aunque seguimos en agosto, he cortado el texto, porque la crítica a los
inversores por no entender lo que el autor ve tan claro -la predictibilidad de
las conductas políticas- no tiene mucho que ver con nuestro asunto.
Pero antes de copiar, les confiaré que, cada día que pasa con este chalaneo
a propósito de Europa y del euro,
menos me gusta y, sobre todo, menos atractiva y viable me parece la Europa que sostiene Alemania. Y como estamos en una
encrucijada de tremenda incertidumbre, me viene cada vez más a la cabeza la
idea de que podrían ser preferibles los
riesgos de salir de un proyecto desagradable y de muy incierto futuro a los
riesgos de seguir atados a tal proyecto. Porque los costes de irnos serían
muy altos a corto y medio plazo, pero muy altos y no sólo a corto y medio plazo
son también los costes de quedarnos en la eurozona, de cuyo futuro o buen fin
dudan tantas personas inteligentes. Según muchos analistas, extraeuropeos
ellos, probablemente no estaríamos solos en el abandono del euro. Salirse del
euro sería durísimo, pero ¿no lo está siendo y lo será, al menos por igual,
permanecer en la eurozona? Repito que habría que estudiar muy a
fondo el dilema y el Gobierno español debería movilizar esfuerzos en esa línea,
sin ocultarlo, sino todo lo contrario. No debe ser la previsión de una emergencia inevitable,
sino el estudio serio de una opción tan importante como la contraria.
Ahora ya copio a G. Friedman
(como otras veces, negrita, cursiva y
subrayado son míos):
«“Louis M. Bacon es la cabeza de Moore Capital Management, uno de los hedge funds [AOS: trad. aprox.: fondos de inversión de alto riesgo] más grandes e influyentes del mundo.
La semana pasada anunció que devolvía una cuarta parte de su fondo más
grande, alrededor de dos mil millones de dólares, a sus inversores. La razón
que dio al The New York Times fue que
había encontrado dificultades para invertir, dada la imposibilidad de predecir
la situación europea. Se citó a Bacon así: "La implicación política es tan extrema... no hemos visto algo semejante
desde la posguerra. Lo que están haciendo es tratar de frustrar los resultados
naturales del mercado. Es asombroso lo importante que la adopción de decisiones
de una sola persona, Angela Merkel,
ha llegado a ser para los mercados mundiales".»
«El objetivo de los
fondos de cobertura es ganar dinero y lo que Bacon vino a decir fue, esencialmente, que no se puede ganar dinero
cuando hay una fuerte implicación política, porque esa implicación introduce
incertidumbre en el mercado. Por tanto, la inversión prudente se vuelve
imposible. Los hedge funds se han
convertido en críticos para la asignación mundial de capitales debido a que sus
acciones influyen en otros actores importantes y a que su falta de voluntad
para invertir y negociar tiene importantes implicaciones para la disponibilidad
de capital. Si otros siguen el ejemplo de Moore
Capital, como lo harán, habrá mayores dificultades para reunir el capital
suficiente para hacer frente al problema de Europa.»
«Pero lo más interesante
es el razonamiento. Las palabras de Bacon
entrañan la idea de que las decisiones políticas son impredecibles o menos
previsibles que las decisiones económicas. En lugar de ver a la Canciller
alemana Merkel como prisionera de fuerzas
ajenas al mercado, que limitan sus acciones, los inversores convencionales
parecen pensar que Europa está ahora
sujeta a los caprichos de Merkel. Yo
diría, por el contrario, que las decisiones políticas son predecibles y que Merkel, más que tomar decisiones, está siendo el reflejo de las fuerzas impersonales que la
dirigen. Cuando se comprenden esas fuerzas impersonales, es posible predecir
comportamientos políticos, como se pueden predecir comportamientos del mercado.
No es una ciencia exacta, pero si se hace correctamente, tampoco es imposible.»
«Para hacer esto, se
debe comenzar por entender dos cosas. La primera es que la política y los
mercados siempre interactúan. El verdadero fundamento del mercado -la sociedad
de responsabilidad limitada- es político. Lo que muchos toman como natural es
en realidad un mecanismo político que permite a los inversores limitar su responsabilidad.
El modo en que se limita la responsabilidad es una cuestión jurídica, no una
cuestión de mercado, y está diseñada por los políticos. La estructura de riesgo
en la sociedad moderna gira en torno a la sociedad mercantil y la sociedad es
un artificio de la política en dependencia de los riesgos. No hay nada natural
acerca de las leyes societarias de una nación y son esas leyes las que definen
los mercados.»
