"CORTEN DE RAÍZ EL GASTO PÚBLICO VERDADERAMENTE INNECESARIO: YA NO PUEDEN
RECAUDAR (ASFIXIARNOS) MÁS"
Cada día que pasa se
anuncia una nueva medida que merma el dinero disponible por cada españolito. Y ocurren
dos cosas. La primera, que se hace más difícil -por decirlo de modo muy
optimista- cualquier reactivación de la economía real y cualquier esperanza de
frenar el creciente desempleo. La segunda, que cada día con nuevos “recortes” se
echan más en falta las correspondientes explicaciones que, como tantos otros,
hemos venido pidiendo muchas veces a nuestros dirigentes en este blog. La cosa está llegando al punto de una
plena justificación de la rebelión cívica. El Gobierno tiene la suerte de que las
actuales cabezas visibles de esa posible rebelión -las centrales sindicales, el PSOE,
los grupos anti-sistema- carezcan de
toda legitimación para movilizar a la gente y, además, del menor atisbo de plan
alternativo al del Gobierno. En las últimas “movilizaciones” (la del 29 de
abril y la de ayer, 1 de mayo de 2012), lo que han venido a decir los “movilizadores”
es que les gustaba más cómo estaban las cosas hace dos años y también, por
supuesto, cuatro u ocho años antes. ¿Y a quién no? Pero son muy pocos los que
no entienden que aquellas situaciones no se podían mantener (es decir, que no
se debieron crear) y, por tanto, lo que piden, en general, estos “movilizadores”
sociales es un imposible.
Pero aunque no salgamos todos a la calle, el
Gobierno sabe que la desafección ciudadana es superior a la que se podía
prever. Muchos dirigentes del PP
saben, en su fuero interno, que se están mereciendo esa desafección ciudadana y
que el disgusto general va in crescendo
y con él, la desesperanza, la desconfianza, que es económicamente letal. Y el
disgusto no es sólo porque sigan sin explicar los “recortes” que disponen y los
que, tontamente, avanzan con los “globos sonda”. Es, sobre todo, porque no vemos que se recorte donde hay más que
recortar y dónde los recortes harían menos daño a corto, medio y largo plazo,
porque contribuirían mucho menos a la recesión o a la depresión económica.
En síntesis: tenemos la
fundada impresión de que a nuestros dirigentes les importa mucho más recaudar
para seguir sosteniendo el Estado (Comunidades Autónomas, Municipios y empresas
públicas incluidos) que recortar a fondo el Estado para necesitar muchos menos
recursos. El sector público apenas se toca en los “recortes” y para mantenerlo,
se sangra aún más el sector privado, ya bastante exangüe. Eso no nos gusta a
los españoles, pero es que, además, tampoco les gusta a los posibles
inversores, españoles o extranjeros. Y, por tanto, cae la Bolsa, las agencias
de calificación nos rebajan cada semana y el “diferencial” de los instrumentos
de nuestra deuda pública con la referencia alemana sigue por las nubes.
En el post anterior me he referido a lo que
sucede en los EE.UU., madre de la
gran crisis mundial (es muy importante, me parece, no olvidar la génesis de esta enorme crisis: de lo contrario, repetirán la historia en lugar de aprender de ella). A lo dicho habría que añadir que los primos de los estadounidenses, la Gran Bretaña, han entrado también públicamente en recesión. Francia anda mal y Alemania apenas puede disimular que su economía ofrece señales de
debilidad. La UE aplaude al Gobierno
de Rajoy y hasta el muy exigente Wolfgang Schäuble, Ministro alemán de
Economía, regala los oidos del Presidente al describir como “impresionantes” los gubernamentales esfuerzos
presupuestarios o de déficit público. Lo que sucede, en realidad, es que,
después de la amenaza de la intervención, ha venido la zanahoria y no me
extrañaría que ahora mismo incluso los agnósticos, ateos y masones de la UE estén haciendo novenas a Santa Rita, Abogada de los Imposibles, para que España no se estrelle: Spain is too big to fall. Sarkozy -que puede perder al ser mucho
más odiado por muchos franceses que lo que muchos franceses desconfían de Hollande- acaba de decir que Europa no puede dejar caer a España porque se produciría una deflagración catastrófica.
Mientras tanto y al
margen de cómo nos miren, ¿qué tarea en todo caso necesaria elude
lamentablemente el Gobierno español? Elude una muy seria poda de ramas de las Administraciones Públicas autonómicas.
