viernes, 25 de noviembre de 2011

UNA RECETA DE MEDICINA PALIATIVA PARA LA CRISIS DE LA EUROZONA: QUE SE CALLEN SUS DIRIGENTES (HASTA QUE TENGAN ALGO QUE DECIR)


LO QUE DICEN HACE AÚN MÁS DAÑO QUE LO QUE NO HACEN


Al parecer, lo que sostuve en una parte de los “post” anteriores no era una tontería, porque, por un lado, la Comisión Europea ha formulado propuestas encaminadas a la solidaridad de la Eurozona, en mayor o menor medida, respecto de la famosa “deuda soberana”. Y, por otro lado, se extiende la impresión de que Frau Merkel y su empecinamiento en la ortodoxia de la “cuenta de la vieja”, aplicada a cada país y salga el sol por Antequera, es algo insuficiente para la situación real de estos momentos. No estoy seguro de tener razón en mis sugerencias y, desde luego, tampoco veo claro que los eurobonos sean una verdadera solución: no puedo estar seguro, desde el momento en que, como he confesado, no conozco a fondo los mecanismos que mueven eso que se ha dado en llamar "ataque de los mercados". Lo que sí me parece claro es que al conjunto de Europa, comenzando por Alemania, no le conviene que un país tras otro de la Eurozona caigan en la parálisis porque no tienen recursos y no pueden obtenerlos. Hace falta idear fórmulas de solidaridad equitativas. Y sigo pensando, porque nadie explica lo contrario, que "los mercados" están operando con cierta selectividad no estrictamente económica. También sigo pensando que los principales -no los únicos, pero los principales y primarios- responsables de la crisis son quienes insuflaron la burbuja financiera.

Dicho lo anterior, resulta que si, como también aquí se hacía constar, toda la Eurozona es atacada por “los mercados”, tanto si la “prima de riesgo” es tremendamente alta como si es demasiado baja (lo que le ha sucedido a Alemania con su bono a 10 años, sin haber logrado colocar cerca de un 40% de lo que ofrecían), hay que reconocer que la desconfianza mundial hacia la Eurozona está encontrando un apoyo facilísimo de entender por cualquiera e incluso por el aficionado autor de este “blog”, que se empecina en procurar saber en qué mundo vive. Me refiero a que resulta perfectamente comprensible que la Eurozona no inspire confianza si sus cabezas visibles se reúnen cada dos por tres y no acuerdan nada concreto y si, aun no reunidos, lanzan cada uno propuestas y mensajes diversos, que son atacados por los otros (la otra, más bien, Frau Merkel, con la participación de su Ministro de Economía y del Presidente de su banco central) incluso con gruesas palabras de descalificación.  Ya dije aquí mismo, el 3 de octubre de 2009, que hay que “aprender a callar en público” (v. http://andresdelaoliva.blogspot.com/2009/10/frases-lapidarias-o-como-callar-en.html)

Taceant omnes”. Que se callen todos hasta que se pongan de acuerdo. Que se reúnan lo que sea necesario, pero sin dar tres cuartos al pregonero, silenciosamente. Y que discutan pros y contras, sin que trasciendan sus discusiones. Estamos en guerra y no se pueden radiar ni televisar las deliberaciones de la coalición que se supone constituye uno de los bandos combatientes. No se debe repetir el espectáculo de Frau Merkel desautorizando públicamente a Durao Barroso y al mismísimo Sarkozy, precedido -todo hay que decirlo- por declaraciones públicas a favor de aquello que se sabia rechazado por Merkel. Ese espectáculo -el penúltimo de una serie ya demasiado prolongada- nos hace daño a todos, en una medida difícil de calcular, pero sin duda nada pequeña, porque está revelando una muy fundada causa de desconfianza: que la Eurozona no sólo carece de mando unificado y de dirección determinada, sino que adolece de divisiones aparentemente insalvables, con posturas aparentemente irreconciliables, de modo que, a fin de cuentas, es como si, de buen grado o con gran pesar, se conformase con ver pasar el tiempo sin ningún plan de acción. La divergencia constante y la falta de propuestas y de resultados confirma la base de los que pudieran ser interesados planes en hundir a la Eurozona y a Europa entera, comprar sus sabrosos activos cuando quiebre y convertir a sus habitantes en trabajadores por cuenta ajena remunerados sólo en la medida en que resulten idóneos consumidores de un mercado controlado por otros, no europeos.