«Hay tiempos en que
la política deja en paz esas leyes y no las cambia y tiempos en que la política
se entromete. La última generación ha sido un tiempo único en el que la
prosperidad de los mercados permitió a la estructura legal permanecer en
general intacta. Después de 2008, esa
estabilidad ya no fue posible. Pero la implicación política activa en los
mercados es en realidad la norma, no la excepción. Los inversores
contemporáneos han visto una una dramática excepción -la última generación- y, con
falta de sentido histórico, la han confundido con la norma. Eso explica la
incapacidad de los inversores actuales para hacer frente a las cosas que las
generaciones anteriores que se enfrentaban constantemente.»
«El segundo punto de
partida es el reconocimiento de que pensadores como Adam Smith y David Ricardo,
que tanto admiran los inversores modernos, entendieron perfectamente lo que
decimos. Ellos nunca utilizaron el término "economía" por sí solo,
sino únicamente en relación con la política y lo llamaron economía política. El término "economía" no apareció solo
hasta la década de 1880, cuando un grupo llamado los Marginalistas buscaron matematizar la economía y lanzarla, libre de
la política, como una ciencia social autónoma. La cuantificación de la economía
y las finanzas condujeron a la creencia -nunca sostenida por hombres como Smith- de que había una esfera independiente
de la economía en la que política no se entrometía y que las matemáticas permitían
a los mercados ser predecibles, con tal de que la política no pudiese
interferir.»
«Dado que la política
y la economía nunca se pueden separar, las matemáticas nunca fueron tan
predictivas como se había pensado. (…)»
«El mundo no es
imprevisible y no lo es ni Europa ni
Alemania. La cuestión no es ni lo
que los políticos dicen que quieren hacer ni lo que secretamente desean hacer.
De hecho, no es la comprensión de lo que harán. Más bien, la clave para
predecir el proceso político es la comprensión de las limitaciones: las cosas
que no se pueden hacer. La idea de los inversores de que los mercados se hacen
impredecibles por la política falla en dos puntos. El primero, que no ha habido
un mercado independiente de la política desde que la sociedad de
responsabilidad limitad (corporation)
fue inventada. El segundo, que la política y la economía son ambas empresas
humanas y, por lo tanto, ambos tienen un grado de previsibilidad.»
«Las
limitaciones de Merkel»
«La Unión Europea se creó por razones
políticas. Las consideraciones económicas fueron un medio para un fin y ese fin
era detener las guerras que habían destrozado Europa en la primera mitad del
siglo XX. La clave era unir Alemania
y Francia en una alianza
inquebrantable basada en la promesa de la prosperidad económica. Quien no
entienda los orígenes políticos de la Unión
Europea y se centre sólo en lo económico no puede comprender cómo funciona la
UE y resultará sorprendido por las
acciones de sus políticos.»
«La Europa de posguerra se desarrolló al
reanudar Alemania su prebélico papel
de potencia exportadora masiva. Para los alemanes, las primeras versiones de la
unificación europea se convirtieron en la base para la solución del problema
alemán, que era una capacidad productiva de Alemania que sobrepasaba su capacidad de consumo. Alemania
tenía que exportar para sostener su economía y toda barrera al libre comercio
amenazaba a los intereses alemanes. La creación de una zona de libre comercio
en Europa era el imperativo
fundamental y cuantas más naciones abarcaba esa zona de libre comercio, más mercados
más estaban disponibles para Alemania.
Por lo tanto, Alemania se mostró
agresiva en la ampliación de la zona de libre comercio.»
«Alemania
fue también un gran defensor de las normas a escala europea en áreas tales como
la política de empleo, política ambiental y otras. Estas políticas protegen a
las grandes empresas alemanas, que son capaces de absorber los costes, de la
competencia empresarial del resto de Europa.
El aumento del costo de la entrada en el mercado era una parte importante de la
estrategia de Alemania.»
«Por último, Alemania
fue la campeona del euro, una moneda única controlada por un solo banco sobre
el que Alemania tenía una influencia proporcional a su importancia. La moneda
única, que se centra en evitar la inflación, ha protegido a los acreedores
alemanes contra los países europeos dificultando su salida de la deuda. La
deuda estaba denominada en euros, el Banco Central Europeo controlaba el valor
del euro y los países europeos, dentro y fuera de la eurozona, estaban atrapados
en esa política monetaria.»
«Mientras hubo
prosperidad, los problemas subyacentes del sistema estuvieron ocultos. Pero la
crisis de 2008 puso de manifiesto los problemas. En primer lugar, la mayoría de
países europeos tenían importantes saldos comerciales negativos con Alemania. En
segundo término, la política monetaria europea se centró en la protección de
los intereses de Alemania y, en menor medida, de Francia. El régimen
regulatorio creó una rigidez sistémica, que protegió a las grandes compañías
existentes.»