Que los “barones” del PP le prometan a Rajoy
que serán buenos son sólo palabras
nada convincentes. Que se amenace con intervenir
a las Comunidades Autónomas que
no cumplan los objetivos de déficit, además de ser una mera bravata, es desviarse de la
cuestión. Porque ya no se trata de que las CC.AA. no sobrepasen un tope de
déficit, sino de que disminuyan drásticamente, enseguida, lo que nos cuestan a
todos. Hicieron en 1982 una Ley Orgánica
de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA). Hagan ahora, al amparo del art. 150 CE, todo lo legalmente
posible para racionalizar competencias y organismos en el sentido que venimos
proponiendo.
Si no, si se mantiene y
se defiende un “Estado de las Autonomías” carísimo, resultan indefendibles medidas
como disminuir los sueldos a los
funcionarios que estén de baja (“de baja injustificada”, añadieron enseguida). Llega
a extremos de supina estupidez la extendida manía a lo público de un emergente
sector presuntamente neoliberal del PP (no son liberales: son locoides
anti estatales, retratados en http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2012/03/quieren-de-verdad-reducir-el-gasto.html).
Si la baja está justificada no hay
nada del sueldo (nunca espléndido) que sea mínimamente justo disminuir y si no
está justificada, no es que haya que pagar menos, sino que sería justo no pagar
nada. Tampoco parece que podamos aceptar comenzar
a pagar por las autovías -¿y por qué no por cualesquiera carreteras?- cuando
hay centenares de cargos públicos autonómicos innecesarios, muchos de ellos con
retribuciones bastante por encima de la del Presidente y los Ministros del
Gobierno de la Nación. Y ¿qué decir de la
disminución de los partidos judiciales?
Quizás esté muy bien, pero es algo ridículo con la que está cayendo.
¿Dónde viven nuestros
dirigentes? ¿No se dan cuenta de lo asfixiados que están millones de españoles?
¿No aprecian que ya no hay atascos ni en las ciudades ni en las carreteras? ¿No
ven cómo se cierran, cada semana, en su barrio, docenas de comercios y oficinas?
Hacen
falta medidas drásticas, llamativas, de grueso calibre, que hagan creíble,
porque lo sea, la determinación española de salir adelante y que restauren la
confianza nacional e internacional. Porque hace falta dinero para detener la recesión e ir relanzando poco
a poco la economía. Y el dinero no
vendrá y no se invertirá o se gastará si la confianza no se restaura. Pero
esas medidas drásticas y de grueso calibre tienen que referirse al tamaño del
sector público, al gasto público relativo a las estructuras y organismos de ese sector, no al
esquilmamiento de los españoles, ya esquilmados, ni a la supresión, a tontas y
a locas, de servicios y prestaciones a todas luces necesarios. Sin esos recortes que proponemos resulta
indefendible centrarse en recortar
servicios sanitarios (aunque también haya que hacerlo: acábese con el turismo sanitario y con prestaciones no
propiamente médicas, como las esterilizadoras, p. ej.) ni eliminar ayudas a la
investigación o becas postdoctorales (justo cuando públicamente se dice que
hemos de pasar de una cultura económica
del ladrillo a la del conocimiento).
La autocita, créanme, me
resulta odiosa. Y de veras que produce un cansancio infinito que la historia te
dé muchas veces la razón. Pero, en ocasiones, cuando hay que insistir, uno
tiene que recordar lo que decía, más que nada para que se escuche en serio lo
que se hace necesario repetir. Hace ya más de dos años, el 6 de febrero de
2010, propuse aquí algo duro y radical, pero no imposible ni excesivo. El post se titulaba “GOBIERNO DE
CONCENTRACIÓN, REDUCCIÓN DEL GASTO PÚBLICO Y REGENERACIÓN DE LA CLASE POLÍTICA”
(http://www.andresdelaoliva.blogspot.com.es/2010/02/gobierno-de-concentracion-y-reduccion.html.
Se trataba de reducir a la mitad, por
concentración, el número de Ministerios, Secretarías de Estado y Direcciones
Generales y lo mismo en las Comunidades Autónomas: la mitad de Consejerías,
Viceconsejerías y Direcciones Generales. En aquellos momentos, eso hubiese
necesitado un consenso. Hoy me parece que no. La propuesta podía no tomarse al pie de la
letra, pero el espíritu estaba claro y por, supuesto, nada ni remotamente
parecido ha sido hecho o anunciado. Y ese
mismo el 6 de febrero de 2010 ya vaticinaba esto: “la economía real española
va a desplomarse (bajón del consumo interno y de la producción) con más cierres
de pymes y más paro, que alcanzará esos cinco millones de personas que la Sra.