La Segunda Guerra Mundial no se hubiese ganado sin un supremo mando militar de los aliados, que recayó en Eisenhower, y sin un plan coherente. Ya sé que no es nada fácil, sino muy difícil, aplicar la idea del ejemplo a la situación actual de la Eurozona. Pero la idea es válida, me parece. Alguien debe moderar el debate entre los generales actuales y éstos tienen que acabar designando un líder y portavoz único en función del plan en el que se pongan de acuerdo, si no los 27 miembros de la UE, sí los miembros de más peso. En todo caso, ¿hubieran podido los aliados desembarcar en Normandía si, tras cada reunión, hubiesen informado de sus dudas y discusiones al enemigo?

Pero se me ocurre proponer otro ejemplo histórico: el de los cónclaves propiamente dichos, es decir, las reuniones para elegir papa literalmente celebradas encerrando bajo llave (cum claves) a los electores. El más célebre parece ser el cónclave de Viterbo, localidad no muy lejana de Roma.  El día 29 de noviembre de 1268 había fallecido Clemente IV, de origen francés, que era Papa desde el 22 de febrero de 1265. Los cardenales se reúnen en Viterbo para elegir nuevo Papa. Múltiples y diversas presiones políticas externas, discusiones y ambiciones influyen en una enorme demora de la elección papal. Se cumple un primer año sin Papa y, entonces, el Señor de Viterbo, Alberto de Montebono, hace cerrar herméticamente el palacio papal con los cardenales dentro y les arroja por una abertura del tejado comida y bebida muy racionadas, para forzar la elección, que, pese a todo, no se produce hasta el 1 de noviembre de 1271. Casi tres años.

Ahora no tenemos tres años. Sería deseable, ya mismo, que un número considerable de ciudadanos europeos, más determinados aún que “los indignados”, pudiésemos poner cerco a los dirigentes europeos y tenerlos a pan y agua, literalmente, hasta que alcanzasen un acuerdo operativo, que, cuando menos, liquidase la imagen de desunión y desconcierto. A falta de esta medida coercitiva, no estaría mal que, voluntariamente, los mandamases de esos países se autorecluyesen hasta ponerse de acuerdo en un plan y poder hablar con una sola voz o, al menos, con el mismo mensaje.

Los distintos países, a ser posible con España a la cabeza, pueden seguir recortando gasto y equilibrando presupuesto. Pero es clarísimo que, aunque acertasen en todos los recortes y en nuevas fuentes de ingresos, eso no garantiza que las economías reales se recuperen. Incluso cabe que algunos errores en recortes resulten muy malos para la recuperación. Pero sobre esto último, algo diré en un próximo “post”.

viernes, 18 de noviembre de 2011

LA EXPLOSIVA MEZCLA DE UN ENORME CRIMEN Y UNA GIGANTESCA INCOMPETENCIA (y II)



COSAS QUE NO ENTENDEMOS Y DE LAS QUE ESTAMOS HARTOS


Hace unos días, la prensa publicaba que los “mercados”, que siguen siendo esos atacantes desconocidos a los que ya me referí (v. http://andresdelaoliva.blogspot.com/2011/08/la-guerra-de-los-mundos2011-el.html), se dirigían ya contra 12 países de la Eurozona (de los de gran magnitud económica, sólo se salvaban Alemania y Holanda). Esta situación tremenda, a la que se añade el aumento de la “prima de riesgo” de la deuda de España, de nuevo hoy hasta el borde del abismo, reaviva nuestra cólera -sorda, pero cólera- ante la irresponsabilidad y la incompetencia.

