"LOS INMORALES NOS HAN IGUALAO"
En 1934, hace 75 años, Enrique Santos Discépolo (1901-1951), hijo de un italiano que, como muchos, embarcó para Argentina en el s. XIX, escribió la música y la letra de un tango que, a buen seguro, han estado recordando en estos días -o, más bien, en estos meses y en estos años- todos los que saben algo de tangos. Todos los mínimamente informados (aunque sea a través de Julio Iglesias, una extraña pero eficaz vía de conocimiento tanguista) sobre esta singular especie musical, tan espectacularmente bailable, conocen "Cambalache". Si el tango es, muchas veces, desgarrado y emocional, en otros casos, como en "El día que me quieras" (cantable y cantado como un bolero) o en "Volver", encierra intensos sentimientos de ternura o nostalgia. En "Cambalache", el lirismo es desalojado por el desgarro de la denuncia, la protesta, la impaciencia próxima a la desesperación y una resignación muy a duras apenas aceptada. Antes de escuchar este tango extraordinario, echen una ojeada a su letra, que la música enfatiza a la perfección: en eso reside, me parece, la genialidad de "Cambalache":
"Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos..."
Para entender bien la letra, ahí van unos datos de lunfardo, el idioma o jerga de los tangos, un idioma arrabalero y porteño. "Chorro" es ladrón. "Dublé" es la joya de imitación o falsificada. "Aplazaos" son los alumnos a los que se suspende: "no hay aplazados" significa, por tanto, "no hay suspensos" (¡qué singular actualidad en lo educativo!). "Afana" es lo mismo que "manga", que no necesita aclaración. "Gil" es "gili", es decir, tonto de remate. "Calefón", que no es propiamente lunfardo, significa calentador doméstico de agua caliente. Y "labura" significa trabaja.
Algo más sobre la letra: aparecen mezclados (porque el cambalache mezcla, confunde e iguala) distintos personajes: Stavisky fue un célebre estafador francés, que acababa de morir en 1934: una especie de Madoff. Don Bosco es San Juan Bosco, canonizado precisamente en 1934. Se piensa que "La Mignón" es, genéricamente, la querida, la mantenida. Don Chicho era el jefe de la mafia argentina de la época. Finalmente, Carnera, Primo Carnera, boxeador argentino que ostentaba el título mundial de los pesos pesados en 1934, es emparejado nada menos que con San Martín, el general correntino al que se considera Padre de la Patria en Argentina y en Chile y, por si fuera poco, Libertador del Perú.
Dicho todo lo anterior, ya están en buenas condiciones para ver y escuchar cómo Julio Sosa canta "Cambalache". Utilicen este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=T0kTiKCC3UI. Disfrutemos, aunque quizá también aumente un poco la pena. Porque lo que vemos y oímos desde hace tiempo es de pena, de mucha pena.
Como pueden fácilmente imaginar, se han hecho muchos comentarios muy atinados sobre la letra de "Cambalache". No haré aquí otro. Sencillamente, digo y pido que digan, de todas las formas posibles, que no nos conformamos con los que roban ni con los que viven de los demás; que tenemos localizados a los impostores; que sabemos distinguir al señor (al señor fetén, que puede ser mileurista) del ladrón y a las "celebrities" de las personas que de verdad merecen fama y prestigio; que nos trae al fresco ser considerados "gilis" por no afanar (preferimos afinar con lo público que afanar); que los Stavinskys, las "Mignon" y los Don Chichos de ahora no pueden conseguir que todos vivamos revolcaos en un merengue o manoseaos en el lodo. Hacemos oídos sordos al mensaje: "¡No pienses más,/sentate a un lao,/que a nadie importa/si naciste honrao!". No nos automarginamos y nos importa a cada uno, y a otros muchos, haber nacido honrados.
Como pueden fácilmente imaginar, se han hecho muchos comentarios muy atinados sobre la letra de "Cambalache". No haré aquí otro. Sencillamente, digo y pido que digan, de todas las formas posibles, que no nos conformamos con los que roban ni con los que viven de los demás; que tenemos localizados a los impostores; que sabemos distinguir al señor (al señor fetén, que puede ser mileurista) del ladrón y a las "celebrities" de las personas que de verdad merecen fama y prestigio; que nos trae al fresco ser considerados "gilis" por no afanar (preferimos afinar con lo público que afanar); que los Stavinskys, las "Mignon" y los Don Chichos de ahora no pueden conseguir que todos vivamos revolcaos en un merengue o manoseaos en el lodo. Hacemos oídos sordos al mensaje: "¡No pienses más,/sentate a un lao,/que a nadie importa/si naciste honrao!". No nos automarginamos y nos importa a cada uno, y a otros muchos, haber nacido honrados.