Salgado descartó rotundamente pocos días atrás.“ [¿Hay que recordar que estamos ya cerca de
los seis millones?]
El día 5 de junio de 2010 se describía aquí
nuestro insostenible “Estado de las Autonomías” (http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2010/06/nuestro-irreformable-estado-de-las.html).
Rechazaba, por imposible, que no por indeseable, prescindir de él, pues
requeriría una reforma constitucional que me parecía inviable. Repasen, si les
parece, la descripción y la valoración política. Ahora sólo reiteraré lo
siguiente:
«…Las posiciones radicales contra el “Estado de las Autonomías” … acaban por
constituirse en un gran obstáculo para cualquier mejoría de la penosa situación
real. Los radicales -que, insisto, cuentan con mi adhesión intelectual y mi
simpatía- seguirían en estado de ira ante cualquier reducción del aparato de
las Autonomías. A mí, en cambio, podar ramas y ramitas me alegraría
enormemente. Los problemas no
siempre tienen solución, pero casi siempre pueden ser atenuados.
Empiécese por ahí, porque comenzarán a producirse efectos beneficiosos, en vez
de persistir o agravarse los maléficos.»
«Además, ante las
airadas voces radicales, los responsables autonómicos pueden mostrarse tan
indiferentes como cabe serlo ante propuestas tachables de utópicas. Eso es lo
que está ocurriendo. En cambio, si se reclama suprimir Consejerías, Consejeros,
Viceconsejeros, Directores Generales, asesores, agencias, subvenciones,
“embajadas”, empresas públicas innecesarias, etc., las reclamaciones no pueden
ser tan fácilmente desatendidas. Y si lo son, el reproche social es
infinitamente más intenso que el que generaría la negativa a desmantelar el
Estado autonómico. De manera que esto es
lo que reclamamos: una poda de muchas ramas y ramitas del organigrama arbórico
de cada Comunidad Autónoma. Y lo
mismo respecto de buen número de municipios.»
Como, según ha dicho hace
poco alguien importante, “el Estado de
las Autonomías está en la Constitución”, ninguna poda se ha hecho más allá
de un superficial maquillaje. Ahí siguen las Televisiones y las radios
autonómicas y más inutilidades. Y ahí sigue la financiación de partidos y
sindicatos, sin suprimir ni reducir, cuando esa medida es un símbolo
generalmente admitido de la regeneración necesaria. De ahí que el reproche
social hacia los “recortes” haya alcanzado tanta intensidad, que no va a parar
de crecer. Lo que sí crecerá es el desempleo, la recesión o depresión y la
desesperanza, que quizá es lo peor.
Esto de ahora se veía
venir. El 10 de junio de
2010
apareció aquí otro post en el que,
lego en economía como soy, no encontré mayor dificultad en describir la
realidad del momento y el panorama del inmediato futuro, hoy presente (http://andresdelaoliva.blogspot.com.es/2010/06/mareando-la-perdiz-criminalmente-la.html).
El post se titulaba “MAREANDO LA PERDIZ CRIMINALMENTE: LA CLAVE, NO SE
CONFUNDAN, ES LA RECUPERACIÓN DE NUESTRA ECONOMÍA REAL”, con el subtítulo “NO MÁS IMPUESTOS PARA
SOSTENER EL “ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS” NI MÁS “RECORTES” CON DESTINO A BANCOS
NI CAJAS. MÁS DINERO PARA TODOS: MENOS IMPUESTOS”
Hace casi dos años,
decía lo siguiente (me voy a extender más, porque ahora me parece necesario
repetir exactamente la descripción y la valoración):
«En estos momentos,
estamos en un círculo vicioso, tan vicioso que se diría diabólico: los
“mercados” no tienen confianza en España, porque a) las “medidas
extraordinarias” de “ajuste” relativas al déficit público les parecen poca
cosa; b) han “descubierto”,
de pronto, que, además del déficit (de su volumen absoluto y comparativo)
importa mucho más todo aquello que
fundamenta que un acreedor piense que el deudor le va a poder pagar.
