jueves, 25 de marzo de 2010

BOMBARDEOS DIARIOS DE BANALIDAD


ASOMBROSAS “NOTICIAS CIENTÍFICAS” EN UN SOLO DÍA


SOBRE EL AUMENTO DE LAS RACIONES DE COMIDA: DEL AÑO 1000 AL 2000

TEST “CIENTÍFICO” PARA DETECTAR LA "ADICCIÓN AL TRABAJO"

LA PERSONALIDAD DE LOS PULPOS Y LA TV HD.

De nuevo me ocupo –no por falta de ocasiones anteriores, sino por otros motivos, uno de los cuales y no el menor, es descansar de asuntos judiciales y políticos, peripecias de Garzón incluídas- de esos fantásticos “trabajos científicos” con que los “medios” nos bombardean cotidianamente. El bombardeo tiene la misma naturaleza y va en la misma línea, exactamente la misma, del que se realiza al noticiar, también cotidianamente, que una tal Belén Esteban anda deprimida, que un tal Cantizano (hasta hace poco, pensaba que era una tal) barrió a Jordi-no-sé-cuantos, que Zutanita de Cual parece que ha sustituido a Menganita en el corazón del futbolista Perengano o que la presentadora Aurora (muy señora mía) le ha sacado 1’8 puntos del “share” televiso en el “prime time” o en “late time” a la joya de Tele Mosca, la presentadora Pilara (muy señora mía también). De lo que se trata, con las noticias científicas como con el “cuore” o los personajes mediáticos, pura y exclusivamente mediáticos, es de abrumarnos con la más estricta y neta banalidad.

Pero lo de la banal miscelánea científica diaria tiene el “delito” especial de que revela el vasallaje mediático y la extrema camelancia óntica que se han introducido en universidades y centros de investigación (presuntos) y que, al parecer, llevan camino de dominar esos ámbitos, que debieran seguir siendo respetables. Vean (o repasen) tres noticias de un solo día, aparecidas en versiones "on line" de periódicos españoles de amplia difusión (relativa). Yo pongo los titulares, la noticia resumida (entre comillas) y algún que otro comentario. Pero, antes, diré por qué me ocupo de estas bobadas (honradamente me parece que lo son).

Me ocupo de ellas justo porque no considero saludable, sino cerebralmente muy nocivo, el bombardeo de banalidades al que nos someten. No es bueno, sino muy malo, que nos acostumbremos a ver -y no digamos a leer con detenimiento acrítico- “noticias” de esta especie. De vez en cuando, por tanto, es necesario que nos digamos y digamos a nuestro alrededor: “¡qué bobada!” o “¡qué bazofia!”. Caer en la cuenta y hacer caer a otros en la cuenta de que ese material informativo es despreciable y de que hay cosas más interesantes y divertidas que hacer constituye una buena acción, socialmente muy necesaria para no contraer, individual y colectivamente, una idiocia irreversible.

Pero les propongo un experimento (nosotros también podemos hacer "ciencia", ¡qué caramba!): en varias ocasiones en que tomen un café o una cerveza con compañeros o amigos, intenten contarles, en serio, cualquiera de estas tres noticias. Háganlo y me envían los resultados, especificando a) si admitieron conversar sobre los temas; b) si, en algún momento, no pudieron finalizar el relato y, en tal caso, cuántos minutos aguantaron; c) en los casos de relatos terminados, reacciones registradas. Así podríamos llevar a término una investigación publicable, quizá con este titular: “Un “test” científico de ‘tolerancia social a la estulticia’”. Ahí van las noticias.

CUÁNDO COMENZARON A AUMENTAR LAS RACIONES DE COMIDA

“Ciertos investigadores de la Universidad de Cornell (Reino Unido) llevaban tiempo dándole vueltas a esta incógnita: "los tamaños de las raciones han aumentado mucho en los últimos años, pero ¿cuándo se inició esta tendencia?".

“Para dar respuesta a esa duda, comenzaron a repasar la historia del arte en busca de representaciones artísticas y decidieron centrarse en la que probablemente es la comida más veces pintada: la Última Cena. En total, analizaron 52 cuadros (…) realizados entre los años 1000 y 2000. A través de una técnica de imagen, compararon los tamaños relativos del plato principal, el pan y la vajilla empleada de cada pintura, entre las que se incluía el famoso cuadro de Leonardo da Vinci. Los resultados (…) pusieron de manifiesto que el tamaño de las porciones había aumentado un 69% en el periodo estudiado.”