Los ciudadanos comunes y no endeudados estamos absolutamente hartos de que nadie -ninguna autoridad política ni económica- nos diga quiénes son los “mercados”. Los ciudadanos comunes y no endeudados estamos hartos de que nadie explique por qué, con una situación en el mundo occidental en la que abundan los países con problemas comunes -por ejemplo, el endeudamiento de los países mismos en cuanto tales-, los misteriosos “mercados” asedian muy desigualmente y, en concreto, están dejando tranquilos a los EE.UU., cuando su endeudamiento es salvaje y estuvieron, declaradamente, a horas de la suspensión de pagos o “default”. A los ciudadanos comunes y no endeudados nos disgusta mucho que, sin explicaciones medianamente inteligibles, unos elementos más desconocidos que “Anonymous” hayan derrumbado ya varios Gobiernos democráticamente constituidos, por mal que nos cayesen sus dirigentes (como el alucinante Berlusconi). Nos encoleriza que, además, haya estúpidos ejecutivos financieros españoles comentando que ellos han hecho caer a esos dirigentes y harán caer a los de aquí (es una chulería de bofetada). Estamos altamente sorprendidos de que en los EE.UU. de América no esté en la cárcel otro financiero que Madoff, porque le pillaron con el esquema Ponzi desarbolado, pero no haya noticia de investigación alguna seria sobre los responsables de tanto “activo tóxico” como ha inundado el mundo . Nos asombra que no se haya investigado en serio hechos tan llamativos como una calificación máxima (AAA) de Lehmann Brothers hasta la misma víspera de su quiebra y de sus enormes estropicios (que han llegado hasta España) o como el “rescate” de la enorme aseguradora AIG (American Insurance Group) o como el enriquecimiento de Mr. John Paulson, que ganó al menos TRES MIL QUINIENTOS MILLONES DE DÓLARES en un solo año, 2007, especulando con las hipotecas subprime (cuando el 99’99% de la población mundial alfabeta está convencida de que nadie puede ganar tanto dinero lícitamente en un solo año).  Los mismos ciudadanos comunes y no endeudados no logramos entender que nadie, de las entrañas de ese gigante llamado Goldman Sachs, haya sido imputado de nada ilícito en el país, los EE.UU., con una supuestamente excelente legislación sobre delincuencia económica. Como mínimo, si no reproches y sanciones penales, hubiera podido y debido producirse en los EE.UU. una descalificación pública de un par de docenas de banqueros y políticos con un importante número de abandonos de la vida política y económica. Nada de eso: los culpables siguen en sus puestos. Porque tienen mucho poder y el Poder quiere que sigan.

Pero si nos situamos en nuestra ribera del Atlántico, los ciudadanos comunes y no endeudados no recibimos ninguna explicación acerca de la espléndida paz en que los misteriosos “mercados” dejan al Reino Unido de la Gran Bretaña, pese a que su situación económica real diste sideralmente de ser tranquilizadora. El hecho es tanto más irritante cuanto Mr. Cameron nos cuenta de vez en cuando cuánto disfruta cada mañana, al despertar, con el pensamiento de que Gran Bretaña no está en el euro.

NUESTRA REALIDAD Y NUESTRA COYUNTURA

Así las cosas, me parece que, por muy mala que sea -y lo es- la situación económica española, el hecho de que ahora mismo estemos precisamente nosotros al borde del famoso abismo a causa de “los mercados” no tiene una explicación exclusivamente económica. Quede claro que si ahora digo esto y voy a explicarlo, a mí no se me podrá reprochar ni minusvalorar nuestra propia crisis ni haber despreciado lo que importaba nuestra economía real respecto de la credibilidad internacional. Porque el 10 de junio de 2010, publicaba aquí un “post” titulado “MAREANDO LA PERDIZ CRIMINALMENTE: LA CLAVE, NO SE CONFUNDAN, ES LA RECUPERACIÓN DE NUESTRA ECONOMÍA REAL” (http://andresdelaoliva.blogspot.com/2010/06/mareando-la-perdiz-criminalmente-la.html). Es decir, que un lego en economía como yo (con algo de esfuerzo, eso sí), veía venir el problema de la credibilidad y la confianza internacional en relación con nuestra economía real. Diecisiete meses, en unos tiempos en que cada día dura mucho, han sido desperdiciados con fijaciones estultas sobre nuestro sistema financiero, con la consecuencia de miles de millones destinados inútilmente a ese sistema y no a estimular la economía real. ¿Por qué se ha desamparado 17 meses decisivos a la pequeña y mediana empresa, clave del empleo, para sanear a unos bancos y a unas cajas que hoy no prestan ni un euro a nadie, ni a sus mejores clientes con un cuarto de siglo sin un impago y dándoles a ganar miles de millones anuales? Pero hay otros “detalles”: por ejemplo, aquellos 400 y pico euros “regalados” por barba, dejando la caja pública vacía de billetes o el plan E, con un importe que se hubiera podido destinar a que los Ayuntamientos pagasen a las empresas acreedoras.