«En
estas circunstancias, la política de Merkel
le fue impuesta a Merkel por la
realidad. Alemania era y es
totalmente dependiente de sus exportaciones y sus exportaciones a Europa son críticas. Tenía y tiene que
asegurarse de que la zona de libre comercio se mantenga intacta. Después, tenía
y tiene que reducir al mínimo el coste para Alemania
de la estabilización del sistema desplazándolo hacia otros países. Merkel ha tenido que convencer a
sus compatriotas de que la crisis era debida a los libertinos del sur de Europa y de que no iba a permitir que se
aprovechasen de los alemanes.
La verdad es
que la crisis fue causada por Alemania,
utilizando el sistema de comercio para inundar los mercados con sus bienes, con
limitación de la competencia mediante regulaciones y, así, por cada euro descuidadamente
pedido en préstamo, un euro se prestó sin cuidado. Como buen animal político, Merkel creó el mito de los griegos astutos
engañando al confiado Deutsche
Bank examinador.»
«Dejando a un lado la
retórica, la toma de decisiones de Merkel
estaba clara. En primer lugar, en ningún
caso podía permitir a ningún país salir de la zona de libre comercio de la Unión
Europea. Una vez que empezase la salida no podría predecir dónde iba a
terminar, excepto que terminaría en una catástrofe alemana. En segundo lugar, por razones económicas y
políticas, tenía que ser lo más agresiva posible con los prestatarios morosos.
Pero nunca tan agresiva como para provocar que esos
prestatarios decidan que tiene más sentido el default (la suspensión de pagos) y la retirada que permanecer en el
sistema.»
«Merkel
no ha estado tomando decisiones (según su arbitrio): ha estado actuando conforme
a un guión que había sido inscrito en la estructura de la Unión Europea y de la economía de Alemania. Merkel ha
creado crisis que apuntalan su posición nacional, adopta siempre la postura del
mejor acuerdo concebible que no fuerce la retirada y, al final, o bien llega a
un acuerdo que efectivamente no la fuerce, o bien simplemente capitula,
aplazando el problema hasta la próxima reunión del grupo que sea.» [AOS: ¿No les suena todo esto, en estos días, respecto de Alemania, el BCE y la UE, por un lado y Grecia, por otro?]
«Al
final, los alemanes tendrán que absorber el costo de la crisis. Merkel, por supuesto, lo ha sabido
siempre. Ha intentado e intenta forjar una nueva estructura europea a cambio de
la inevitable capitulación de Alemania
a Europa. Merkel ha comprendido que Europa
y uno de los cimientos de la prosperidad europea, se resquebrajaban. Su
solución es proponer una nueva estructura en la que los países europeos acepten
la supervisión de Bruselas de sus presupuestos nacionales como parte de una
solución sistémica para los alemanes. Algunos países rechazan abiertamente esta
propuesta, mientras que otros están de acuerdo, a sabiendas de que nunca será
implementada. El
intento de Merkel de recuperarse mediante
la creación de un aparato europeo aún más poderoso está destinado al fracaso
por dos razones. En primer lugar y más importante, porque renunciar
a la soberanía no es algo que hagan fácilmente las naciones -especialmente las
naciones no europeas- y no en favor de lo que en realidad sería una estructura
alemana. En segundo lugar, porque el resto de Europa sabe que no tiene que
ceder, pues al final Alemania tendrá que firmar (con mucho, el resultado más
probable) o la zona de libre comercio hará pedazos.»
«Si entendemos lo que
es obvio, entonces las acciones de Merkel
han sido y son plenamente comprensibles. Alemania necesitaba y necesita a la Unión Europea más que cualquier otro
país, debido a su dependencia del comercio. Alemania
no puede permitir que la UE se
disuelva en naciones desconectados. Por lo tanto, Alemania constantemente faroleará y dará marcha atrás. Todo
el drama griego es un paradigma de eso. Era Merkel quien estaba atrapada y, al estar atrapada, era predecible.»
«La cuestión del euro
es interesante porque se cruzaba con el sistema bancario. Pero al centrarse en
el euro, los inversores no han logrado entender que se trataba y se trata de
una cuestión secundaria. La Unión
Europea es una institución política y la unidad de Europa es lo primero. Los prestamistas han estado mucho más
preocupados por la suerte de sus préstamos que los prestatarios. Y haga el Banco Central Europeo las sombras
chinescas que quiera, terminará haciendo lo mínimo que pueda hacer para evitar
la suspensión de pagos (default) -pero
la evitará. (…)»
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