“Para los autores de este trabajo, cuyas conclusiones se publican en la revista 'The Internacional Journal of Obesity', la clave de este considerable crecimiento de los platos radica en "el dramático incremento en la producción, disponibilidad, seguridad y abundancia de comida" experimentado en el último milenio; lo que también se habría reflejado en el arte. El arte imita a la vida y los cambios [en la disponibilidad de alimentos] se han ido reflejando en las pinturas de la cena más famosa de la historia", ha comentado Brian Wansink, principal autor de la investigación, al diario británico 'The Guardian'.” (Un genio, este Brian).

Aquí lo más notable no es que califiquen de “dramático” el “incremento de la producción” (cosa obvia si del año 1000 a 2000 se trataba), sino que dejan sin respuesta la pregunta inicial. O, más bien, responden al interrogante “¿cuándo comenzaron a aumentar las raciones de comida?” con esta científica respuesta: “desde el principio”.

UN TEST CIENTÍFICO SOBRE ADICCIÓN AL TRABAJO

“Una nueva investigación, realizada por expertos de la Universidad Jaume I (Castellón) y la de Utrecht (Holanda), analiza el impacto de esta adicción, centrándose en los dos ejes que la componen: trabajar excesivamente y de forma compulsiva.”

“Los datos, recogidos por la plataforma SINC y publicados en la revista 'Psicothema', pertenecen a 2.714 trabajadores: 2.164 holandeses y 550 españoles. En Holanda, la muestra contó con una edad media de 38 años y era mayoritariamente femenina (64%), mientras que en España, la edad rondó los 34 y un 54% eran mujeres.”

“A pesar de que en el pasado algunos expertos creyeron que esta adicción era positiva, la investigación deja claro el impacto negativo de la misma. De hecho, los autores resaltan las consecuencias perjudiciales sobre el bienestar psicosocial. Cuanto más intensa es la obsesión, menor el nivel de felicidad y peor la percepción de la propia salud. Del Líbano apunta (…) que este tipo de pacientes suelen pasar muy desapercibidos, ya que, como todos los adictos, tienden a negar lo que les sucede. "Es su mecanismo de defensa, dicen que tienen mucho trabajo cuando realmente se lo están imponiendo ellos".

"Si es una labor menos cualificada, en la que se propongan menos retos, y con una mayor rigidez horaria, hay menos probabilidad de acabar obsesionándose", aclara el citado experto de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales."

“Aunque el perfil de cada afectado varía mucho, hay algunas características generales: suelen ser personas de 35 a 45 años, perfeccionistas, que prefieren trabajar de forma individual (para cargarse con todo el trabajo) y que necesitan controlar todo. Pero no sólo influye la personalidad. La sociedad también marca el riesgo: ‘en Japón, por ejemplo, donde se da mucha importancia al trabajo, la incidencia se sitúa en un 20% aproximadamente’.”

“En cuanto a los primeros síntomas, el principal firmante del documento recalca que estos adictos ‘rinden mal en el trabajo porque asumen demasiados retos; su círculo social se va reduciendo progresivamente; tienen más conflictos con su pareja y suelen presentar problemas de salud (gastrointestinales, cardiacos, ansiedad...)’".

“Para identificar el trastorno, estos expertos se basaron en una versión reducida de la escala DUWAS. Con los 10 ítems que la componen, los científicos subrayan que fueron capaces de diagnosticar con eficacia los casos de adicción.”

Eso sí, como aclara Mario del Líbano, éste sería el primer paso. (…) la persona debe acudir a la consulta y someterse a una entrevista personalizada "para acotar con más seguridad que se trata de un adicto al trabajo". A continuación se intentará modificar su conducta con distintas estrategias adaptadas a las características personales. "No se les puede prohibir trabajar, como sí se puede hacer con el hábito de beber en los adictos al alcohol".”

Verdaderamente genial todo, aunque...vean la versión reducida de la escala DUWAS y juzguen Vds. mismos la naturaleza científica del test de la novísima adicción al trabajo. Los "10 items" son éstos:

“1. Parece que estoy en una carrera contrarreloj; 2. Me encuentro continuamente trabajando después de que mis compañeros ya lo han dejado; 3. Para mí es importante trabajar duro incluso cuando no disfruto de lo que estoy haciendo. 4. Generalmente estoy ocupado, llevo muchos asuntos entre manos. 5. Parece que un impulso interno me lleva a trabajar duro, es como un sentimiento de que es algo que tengo que hacer tanto si quiero como si no. 6. Dedico más tiempo a trabajar que a estar con mis amigos, practicar hobbies o hacer actividades de placer. 7. Me siento obligado a trabajar duro, incluso cuando no lo disfruto. 8. Me encuentro a mí mismo haciendo dos o tres cosas al mismo tiempo, como comer y tomar notas mientras estoy hablando por teléfono. 9. Me siento culpable cuando tengo un día libre en el trabajo. 10. Me resulta difícil relajarme cuando no estoy trabajando.”