Si no ha habido delito en estos disparates, que han disparado el desempleo, ha habido una incompetencia gigantesca. Y no habrá delito tampoco en el comportamiento del Sr. Fernández Ordóñez, Presidente del Banco de España, pero lo suyo no ha sido ignorancia y chapuza, porque consta que conocía cómo iba aumentando hasta extremos irracionales la llamada “exposición al ladrillo” de cajas y bancos españoles, que inflaban más y más la “burbuja inmobiliaria”: es gravísimo que no tomase medidas. Su destino quizá no sea la cárcel, pero sí debería ser el ostracismo, la inhabilitación social para cualquier cosa que no sea cultivar aficiones inofensivas viviendo de sus ahorros hasta el final.

COSAS QUE EMPEZAMOS A ENTENDER: AQUÍ HAY MUCHA POLÍTICA Y MUY MALA IDEA

Así y todo, el ataque de “los mercados” a España, ahora mismo -vuelvo al hilo que seguía-, no tiene clara justificación meramente económica. Les presento lo que no es una certeza, pero sí una conjetura fundamentada y muy plausible. Ésta es mi hipótesis fundada: hay motivos políticos para el ataque de “los mercados” a la Eurozona y a España. La desconfianza en ciertos países (en España,, concretamente) y los movimientos de masas de dinero que nos hunden están, en gran medida, creados y dirigidos por los reyes de la ingeniería financiera y de la especulación del mismo tipo, los mismos que generaron la crisis financiera. Sedes principales: Wall Street y la City londinense. Objetivo inmediato: seguir haciendo dinero con la especulación y desplazar la atención de millones de ciudadanos inversores de cantidades modestas (esos grandes fondos de pensiones) respecto de la situación económica de los EE.UU. Objetivo mediato (seguramente sólo de algunos, más inteligentes y menos cortoplacistas): acabar comprando Europa a precios de saldo.

Entre otros indicios, como el comportamiento constante de Mr. Obama culpando a Europa de la crisis mundial, es de destacar, me parece, que los “medios” más influyentes en la confianza o en la desconfianza están todos en manos norteamericanas y británicas, con sus conexiones académicas (!) e intelectuales: los premios Nobel y sus cátedras y Universidades. La fortísima influencia indirecta de Harvard, ya bastante estudiada, merece también mención especial.

Europa no se defiende seriamente. Parece poco discutible que Merkel es la reina en medio del caos. Y si Merkel dice grandes verdades, como “no gasten más de lo que tengan”, “reduzcan drásticamente el gasto público”, “busquen el equilibrio presupuestario”, esas grandes verdades tienen que ver con el comportamiento habitual de los responsables políticos y económicos de los países. Son recetas elementales  para el “buen padre de familia”, son reglas para la ordinaria administración, pero en absoluto sirven para la extraordinaria crisis real de estos momentos. Nada hay en las fórmulas de Merkel para afrontar la especulación, para frenar a “los mercados”, para dar a los países de la eurozona el necesario respiro. Los dirigentes europeos están desde hace muchos meses (por no hablar de años) absolutamente a la defensiva, incapaces de diseñar un contraataque, un plan propio. No soy el único que piensa así. Vean el interesante artículo de Aurora Mínguez, corresponsal de Radio Nacional en Alemania, “¿Y si Merkel estuviera equivocada?” (http://www.elconfidencial.com/opinion/tribuna/2011/11/17/y-si-merkel-estuviera-equivocada-8265/)

