viernes, 4 de septiembre de 2009

ANYTHING GOES!: DEL "TODO MARCHA" AL "VALE TODO"

MÚSICA PARA NO LLORAR

Anything goes es el título de una comedia musical de mi muy admirado Cole Porter, una de las personas que más y mejores canciones ha escrito en este mundo. Se estrenó en NY en 1934. Esta trepidante y extraordinaria comedia, picante, infractora y provocativa como propia de C. Porter, se desarrolla con números de superlativa calidad casi continuos. Anything goes es uno de esos números.

Pudiera pensarse que anything goes significa todo vatodo marcha. En realidad, significa todo vale. Como se ve, el significado real no puede ser más distinto e incluso opuesto al significado literal. Y es fácil relacionarlo con la situación económica general de España y del mundo. Después de tantas mentiras (en España y fuera de ella, pero aquí muchas más y más prolongadas), está claro que casi nada marcha. Ni el empleo, ni el crédito a los "emprendedores", a las familias y a los consumidores, ni el crédito interbancario (no se fían entre ellos), ni las cuentas del Estado (léanse Municipios, Comunidades Autónomas, Seguridad Social), ni la actividad económica real, cualquiera que sea el indicador que se mire. Está claro que de las arcas del Estado salen miles de millones de euros para sostener ese "sistema financiero" (presuntamente) tan sólido, sin que sepamos ni quién los recibe ni qué hacen con ellos. Está claro que el Estado español se endeuda hasta extremos gigantescos y que no saben cómo ni cuándo se pagará lo que se debe. Y desde hace unos días, empieza a estar claro que los impuestos acabarán por subir. Pero, dentro de esas claridades, a la vez todo es oscuro. Transparencia nula. Opacidad total.

Valen hoy estos versos centrales de Anything goes: "The world has gone mad today/and good's bad today,/and black's white today,/and day's night today,/and that gent today/you gave a cent today/once had several chateaux." Sí, cierto, el mundo se ha vuelto loco (hace ya tiempo), lo bueno es malo, lo blanco, negro, el día, noche. Lo que no ocurre (al menos por el momento), es que anden mendigando un céntimo los que poseían varios castillos.

Nada marcha. Pero, lo más preocupante es que no se atisba ni cómo ni cuando podría marchar y, en cambio, sí se extiende y se afianza la seguridad de que, sobre todo en España, ni los dirigentes actuales tienen la menor idea de qué hacer (mucho mejor hubiera sido en España no hacer nada que dar palos de ciego multibillonarios) ni aparecen en el horizonte posibles dirigentes nuevos con alguna solidez de cabeza y de voluntad. Para la cosa pública, selección al revés. Los medianos o normales no procuran rodearse de inteligentes, sino de mediocres nada áureos. Nada de aurea mediocritas: si acaso, plumbea mediocritas.
Hay unanimidad: entre los ingredientes principales de la crisis han estado, bien mezclados, el engaño, el abuso de poder, la lenidad de los "reguladores", la avaricia y la insensatez de unos y otros (en España, la insensatez de la gigantesca apuesta por "el ladrillo" me pareció siempre evidente y racionalmente inexplicable). Un mundo económico virtual (¿no ha llegado a ser demasiado virtual: moneda virtual, transacciones virtuales, "productos" económicos virtuales, demasiado "espirituales"?) desmadrado por muchos de los mencionados factores, ha acabado desmoronándose, con gravísimo daño de la economía real.


Todo esto, moralinas aparte, manifiesta una crisis ética de tomo y lomo: en los gobiernos, en los mercados bursátiles, en las entidades y chiriguitos finacieros y en sus inventos, en los organismos reguladores de los mercados. Todo valía. Y lo que procuraba la máxima consideración social no era el trabajo bien hecho y la honradez, medidos, p. ej., en términos de empleos decentemente remunerados y de buenos productos a buenos precios, sino la habilidad de enriquecerse sin arriesgar lo propio. Con otras palabras, lo que valía era ser muy "listo" y no tener otra regla que la de procurar evitar la cárcel.