Hay, es verdad, en este siglo XXI como en el anterior, "un despliegue de malda insolente". Hay que oponer a esa insolencia un sólido y indeclinable orgullo de ser y querer ser honrados y el atrevimiento, a veces también con una miaja de insolencia, de manifestar una "tolerancia cero" contra todo lo que se le ocurrió describir a Discépolo y hoy continúa. No es cosa de convertirse en "amargaos" profesionales de la denuncia. Pero hay muchos modos de combatir el despliegue del cambalache con buenos modales y sin caer en intolerancias ni fanatismos de ninguna clase.
Nos están intentando igualar por abajo, a un nivel de cloaca intelectual y moral, con una educación en la que no hay "aplazaos" y es "lo mismo un burro que un gran profesor". Esa igualación no es la de la igual dignidad de las personas. Es una igualación en la bajeza, a la vez consecuencia e imperativo de la corrupción, de la inmoralidad. Acertó Discépolo, probablemente sin saber hasta qué punto, cuando dijo: "los inmorales nos han igualao".
Hace falta reforzar una especie de sólida "Plataforma Cambalache" contra esa corrupción tan bien descrita por el tanguista al exclamar: "¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!". Porque no se trata sólo de avaricia, engaño e injusticia. Hay algo más: nos están faltando demasiado al respeto. Y, como ahora se dice, se están pasando demasiado al pretender que aceptemos a diario los atropellos a la razón. Pues no. No nos gustan las vidrieras de ese mundo o mundillo en el que todo vale (anything goes: recuerden) y todo se quiere presentar, en un revoltijo, como si fuera igual ("¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!"), normal o inevitable. No, rechazamos ese escaparate irrespetuoso en que, junto a un viejo calentador, junto a un cachivache desvencijado, se ve llorar a una Biblia herida por una espada sin remaches, una espada de ínfima categoría.
Nos están intentando igualar por abajo, a un nivel de cloaca intelectual y moral, con una educación en la que no hay "aplazaos" y es "lo mismo un burro que un gran profesor". Esa igualación no es la de la igual dignidad de las personas. Es una igualación en la bajeza, a la vez consecuencia e imperativo de la corrupción, de la inmoralidad. Acertó Discépolo, probablemente sin saber hasta qué punto, cuando dijo: "los inmorales nos han igualao".
4 comentarios:
Es una canción buenísima. Recomiendo la versión cantada por Serrat.
My Poetry Blog
http://singleswingle.blogspot.com/
SONNET XXXIX FOR KATIE
I went downtown, saw Katie in the nude
on Common Avenue, detracted soltitude
as it were, like a dream-state rosely hued,
like no one else could see her; DAMN! I phewed;
was reciprokelly then, thank heaven, viewed,
bestowed unique hard-on! but NOT eschewed,
contrair-ee-lee, she took a somewhat rude
'n readidy attude of Sex Prelude; it BREWED!
And for a start, i hiccuped "Hi!", imbued
with Moooood! She toodledooed: "How queued
your awe-full specie-ally-tee, Sir Lewd,
to prove (alas!), to have me finely screwed,
and hopef'lly afterwards beloved, wooed,
alive, huh? Don't you even DO it, Duu-uuude!"
My Poetry Blog
http://singleswingle.blogspot.com/
More...
Adiós, mis vacas! Que pasa en esta temporada de tristeza?
La soledad se cultiva en las ciudades;
viva la muerte.
Uno no debe imaginar que el hombre es bueno.
El paisaje se despierta en un fiel espejo, pregunte.
La noche ha porches de la siesta en ruinas con pistacho.
Débiles enemigos se disipa amigos sin
valor. La calle es corta.
Hay falta de coherencia, la esperanza y la fe.
Todas las puertas evitadas saludan: No pasarán.
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- Peter Ingestad, Sweden
Es triste ver cómo todo está inventado pero lo poco que nos afecta.
Estamos sometidos a la tiranía de los medios y lo que no se publica en algunos muy concretos no existe.
La democracia nos está convenciendo de que el mejor medio de combatir la corrupción es el "apagón informativo" para nuestra desgracia.
Por ello sigue teniendo toda su vigencia, e incluso más, en pleno siglo XXI.
Gracias profesor.
Quizá la frase más correcta sería, "nadie es mejor que nadie,hasta que demuestre lo contrario".
En el fondo, todos sabemos lo que está bien y lo que está mal, lo que es realmente bueno y lo que no lo es. Me parece un error culpar a los medios, los medios se rigen por unas leyes que solo nosotros,espectadores, oyentes y lectores podemos lograr cambiar. El que no se informa en cierta medida es porque no quiere, es muy fácil criticar a los medios y como nos inflan de telebasura y desinformación, pero esta critica pierde su esencia cuando se utiliza como una excusa ante nuestra falta de afán informativo.
Llegamos a casa agotados...y no nos apetece mover el culo para obtener otras informaciones, preferimos tragar lo que nos ponen.Es en ese momento cuando dejamos que todo valga lo mismo,cuando nos convertimos en mediocres.
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