Europa, además de distraerse (o ser distraída: lo ha sido, pienso, en el último G-20) en actuaciones sobre asuntos varios (inyecciones al sistema financiero, recapitalización de bancos), actuaciones que no han evitado ni la crisis hoy al rojo vivo ni mucho menos han propiciado la reactivación de las economías reales -todo lo contrario-, no parece dispuesta, ante grandísimos males, a idear y aplicar grandísimos remedios, como sería actuar sobre los mercados bursátiles para obstaculizar la especulación, distinguir entre inversiones de distinto tipo (por sus fines y sus características identificables) y, sobre todo, me parece, homogeneizar y unificar la deuda soberana de la UE o, cuando menos, la de la Eurozona, de modo que si nos atacan, tengan que atacar a todos. Esto requiere mucha altura de miras, exige creer de verdad en el futuro común de la UE. Exigiría a Merkel y a Alemania, poner temporalmente el interés de Merkel y de Alemania, no en la situación alemana de hoy y de mañana, sino en la situación del conjunto de Europa, que debiera ser, económicamente, el serio interés de Alemania. Lo están diciendo y pidiendo muchos. Pero no se hace. Si sigue sin hacerse, en esa compra de los activos de Europa a precio de saldo, que temo y vaticino, aparecerá Alemania con su parte del botín. Que Alemania ya se esté beneficiando de la situación, no sólo por la solidez de su economía, sino por los "ataques" de "los mercados" a España y a Italia es algo como para tener la mosca detrás de la oreja.  ¿No ve Merkel lo que ocurre o no quiere verlo? ¿Es tozuda o una política nacionalista alemana, con habilidad y sin talla de estadista? Ha pasado el tiempo de seguir amonestando a los demás con manidas recetas. Ha llegado el momento de actuar con decisión. Alemania tiene que demostrar que, aunque no todos los países europeos sean como Alemania, Alemania está con Europa y no con los que la quieren hundir. Eso tendría un coste inmediato, poco agradable, sin duda, pero tendría también grandes beneficios, incluso a corto plazo. Personalmente, ahora no creo todavía en la conspiración. Tampoco creo (porque no es cosa de fe, es algo visible) pero sí estoy seguro de la magnitud del crimen y de la enormidad de la incompetencia, con un egoísmo miope añadido. Sin embargo, si no se cambia de rumbo, se darán alas, no ya a la paranoia conspiratoria, sino a una bien fundada explicación conspiratoria de lo que ha ocurrido y está ocurriendo: una alianza para destruir la Eurozona y el euro, en beneficio de USA y GB, con la complicidad de Alemania.

domingo, 13 de noviembre de 2011

LA EXPLOSIVA MEZCLA DE UN ENORME CRIMEN Y UNA GIGANTESCA INCOMPETENCIA (I)


HACER LA HISTORIA DE LA CRISIS ECONÓMICA Y DEPURAR RESPONSABILIDADES, ALGO VITAL Y QUE URGE

Ya saben los lectores de este “blog” cuántas veces he tratado aquí de asuntos económicos, tras no pocas lecturas y reflexiones. Me ha movido la necesidad de no vivir en un mundo que no entiendo, del que desconozco el por qué de demasiadas realidades cotidianas. Desde luego que no he tratado de sentar cátedra, sino de explicarme y explicar la situación en que nos encontramos, con algunas casi forzosas valoraciones. Pues bien: debo confesar que he perdido el hilo explicativo de lo que sucede y, por tanto, del “abismo” (expresión repetidísima en estos días) en cuyo borde nos encontramos y en el que, al parecer, estarían a punto de caer Grecia e Italia (los que sí han caído ya son los gobiernos de esos dos países). No sé bien en qué consiste el abismo: no sé en qué consistiría ni la quiebra ni el “rescate” de tal o cual país (empezando por el mío). No sé en qué consistiría el derrumbe del euro o de la eurozona, ni su división, primero afirmada y al día siguiente negada, ni qué sucedería si no se arreglase el problema de la “deuda soberana” o, lo que aparece abruptamente poco después, que ya no es esa deuda, sino la urgencia de recapitalizar la banca, el sistema financiero, al que ya se le han inyectado miles de millones de euros y de dólares.

Pero no tiene ninguna importancia que yo haya perdido el hilo explicativo y que incluso no sea capaz de describir, simplemente describir, la actual situación del “mundo civilizado”, tan compleja y tan grave (con todos los problemas que acabo de mencionar). No importa que uno sea incapaz de expresar estructuradamente lo que ocurre, en términos tales que distinga lo principal de lo accesorio, las causas de los efectos. Lo que tiene importancia es que, por lo que veo y leo, no estoy solo, ni mucho menos, en el desconcierto total. Lo alarmante es que el desconcierto total sea también general. En estos momentos, los expertos escriben y hablan sin apenas capacidad de proponer nada coherente como inicio de una salida de la situación. Y los gobernantes, de Obama a Merkel, ofrecen a diario pruebas abrumadoras de incapacidad para dar, no ya con el hilo explicativo de lo que sucede (que también), sino con aquel o aquellos hilos de los que, como si dijéramos, habria que ir tirando para desenredar el ovillo, el gigantesco embrollo, cada vez más complicado, que nubla de angustia y de tremendas dificultades el horizonte de millones de personas. Se nota que andan a salto de mata, espasmódicamente, proponiendo, cada uno por su lado pese a constantes reuniones, hoy una medida y mañana otra distinta.