Me parece que habría que repensar algo (bastante, diría) el estatuto científico de muchas de las llamadas Ciencias Humanas y Sociales. Algunas de las investigaciones podrían ser sustituídas por una sesuda Fenomenología de lo Obvio. Y si hay que recortar el gasto público, podría empezarse por la financiación de investigaciones como ésta.

LA PERSONALIDAD DE LOS PULPOS Y LA BONDAD DE LA TV HD

Con el “apagón” en España de la TV analógica y el paso a la Televisión Digital Terrestre, muchas personas han cambiado de televisor y se han enterado de la muy superior bondad de los aparatos capaces de captar y reproducir emisiones (o DVDs) de alta definicion (“High Definition”: HD). Pero la noticia nos informa de que los pulpos también han empezado a enterarse de la TV HD y nosotros, a enterarnos más de los pulpos. Lean la noticia:

“Los pulpos identifican a sus presas, sus posibles enemigos y otras criaturas marinas a través de la vista. Sin embargo, para los científicos ha sido muy complicado conocer las reacciones de estos animales cuando se encuentran en estas situaciones en su hábitat natural, ya que los cefalópodos huyen o se esconden... hasta que apareció la televisión de alta definición.”

“Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Sydney colocaron un televisor de cristal líquido de alta definición en un tanque de agua en el que también introdujeron unos treinta pulpos sombríos (Octopus tetricus), para ver cómo los animales reaccionaban ante una serie de 3 minutos de imágenes en movimiento: una presa (un cangrejo), un nuevo objeto (un frasco) y un depredador potencial (otro pulpo), respuestas que generalmente sólo se observan con dificultad en el océano. Las observaciones (…) revelan también que los pulpos tienen personalidades episódicas, es decir, que cambian de comportamiento en breves plazos de tiempo ante los mismos estímulos, según publica la revista The Journal of Experimental Biology.”

“«Esta nueva técnica de reproducción de vídeo (…) se puede usar para estudiar diferentes aspectos del comportamiento del pulpo que, de otra forma, no se pueden discernir con las técnicas tradicionales», explica a LiveScience la autora principal del estudio.”

“La vista de los pulpos es extremadamente sofisticada. Los mismos experimentos habían sido probados con anterioridad con espejos o vídeos, pero los animales se habían dado cuenta de que las imágenes no eran reales y las despreciaban. Las nuevas tecnologías, sin embargo, hacen que las imágenes sean más realistas -están filmadas a 50 fotogramas por segundo- y engañan a los cefalópodos, que, por primera vez, reaccionan con firmeza ante lo que ven en la pantalla.”

“Pronk [Renata Pronk, bióloga marina de la Universidad de Macquarie, Australia] explica que las reacciones ante el televisor son las mismas que se observan en el mar. [AOS: ¿entonces, para qué la pecera y la alta definición? Si ya lo habían observado en el mal, ¿a qué viene el experimento?] Por ejemplo, cuando se le mostró un cangrejo en el vídeo, el pulpo se avalanzó sobre la presa y trató de envolverla bajo sus 80 centímetros de brazos, el mismo comportamiento de un pulpo en el océano. Cuando vio a un contrincante, el pulpo se replegó sobre sí mismo.”

Pero ahora viene lo más interesante de la noticia: el ulterior intento de determinar si los pulpos tienen personalidad propia (cada pulpo la suya, supongo que quieren decir). Para eso, les pusieron los vídeos a los pobres pulpos durante varios días. Sigue la noticia.

Personalidad inestable. Si un pulpo tiene un carácter distintivo, los investigadores esperan ver un comportamiento continuado en el tiempo. Sin embargo, los cefalópodos demostraron tener personalidades episódicas, es decir, mostraron rasgos coherentes en períodos cortos de tiempo y después cambiaron por completo ante un mismo estímulo. Un día parecían tener interés por el vídeo y ser muy agresivos pero, aparentemente, se aburrían y se calmaban al siguiente.”

“Estos descubrimientos -concluye la noticia- pueden ayudar a los biólogos marinos a conocer más sobre el comportamiento de los pulpos y otros cefalópodos, como la sepia y el calamar.” Y aquí sí estamos ante genuina Ciencia o aproximación a ella: de lo que se trata es de satisfacer la curiositas, valga lo que valga o no valga nada.

Sobran comentarios sobre la vista de los pulpos, que, como sólo reaccionan ante imágenes muy buenas, se concluye que es excepcional (¿no se podría concluir lo contrario?). Nada digamos de la personalidad propia, inestable o episódica de los pulpos, aunque, puestos a ocuparse de su comportamiento, a mí me gustaría que se hiciese algo para comprobar el posible fundamento científico de la popular comparación “como un pulpo en un garaje”?

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