Nuestra “caja” para ir tirando está casi vacía y lo que se les está
ocurriendo a nuestros "jobernantes" para que no se vacíe del todo y
vuelva a contener algo conduce a que nuestra situación empeore y se desconfíe
más de nosotros. Por ese camino,
nadie nos prestará ni invertirá en España a tiempo para dedicar lo que nos den
a una reactivación económica»
«En la tarde del 9 de junio de 2010, el Banco Mundial “descubre”
que nuestra situación es "muy grave", porque el nivel de paro de
España es algo tremendo. Y no lo dice porque le importe la situación de los
parados, sino por la escasa fiabilidad del “Reino de España” que ese simple
dato revela. Pero es que, en un contexto diferente, Moody’s … dice el día 8 de junio de 2010, por boca
de Pierre Cailleteau, director del área de Deuda Soberana, algo que
"encaja" muy bien con la alarma del BM. Dice que “lo más importante no es el nivel en el que se
sitúe esta prima de riesgo, si no que la economía no crezca” (…) Por
si la cosa no estuviese suficientemente clara, este Mr. Cailleteau (…) repite que el creciente rendimiento que se le
exige a la deuda española no es grave, dado que el Banco Central Europeo (BCE)
está comprando, "lo grave sería
que la economía no creciera, que la economía española se estancara, algo que no
ocurre en España pero que podría pasar". (Y tanto que podría
pasar: está pasando y va a más).»
«El directivo de Moody´s
explicó que la calificación del riesgo soberano se basa en la solvencia a medio
plazo, y aseguró que aunque "el
endeudamiento es un problema, no es un problema insuperable". Claro está, añado: un país lo supera del
mismo modo que lo supera un particular: si gana para pagar sus deudas. Y este
país, España, sólo podrá pagar si su economía real supera el estancamiento y
remonta el vuelo.»
«Pero si debemos mucho y se ve que no crecemos y
que no vamos a crecer a medio plazo, ocurren dos cosas gravísimas: la primera,
que estamos fatal; la segunda, que nadie nos presta y nadie invierte, con lo
que vamos derechos, como decía Marx (Groucho), “de la nada a
la más absoluta de las miserias”.»
«¿Por qué es muy probable, si no se rectifica,
que no crezcamos y sigamos en recesión? Porque los indicadores económicos generales son malos (mucho paro,
producción en descenso) y apuntan todos
a un empeoramiento: aumentará el
paro y seguirá disminuyendo la producción. ¿Por qué? Porque no es posible ninguna reactivación
económica si la gente no tiene dinero. Eso es axiomático. Y los españoles vamos a tener mucho menos
dinero por varias causas:»
«1ª) Por disminución de los ingresos de 3 millones de familias: los
funcionarios; 2ª) Por disminución de la capacidad adquisitiva de los
pensionistas; 3ª) Por disminución de disponibilidad económica a consecuencia
del IVA y del aumento de la presión fiscal (subida de impuestos e impuestos
nuevos, ya anunciados); 4ª) Por aumento del precio de la energía eléctrica, tanto para particulares como para empresas; 5ª) Por imposibilidad de acceso al crédito: los bancos no prestan a particulares ni a PYMES: de nuevo andan las
entidades financieras con sus problemas, poco inteligibles, porque se
han cuidado durante mucho de tiempo de implantar una jerga esotérica, que
no entienden más que ellos mismos…»
«Carece de todo sentido
“ajustarse”, “recortarse”, apretarse el cinturón y pasar hambre para
financiar un mastodonte, el “Estado de las Autonomías”, que puede y debe dejar
de ser un mastodonte. Forzarnos a seguir manteniendo al mastodonte y quedarnos
así sin apenas dinero tiene la misma lógica que la de unos salvajes ignorantes
que se privasen de comer los productos de su pastoreo y de sus cultivos para
ofrecer esos productos a la cruel deidad instalada en lo alto de una pirámide
tipo maya.»
¿Hay alguna parte de
este mensaje a la desesperada -al que, lamentablemente, el tiempo ha dado la razón- que el Gobierno del Sr. Rajoy no entienda?
Porque, si como pienso, lo entiende todo perfectamente, no hacerlo sólo permite
un diagnóstico: creen, tontamente, que pueden capear el temporal. Y quizá podrían capear un temporal: se
colocan los triángulos de capa (esas
velas triangulares cercanas a la cubierta) para que el navío se aplaste más, se aplome,
sobre el mar embravecido y se corre la
galerna, es decir, se pone popa al viento, por más que te aleje de tu
destino. Lo que sucede es que no estamos ante un temporal. Y ni siquiera se
trata de la ya tópica “tormenta perfecta”. Estamos viviendo una inédita
confluencia de elementos devastadores de larga duración, como si se sumasen el
terremoto de Lisboa de 1755 y la erupción y explosión del volcán Krakatoa, en
1883. Estamos, muy probablemente, al final de una era, de una civilización. En lo económico, nadie sabe si llevan razón los EE.UU. y su “quantitative easing”,
varias veces renovado (“quantitative easing” significa, a la postre, como imprimir
US$ sin respaldo) o si tendrá razón Europa con su empecinamiento en el equilibrio
presupuestario. Hace muchos años, más de 40, leí en la desaparecida revista LIFE está frase: “Economic forecasting makes astrology respectable” (“la prospectiva
económica hace respetable a la astrología”) ¡Cuántas veces la he recordado en estos tiempos, preguntándome por qué se me gravaría en la memoria!