Sin embargo, cuanto más repaso y pienso lo que ha ido sucediendo hasta este momento, más intensa es una convicción central y otras “laterales”. Lo que ha ocurrido en el mundo (desde los EE.UU. a la UE) y nos ha conducido a los bordes de los abismos, no ha sido una sucesión de fenómenos de la naturaleza, sino una serie de comportamientos de unos y otros seres humanos. Mi convicción central o principal es ésta: en tanto no se establezca quiénes han sido los más influyentes de esos seres humanos en la crisis actual y cuáles han sido las conductas que han resultado decisivas para esa crisis, no cabe esperar un futuro mejor. Porque si hemos llegado a una situación de locura, de caos, intuyo que resulta imprescindible establecer de quiénes son las responsabilidades. No es sólo que la vigencia del principio de responsabilidad exija e implique, a la vez, conocer mejor los hechos, las realidades causantes de la locura y del caos. Es que sin ese principio no habrá jamás enmienda. Si no hay responsabilidad y responsables, la vuelta a las andadas es tan segura como las fases de la luna.

Por eso, pienso que, aparte de lo que a los políticos se les pueda ir ocurriendo, sería necesario que una o varias instituciones internacionales (fundaciones, “think tanks”, Universidades) emprendiesen cuanto antes una investigación histórica: cuándo, dónde y cómo comenzó la crisis (probablemente aparecerán pronto varios orígenes) y quiénes y con qué actos intervinieron, siguiendo la secuencia temporal, con sus innegables conexiones materiales y subjetivas. Algo de esto se ha hecho ya, pero sólo en relación con los comienzos: el documental “Inside Job”, por ejemplo. Pero hay que seguir hacia adelante en el tiempo y ampliar el horizonte, sin limitarse a lo que se hizo en los EE.UU. y los efectos en los EE.UU. Estoy hablando de una enorme y apasionante investigación.

Una investigación de historia de la vida económica y política y una investigación para garantía del futuro económico, social y político. Si no se consigue reconstruir con detalle lo que ha pasado no será posible salir del atolladero global. Y es necesario que se sepa cómo y a causa de quiénes, por dolo o por culpa gravísima, estamos en una crisis incomparable con ninguna otra de la Humanidad.

Es frecuente escuchar o leer a políticos y dirigentes entonar unos “mea culpa” de este estilo: “hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades y esto es lo que nos pasa” o “nos hemos acostumbrado a ganancias excesivas (o sea, poco razonables, inmerecidas) y, además, siempre crecientes y eso tenía que terminar”. Yo siento ganas de decirles: “Vds. pluralizan injustamente y cuando les conviene, para esconder sus concretas responsabilidades personales. No generalicen: millones de españoles (o de italianos, franceses, norteamericanos, etc.) llevamos una vida entera sin vivir por encima de nuestras posibilidades, sino, por el contrario, mirando muy bien no gastar ni comprometer lo que no teníamos ni era seguro que fuésemos a tener en el futuro. Y del mismo modo, hemos sido mayoría los que no hemos aspirado en nuestra vida a grandes ganancias y menos aún a que cada año fuesen mayores que el año anterior.” La gente, en general, ha sido relativamente feliz con una retribución suficiente para vivir con un ligero desahogo y con una limitada capacidad de ahorro.

