ELECTROCUTAR A LAS ELÉCTRICAS
UN TEST INFALIBLE SOBRE
LA ALINEACIÓN DEL GOBIERNO CON LA CORRUPCIÓN O LA REGENERACIÓN
En la tremenda
escandalera desencadenada en España por una subasta que arrojaba un aumento
catastrófico del precio de la electricidad, situándolo como el más caro, de
lejos, dentro de la Unión Europea, ha intervenido, sin duda, alguien más que el
oligopolio de las productoras de esa energía: Iberdrola (alias Ibertrola), Gas Natural-Unión Fenosa (alias Unión Penosa), Endesa, etc. Estamos
hoy en una situación de grave indefinición, de insoportable incertidumbre, para
mañana y para pasado mañana, acerca de lo que va a costar la electricidad, lo
que significa, entre otras cosas, estas dos: 1) que el ciudadano medio no sabe
cuánto le dejará libre de sus ingresos la factura de la luz, por más que
reduzca su consumo de los más diversos modos; 2) las empresas y, en especial,
las fábricas, las industrias, no pueden saber el coste de producir lo que sea
que produzcan. Así, entre otras cosas, nuestra competitividad, tan decisiva,
está en el aire.
En la escandalera de la
subasta de marras y en el presente estado de cosas, el denominado “Gobierno de
España” ha tenido y tiene un
protagonismo importantísimo con una política (?) errática que viene de lejos,
con decisiones de gobiernos anteriores, pero no mejoradas ni rectificadas por
el Gobierno actual.
Por si hiciese falta
confesarlo, declaro no ser un experto en el tema de la energía eléctrica en
España. Soy uno más de los mártires del oligopolio, no sólo por el precio, sino
por el pésimo funcionamiento de servicios tan elementales como el de
proporcionar rápidamente la energía que contratas, lo que, en este preciso
momento, me impide vivir y trabajar en una vivienda de mi propiedad. Pero, al
margen de incidencias que me afectan gravemente (y no sé por cuánto tiempo), he
tenido la fortuna de encontrar a varias personas que conocen el tema sin estar
implicadas en el negocio. En sus excelentes explicaciones me baso para lo que
voy a decir, aunque mi personal inclinación a sentar a las eléctricas
mencionadas en una silla de las suyas esté muy motivada por mi presente
martirio, que ya dura, aunque no se lo crean, bastante más de un mes.
Simplificando mucho: 1)
Tenemos en España una capacidad de producción eléctrica instalada y de posible
funcionamiento que supera nuestras necesidades de consumo; 2) Tenemos un sector
mundialmente puntero en la fabricación de generadores eólicos de electricidad
y, de hecho, uno de los resultados (no el único) de esa realidad es que una
alta proporción de la electricidad que consumimos procede ya de nuestros
parques eólicos; 3) El transporte y distribución de energía eléctrica por redes
de alta tensión (de propiedad pública) corresponde a la empresa estatal Red Eléctrica de España, que funciona satisfactoriamente
y con transparencia; 4) Las compañías de producción y distribución eléctrica final
no se encuentran en crisis: obtienen cada año notables ganancias: lo único que
sucede es que quieren no ver reducidas esas ganancias: si ganan seis mil
millones, no quieren ganar sólo tres mil millones; 5) Pese a todo lo anterior,
tenemos, insisto, la energía eléctrica más cara de la UE; 6) Una buena parte de
ese carísimo precio se debe al denominado déficit tarifario o déficit de
tarifa, que es lo que el Estado (o sea, todos nosotros) le debe supuestamente a
los productores y distribuidores de electricidad a causa a una supuesta diferencia
entre el precio al consumidor, supuestamente asequible, y el supuesto coste
real de lo que las eléctricas dan a los consumidores.
A causa de una historia
larga y complicada, plagada de trucos y de privilegios irracionales, resulta
que, al pasar del monopolio a la “liberalización”, para que las pobrecitas eléctricas no subiesen y no
suban los supuestos costes reales en el "recibo de la luz", la diferencia se la adeudamos los pequeños y
grandes consumidores de electricidad, lo que significa que las pobrecitas eléctricas son acreedores del
Estado. Lo que el Estado (es decir, todos nosotros) adeuda a estas pobrecitas
eléctricas supuestamente a cambio de que no nos cobren la electricidad al
supuesto coste real, asciende en la actualidad a unos 25.000 millones de euros
y, previsiblemente, seguirá aumentando.