Bien, no juegue nuestro
Gobierno a la astrología. No apueste por el “modelo” americano actual -que
desazona a los mejores economistas estadounidenses- y tampoco apueste por la ortodoxia europea. Haga, sencillamente,
lo que, al margen de modelos y de dudosa prospectiva, tiene que hacer, en todo caso, por claros imperativos morales: reducir
drásticamente el tamaño orgánico y el gasto de las CC.AA. y de los Municipios.
No lo aconsejen, no lo prediquen, no amonesten: háganlo, reduzcan ya, de inmediato, el
aparato que todos tenemos que pagar en obsequio de la clase política y de los
seudoempresarios de la simbiosis con lo público. Háganlo sin falta: con nuevas
LOAPAs, con Decretos-Leyes o con el art. 155 de la Constitución y los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad. Que todos vean, sin la menor duda, que, si hay que
apretarse el cinturón, no es para que unos pocos no pasen el menor apuro.
Ganar una rotunda credibilidad, hacia adentro y hacia afuera, es una tarea que no cabe aplazar
más. Es el tiempo de la valentía, de la audacia, del coraje moral. Porque es el tiempo del deber, de un deber moralmente claro. Y cumplir un deber hace menos difícil la decisión audaz. Una última petición: ¡nada de privatizaciones para que algunos hagan excelentes negocios! Ya me entienden.
6 comentarios:
Interesante y brillante artículo Profesor de la Oliva:
a propósito de la disminución de partidos judiciales, imagino que hará alguna entrada, en torno a este tema y otras futuras reformas de la justicia de las que Gallardón tiene previstas, que realmente no se si serviran o no para que se preste un servicio de más calidad y solucione tantos lastres que se arrastran desde hace décadas
un abrazo
Ana González
Sus entradas en este blog se parecen cade vez mas, y por buenas, elegantes y merecidas razones, a un tercio de "Episodios Nacionales", con unas gotitas de "Misericordia" en un coctel agitado, pero no batido, a ritmo de "Miau".
Espero que lo males del siglo XIX, que son los de hoy con otros ropajes, no se resuelvan con "agonias" del XX, y, si con alguna muestra de estar en el siglo XXI (sea lo que signifique esto, y que no quiero por optimismo explicar por no caer en futil postmodernismo).
Por supuesto habra, y los hay, aquellos que llamen "Garbanceros" a los nuevos "Galdos", y muy posiblemente sean esos los que muevan esa "sociedad civil", mas entelequia demoscopica que real sujeto de derechos y de obligaciones. Si asi ocurre, entonces no habremos aprendido nada de tanto autor citado y recitado.
Muchas gracias por el blog; su lectura anima, "ma non troppo".
Ignacio Rodriguez
Una breve nota mas, estimado profesor. Aunque no creo que sus impresiones relativas a la "regeneracion" tengan nada que ver con aquellas que, erraticas y en exceso pesimistas, pusiera de moda Joaquin Costa, y que contribuyeron mas que ningun historiador bitanico a la leyenda negra patria (con altavoces que van de Unamuno a Maeztu, pasando por Machado y Ortega), toparan con los mismos baluartes de siempre.
Desconozco si es una cita apocrifa, pero dicen que en las postrimerias del cisma de Avignon, y con tres papas disputandose las llaves de San Pedro, uno de ellos, nuestro Papa Luna, respondio a las propuestas de un concilio para resolver tan magnifico pandemonium, con la siguiente condicion: deberia estar integrado por cardenales no cismaticos; esto es, por aquellos que no hubieran sido purpurados por alguno de los Papas que se sucedieron en ambas sedes.
La idea era original, pero llevaba truco. Dado el tiempo transcurrido solo quedaba uno que reuniera tales condiciones: el mismo.