 
En la situación presente, lo lógico, lo sensato, lo que dicta un elemental instinto de supervivencia sería, por decirlo con el viejo catecismo, examen de conciencia, dolor de corazón y propósito de la enmienda. Esto último, tras estudiar y aclarar cómo enmendarse. Lo único no suicida sería procurar rectificar. Pero no: como antes de 1934 y antes de la crisis actual, "the world has gone mad today". Hoy, hoy mismo, cada día, se incurre de nuevo en la locura. Y si "todo valía", pero ahora se ha visto claro que eso ni siquiera enriquecía, sino que dañaba y arruinaba, es igual: de nuevo, hoy también, "todo vale": anything goes.
 
 
¿Qué dice este procesalista que no sepamos? ¿Por qué se mete en libros de caballerías económicos? Desde luego, no digo nada que no se sepa. Pero para los listísimos de la pre-crisis, la crisis y la post-crisis, cuantos más testimonios de que sabemos cómo y por qué han fallado en su listeza, mejor. Que no piensen que nadie se entera. Que sepan esos listillos -los de los "bonus", los que inventaban fabulosos "productos financieros" y los que los compraban, los que inflaban "burbujas", etc.- que sabemos que se han pasado de listos, que han hecho el idiota criminalmente. Y, en cuanto a meterse en "libros de caballerías", ya es deslumbrantemente claro que lo que ocurre no es cosa de especialistas. Eso, sin contar con que, pese a la dictadura de la memez de lo correcto, cualquiera, incluido un procesalista, puede legítimamente informarse de lo que sucede en el mundo en que vive y opinar en consecuencia. Los que tienen una muy cuestionable y dudosa legitimación para opinar sobre la debacle económica actual son (además de los especialistas que hubieran contribuido a ella o no la vieron venir ni cuando la tenían a la vista) los causantes, en distintos ámbitos, de esa debacle. Es decir, sus autores, materiales o por inducción, cómplices y encubridores.

Con ser pavoroso todo lo anterior, lo más preocupante es que en el mundo político y económico no se aprecia ni rectificación ni rehabilitación.  Salvo algunas excepciones, los dirigentes políticos, de Barak Hussein Obama a José Luis Rodríguez Zapatero, dicen una cosa y hacen la contraria o incluso hacen cosas rotundamente absurdas. Prosigue el "todo vale". En el mundillo económico, español y no español, vuelven a las andadas. Cortoplacismo, que ahora dicen. Y ande yo caliente... Ahí están las quejas o reservas de Obama sobre Wall Street, la reabierta cuestión sobre los "bonus" y las remuneraciones de los superlistos y hasta el enésimo reconocimiento, hoy mismo, de que las inyecciones de liquidez a las entidades financieras no se aprecian en la vida corriente de los peatones democráticos.

No puedo aportar fórmulas de solución, aunque resulta evidente que, como en las economías domésticas, no es bueno en el Estado que se gaste lo que no se tiene (¡ojo: no confundo gasto con inversión, aunque tampoco me creo que ciertos gastos sean inversiones!), que se contraigan deudas que no se podrán pagar y que las cuentas no cuadren. Es más que evidente, además, que el Estado de las Autonomías resulta difícilmente sostenible en su realidad presente e indiscutiblemente insostenible en su empecinada tendencia a la expansión. Y es evidente que nadie se atreve ni a proponer un estudio urgente y serio de una reforma de esa enorme superestructura, bastante ineficiente. Así las cosas, pedirnos más a los ciudadanos porque las arcas públicas se vacían es un impulso comprensible. Pero no es menos comprensible que se trataría, a la letra, de pan para hoy y hambre para mañana. En todo caso, no sé cómo se puede salir de la debacle con estos bueyes, que son los únicos disponibles para arar el campo. Sé, eso sí, que no vale el "todo vale"


Sin embargo, aportaré algo, bien modesto, pero algo. Para que los lectores disfruten y se rehagan un poco de tantas barbaridades pasadas y actualísimas, vean y escuchen estas formidables versiones de Anything goes:


http://www.youtube.com/watch?v=P5wcLl13a8s&feature (canta el mismo Cole Porter)
 
http://www.youtube.com/watch?v=N-qPHG4i3u8 (cantada por Frank Sinatra)
 
http://www.youtube.com/watch?v=gFrihfxXlv0 (una singular y fantástica versión de Jewel).

1 comentario:

Sinretorno dijo...

No me gusta ser un pelota. Pero sus entradas , me redimen, pues dice usted mejor que yo, lo que pienso. Además veo que es usted un conocedor de la comedia americana, de los clásicos. Mucho más que un procesalista.