Como verán, son muchas
las suposiciones con que se opera. Ninguna de esas suposiciones perjudica a las
pobrecitas eléctricas. Todas les son
favorables. Y que el Estado se endeude con estas pobres y sacrificadas
compañías, para que no nos suban los “recibos dela luz” no ha impedido que ese
“recibo” haya aumentado un 70% en seis años hasta el 2012.
Esto, aunque resulte
increíble, sucede en el marco de una “economía de libre mercado”, con
reguladores múltiples del “fair play”, que han ido cambiando de nombre y de configuración.
Se trata de un sarcasmo hiriente, cruel, para quienes toda la vida hemos defendido
la libertad económica frente a la planificación estatalista. Y es en ese marco supuestamente
liberal en el que se pueden producir “subastas de energía eléctrica” como la
última tan escandalosa, a la que las pobrecitas
eléctricas concurrieron ante los representantes de los consumidores
necesitados de electricidad, con una oferta de producción determinada por haber
cerrado una central nuclear (que al PP le costó sangre mantener abierta) y por
una notable disminución voluntaria de producción hidroeléctrica.
Ni qué decir tiene que una
buena parte de las instalaciones de producción de energía eléctrica se
encuentran ya plenamente amortizadas, muchas de ellas desde que se pasó del
monopolio estatal al “libre mercado” o “liberalización” actuales.
Un comentario
frecuentísimo cuando se trata de este sangrante asunto de la electricidad en
España consiste en afirmar que es fortísima la presión que las pobrecitas eléctricas han ejercido y
ejercen sobre todos los Gobiernos de la Nación,
cada una por sí y todas juntas a través de UNESA, Asociación Española
de la Industria Eléctrica. Pues yo, para empezar este año 2014, respondo
que, en grandísima medida, la presión es eficaz a causa de los presionados, que
se dejan presionar sin gran dolor y no utilizan en serio las armas que les puede proporcionar
un Estado social y democrático de Derecho.
Con una mayoría
absoluta holgada en las dos Cámaras legislativas, con la posibilidad de
afrontar urgentemente una situación intolerable mediante el instrumento del
Decreto-Ley y con una oposición que no podría legítimamente atacar una
actuación firme en esta materia, ¿no podría el Gobierno que preside el Sr.
Rajoy dar, a comienzos de este año 2014, una prueba sólida de un afán de
regeneración política y moral, cortando el nudo gordiano del déficit tarifario,
por ejemplo? Así, de paso, nos libraríamos de la vomitiva impresión que nos
produce ver a expresidentes del Gobierno y exministros cobrando millonarias
cantidades de las pobrecitas eléctricas.
Si el Gobierno
estuviese subvencionando directamente a grupos revolucionarios no contribuiría
mejor que ahora, con sus acciones y omisiones, a la cólera ciudadana. Año
nuevo, Gobierno nuevo. A nada que podamos, si no es por las buenas, tendrá que ser por
las malas. Porque los abusos ya alcanzan la cota insufrible de la tiranía.
Por si no estuviese claro, miren cómo la clase política, el establishment, se pretende blindar con
proyectos de ley como los de la Seguridad Ciudadana y el todavía más vergonzoso
de la Seguridad Privada, con el que se recurre al “mercado” para —no nos
engañemos más— dar a ganar dinero a los amigos que les echen una mano.
2 comentarios:
me gusta ese humo negro sarcastico del título de este post, no obstante es un tema muy serio porque se trata nada más que de otro recorte a tu estilo de vida, unos cuantos euros menos dirán algunos, pero dejenme decirles señores que unos centimos entre todos los consumidores de energía electrica resultan subidas millonarias!!. Hay que parar esto ya esta bien. En nuestro despacho llego una factura bestial el mes anterior, estoy temblando por imaginar lo que sera la próxima factura.
Excelente post. Gracias por escribir sobre temas tan interesantes.
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