No creo que sea posible encontrar en el mapa politico actual "cardenales no cismaticos" o "barones", si quiera por los engranajes de la partitocracia reinante. Si alguno queda, tiene peligro de acabar mitrado, pero solo y en confinamiento en una nueva "Peniscola" (o de Embajador en la Santa Sede)
Un saludo cordial,
Ignacio
PS. En cualquier caso, el cisma se resolvio, pero el precio que hubo de ser pagado es otra historia.
Amigos: me parece que debo responder. Gracias por los elogios y más aún por el ánimo para continuar.
La verdad, estimada Ana, es que no tengo previsto escribir sobre la disminución de partidos judiciales, porque es una cuestión de demografía y comunicaciones. Sí escribiría -ya lo he hecho- sobre la supresión de Juzgados, es decir, de tribunales unipersonales, a base de los "Tribunales de Instancia" o de cualquier otra invención, tendente a eliminar un tipo de tribunal que existe en todos los países y a situar a los actuales Jueces de 1ª Instancia en corralitos. Nadie sabe qué reformas se harán en el Ministerio de Gallardón. Por ahora, ninguna. Están escribiendo nuevos textos legales, que no me parece ni mucho menos lo más importante ni urgente para que la Justicia mejore como sería muy necesario. Pero es lo habitual: cuando no se sabe qué hacer para mejorar las cosas, se hacen nuevas leyes.
Abrumado quedo, estimado Ignacio, ante el parangón con D. Benito. No me tiene Pérez Galdós entre sus más asiduos lectores (mea culpa). En cuanto a mi uso del término "regeneración", es, en efecto, ajeno a las connotaciones que se atribuyen a los autores citados. Me parece que, de un modo muy desigual, contribuyeron a un fatalismo que no me atrevo a censurar (no vivía en aquellos tiempos ni dentro de las camisas de esos autores), pero que, desde luego, no comparto. No tengo ni la capacidad ni el gusto por la teorización sobre España que esos meritorios autores tuvieron (unos más que otros). Buena me parece la idea de la "leyenda negra". Buena, porque es menester afirmar que hubo harta propaganda interesada para forjar esa "leyenda". Y buena también porque sí, no sólo historiadores británicos (que han tenido recientes continuadores)contribuyeron a la "leyenda", sino que resulta muy penoso (pero importante) reconocer que, como ahora se dice, la "leyenda" fuese "comprada" tanto y tan fácilmente aquí y aquí recalentada, refritada y fomentada.
Yo tampoco veo en el mapa político personajes que alimenten la esperanza. Son las consecuencias de décadas de mezcla de dos elementos: la "selección al revés" en todos los ámbitos y la exaltación de la juventud como valor en sí, hasta el extremo de que hemos sufrido efebocracias letales, de "derechas" y de "izquierdas". Ya he comentado en este "blog" el fenómeno de los dirigentes sin otro rasgo mencionable que ser "ex-jóvenes" (porque en su juventud no fueron nada, aparte de jóvenes...cachorros de la fauna política).
Siempre me he preguntado por la necesidad de "teorizar" sobre ese "enigma historico" (al decir de otro "teorizante") que dicen algunos que es Espana. Sin pretender generalizar, a menudo parece que esos esfuerzos, casi siempre "fatalistas", no son si no ejercicios de claudicacion o garabatos ideologicos que intentan encapsular una realidad inasequible. Al fin y al cabo, la "leyenda negra" como categoria comparte mas de la naturaleza de un piriueta doctrinal, que de la realidad (a no ser que hablaramos de tantas "leyendas negras" como historias de los diversos Estados que nos rodean)
Personalmente, prefiero analisis mas modestos. Quizas es por ello, por lo que tras annos de deambular por "Espanas invertebradas", "campos de Castilla" y otras "nivolas", Perez Galdos aparece fresco ante mis ojos.
"So far, so good", que dirian en la perfida Albion.
Gracias por sus palabras,
Ignacio
Le responde Ana Gonzalez nuevamente
Gracias a usted Profesor De La Oliva, por estos artículos y estos análisis tan certeros
es usted una persona muy culta y muy sabia
lo que como ciudadana no llego a entender es cómo los políticos sean del signo del color que sean, antes de elaborar, tramitar y aprobar leyes importantes un cualquier ámbito y en el que le comentaba de la justicia, no se asesoran lo suficientemente bien, con los operadores de la materia, sean jueces, fiscales, catedráticos y otros, para que les asesoren bien y elaboren leyes de provecho, mejoren el servicio y no aprobar leyes por aprobar como usted muy bien dice
un abrazo
Ana González
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