Aunque sabemos que no es posible, nos gustaría que, en este momento de la super-crisis, estuviesen ya bien identificados -en cada país y en el mundo- los que se han sobreendeudado insensatamente y los que han ganado mucho cada año y cada año más (por encima de lo razonable) y quienes han hecho posible el sobreendeudamiento, privado y, sobre todo, público. Porque si la suma de los sobreendeudamientos arroja el resultado en que consiste la crisis, no vale, por falso e injusto, por tramposo, ir repitiendo generalizaciones. X, Y, Z, A, B y C se han sobreendeudado. Ellos son los responsables. Y lo son quienes dieron dinero a X, Y, Z, A, B y C, sin cálculo ni responsabilidad, pero también, eso es seguro, a cambio de ganar ellos, de inmediato, mucho dinero. Los que han gastado de más son los responsables. Y los que han prestado de más, por decirlo de alguna manera, son también los responsables y más, muchas veces, que los que tomaron el préstamo. Pongamos nombres y apellidos. Porque cada día que pasa está más claro, aunque no entendamos bien el tremendo embrollo, que han sido muchas y muy decisivas las actuaciones criminales, unas perfectamente tipificadas (estafas masivas: enormes desplazamientos patrimoniales logrados mediante engaños de toda clase) y otras quizá sin tipificar en todos los países. Pero han sido crímenes contra la humanidad. Tan claros como los juzgados en Nüremberg, aunque incruentos. En algunos casos, los autores no habrán tenido mala intención (lo que en Derecho Penal llaman dolo), pero sí una negligencia gigantesca, por ignorancia vencible, por falta de diligencia. Unos deberían ir a la cárcel y otros, al ostracismo. En un país pequeño, Islandia, han podido hacer lo que, en algún momento, deberíamos poder hacer en todo el mundo: prescindir, cuando menos, de todos los responsables, inhabilitarlos socialmente, como mínimo.
Me iré explicando más. Hoy les dejo el enlace a una insólita indignación televisada que ha causado sensación en los EE.UU. Con razón. Vean y escuchen las gruesas acusaciones que no puede aguantar una persona informada. A mí, por si no hubiese otros indicios, me confirman en la realidad del crimen: http://www.elconfidencial.com/videos/2011/11/09/escandalo-en-la-tv-americana-3127/

domingo, 6 de noviembre de 2011

PARA CONSOLARNOS, TRES BUENAS NOTICIAS: REPSOL, LOTERÍAS Y AENA


Y SU TRASFONDO MINISTERIAL, NADA BUENO: DON MIGUEL Y DON PEPIÑO


En medio de tantas cosas tristes y lamentables y con tantas oscuras perspectivas, nacionales y mundiales, me parece conveniente recordar varias noticias francamente buenas. Muy bueno ha sido que fracasase el intento de desmembrar REPSOL -semejante a la operación por la que ENDESA pasó a control italiano- en beneficio del Sr. Rivero y para saldar sus muchas deudas del ladrillo, pero con peligro de pérdida del control nacional de una empresa española estratégica y sólida. Es excelente que ese peligro haya sido conjurado. No seamos imbéciles: más vale que las industrias importantes y estratégicas estén en nuestras manos (lo saben y lo practican muy bien en Francia y Alemania).

Muy buenas noticias han sido también los frenazos en seco de las privatizaciones de las Loterías del Estado y de AENA, la empresa pública responsable de los aeropuertos. Tal vez ocurrió que no estaba (ni está) el mercado bursátil en su mejor momento para las correspondientes operaciones, pero es de tener en cuenta, además, que toda privatización de cierta magnitud ha de mirarse con mucha desconfianza mientras la corrupción y, con ella, la opacidad y el engaño, estén campando a sus anchas como han venido haciéndolo y aún lo hacen. En el caso de Loterías del Estado, se trata de una buena fuente de ingresos directos para el erario público, que no empobrece a todos los ciudadanos, sino sólo a los que quieran echar una cana al aire de la suerte. No se veía por qué nos beneficiaría a todos que, a cambio del muy discutible precio de esa entidad, empezaran a beneficiarse unos pocos. Pero en el caso de AENA, lo que no entendía nadie era cómo podría interesar la compra de semejante mastodonte con muy graves problemas, lo que contribuía a la fundada sospecha de muchos “gatos encerrados” en la operación, porque hay unos cuantos aeropuertos que dan mucho dinero y otros, que lo pierden a mansalva.

Detrás y empujando las tres “operaciones” mencionadas, REPSOL, LOTERÍAS y AENA, es sabido que estaban al menos estos dos Ministros del “Gobierno de España”: D. Miguel Sebastián,  verdadera catástrofe en asuntos como el de la energía, renovables incluídas en primer lugar, y D. José Blanco, que había situado a sus amigos constructores en la cúpula de AENA, había manipulado hasta la náusea el asunto de los controladores (victimando en el mejor puente del año a cientos de miles de pasajeros) con su Decreto-encerrona, dinamitador de las negociaciones con estos profesionales, que cayeron en la trampa y fueron presentados demagógicamente como los máximos enemigos del pueblo. Pero las realidades acreditables se han ido imponiendo. Después del ilegal estado de alarma, puesto el conflicto en manos de un árbitro decente, el ex-Ministro Pimentel, los controladores vieron sustancialmente reconocidos sus derechos. De ese laudo de Pimentel se habló muy poco, en buena medida por ser un producto complejo de técnica-jurídica laboral, pero también porque nadie desde el “Gobierno de España” puso el menor interés en señalar cómo se daba la razón a los controladores en muchas cuestiones. Después, en la Justicia, no va a ser ningún controlador quien pague a los perjudicados, sino, si acaso se les paga algo, la pagana será AENA (o sea todos los ciudadanos), porque fue AENA la que ordenó el cierre del espacio aéreo español cuando más de la mitad de ese espacio estaba operativo y por qué AENA no podrá demostrar que, ante lo que han llamado “abandono de su puesto” por parte de algunos controladores (y, en la mayoría de los casos, no hubo tal abandono), AENA no siguió las reglas que debía seguir. Ningún controlador dejó aviones en el aire, a su suerte, sin seguridad. ¿Han tenido noticia de diligencias penales que sigan adelante? No, ¿verdad? Y en cuanto a las reclamaciones por daños y perjuicios, la incertidumbre es total.

Detrás de todo lo de AENA estuvo Don Pepiño. Ahora, una Juez de Lugo ha enviado al Tribunal Supremo los papeles que al parecer incriminan al todavía Ministro de Fomento y Portavoz del “Gobierno de España” en un turbio asunto que tiene en jaque a todas las fuerzas vivas de Lugo y la prensa nos explica que, “conforme a una ley no escrita”, nada se moverá en el Alto Tribunal hasta después del 20 de noviembre de 2011. Y seguramente no se moverá nada (ni falta que hace, a mi entender), pero que conste que esa quietud no será “conforme a una ley no escrita”, sino contra la ley escrita, en la que ninguna hora y ningún día del año, haya o no elecciones, es inhábil para la instrucción de las causas penales. Yo no respeto nominalmente la presunción de inocencia de Don Pepiño: la respeto de veras. Pero desde el momento en que ha sido reconocida oficial y públicamente la reunión de Don Pepiño con el “corruto” en la gasolinera de Guitiriz, la cosa -Derecho Penal aparte- me huele muy mal, decididamente mal.

Detrás de la planeada jugarreta de REPSOL se hallaba Don Miguel, el regalador de bombillas de bajo consumo. Este pobre hombre -pobre en sentido intelectual y moral- no arregla ninguna situación problemática, pero sabe para su avío y el de sus amistades. A mí no me extrañaría que, si se investiga un poco (o si se hace una seria auditoría, como vuelvo a pedir) lo que han hecho en el Ministerio de Justicia con las importantes posibilidades presupuestarias de las que han dispuesto, se descubra que los muchos millones dedicados a una informatización judicial penosa han ido a parar a la empresa pública RED.ES, vinculada estrechamente al Ministerio de Industria, el Ministerio de Don Miguel. Pero verán como RED.ES apenas hace nada directamente, sino subcontratando con empresillas que sólo son ágiles y eficaces en materia de cobros, que no en resultados. ¿Qué soy mal pensado? Bueno, ¿acaso se puede, conforme a la experiencia y a la prudencia que se nutre de la experiencia, ser “bien pensado”? Pero es que, además, está el muy significativo hecho de que no dan la cara las empresas subcontratistas responsables de distintas proezas imaginarias del Sr. Caamaño. Ni las dedicadas a la informática, ni aquéllas, que pagadas por todos nosotros, están monitorizando el funcionamiento de la Justicia. Porque la Nueva Oficina Judicial ha sido puesta, para su “implementación”, en manos privadas. La NOJ ha sido externalizada, que es lo que se le ocurre a quien no se toma el trabajo de averiguar qué pueden hacer los servidores públicos, sino que, sin averiguarlo ni establecer sus costes, hace regalos a extraños con el dinero de todos.

En vez de anunciar “auditorías de infarto”, procede la discreta y obligada investigación de las irregularidades. Si viene el PP, que no aprendan y sucedan en la industria extractiva de la política. Que hablen y expliquen y, sobre todo, que dejen hablar a los Tribunales. Pero, por ejemplo, que se investigue quiénes decidieron construir aeropuertos ahora ya cerrados o a punto de cerrar y quiénes ganaron dinero por construirlos y dotarlos. Que se investigue qué se ha hecho con el incremento presupuestario de inversiones en Justicia, del que tanto se jactaron en su día.