domingo, 13 de septiembre de 2009

"ERA DE NOCHE Y, SIN EMBARGO, LLOVÍA": LA "COHERENCIA" ECONÓMICA DEL "G. DE E."


"COMO SÉ QUE TE GUSTA EL ARROZ CON LECHE, POR DEBAJO DE LA PUERTA TE ECHO UN LADRILLO"


"G. DE E." significa, por supuesto, "Gobierno de España". Yo no he inventado esta insistente denominación, pero la utilizo porque designa muy bien a quién quiero referirme.


Sentado lo anterior, el título y el subtítulo de este comentario pretenden indicar que todo lo que nos ocurre en España está situado en el territorio del absurdo, concurrente con el del engaño.


Empecemos por el final (el final provisional, el de ayer y hoy). Se anuncian aumentos de impuestos: del IVA (dos puntos), de los impuestos sobre tabaco, hidrocaburos y el alcohol. Y también una subida de dos puntos en el impuesto sobre plusvalías. Es coherente con la necesidad apremiante que sufre el Tesoro; es coherente con la necesidad de reducir el déficit público. Luego veremos si la subida de impuestos es coherente con una reactivación de la economía real. Ahora vemos que en la caja no hay dinero y resulta urgente conseguirlo: es coherente.


Lo que ocurre es que ese déficit se ha quintuplicado en menos de un año. Algo único en el mundo, aunque no dejaría de resultar llamativo por mucho que todos los países civilizados hubiesen aumentado su déficit de igual modo. ¿Cómo se ha producido ese aumento del déficit? Por ocurrencias de gasto más que discutibles. Ocurrencias del G. de E. Me fijo en una de ellas: las inyecciones de liquidez al sistema financiero. Quizá esas inyecciones no pertenezcan propiamente, contablemente, al déficit público. Me parece que da igual, porque, a la postre, como se aprecia, son los contribuyentes los que tenemos que apechugar con lo que se le ocurrió hacer al "G. de E." para quintuplicar el déficit.


Detengámonos en las inyecciones de liquidez al sistema financiero. Llamo la atención sólo sobre dos hechos. Uno, muy conocido, es que los "practicantes" de las inyecciones sostenían, al mismo tiempo de poner las inyecciones, que nuestro sistema financiero era el más sólido (o uno de los más sólidos) del mundo. Como si un "practicante" de los de toda la vida asegurase al paciente que está sano y fuerte como un toro, el paciente estuviese de acuerdo, pero el "practicante" se empeñase en ponerle inyecciones de hígado de bacalao. El otro hecho es que el modo principal (no sé si el único) de poner las inyecciones fue denominado "subasta de activos financieros".

Resulta que esa denominada "subasta" no era tal. Porque no había lo que es propio de una subasta, a saber: un bien que se quiere vender, una pluralidad de posibles compradores y una regla de vender al que más ofrezca por el bien. Era al revés: había un solo comprador, una pluralidad de vendedores y una pluralidad de bienes que los vendedores deseaban transmitir al único comprador.


Eso de llamar a algo con un nombre impropio, que despista o desconcierta, da muy mala espina. Apesta a ocultación y a engaño. Pero es que, además, nunca supimos quiénes concurrían a vender sus paquetes de "activos financieros" (basura crediticia mezclada, en el mejor de los casos, con algunos verdaderos activos), quiénes vendieron, cuánto recibieron y con qué criterios se dió "liquidez" (dinero) a cambio de papeles, que eso eran los "activos financieros": papeles. Los papeles resultantes de la llamada "titulización!.

Llegados a este punto, hago un amplio inciso: parece poco discutible que nuestra crisis económica está relacionada con la crisis económica global y ésta, a su vez, con los préstamos hipotecarios "sub prime" en USA al amparo de un "boom" inmobiliario: la "crisis ninja" de Leopoldo Abadía, sobre la que los lectores se pueden ilustrar en

 http://www.leopoldoabadia.com/2008/04/crisis-financiera-2007-2008.html

complementado con

http://www.leopoldoabadia.com/


Recomiendo que, en caso de no conocer el contenido, no se saltan leer lo que aparece en estos enlaces (al menos, en el primero). Pero, en resumen, cuando las entidades financieras USA ya no tenían dinero para hacer buenos negocios (y vieron que no recuperarían los préstamos "sub prime") inundaron el mundo con "titulizaciones", paquetes de pretendidos "valores", entre los que abundaban (y abundan, porque alguien tiene esos paquetes) créditos del estilo del que un ignoto Banco de Arkansas u otro no menos ignoto de Missouri podían tener sobre desventurados sujetos sin ingresos fijos (no income), sin empleo fijo (no job) y sin propiedades (no assets):  los ninjas. Esos paquetes se vendieron y se revendieron y los sucesivos vendedores consiguieron dinero, incontables cantidades de dinero, a cambio de mera basura. La City de Londres, desde donde nos acusaban de la "burbuja" inmobiliaria, contribuyó decisivamente a una "burbuja" financiera de billones (contados en libras o en euros).


En ese proceso han alcanzado records históricos el engaño, la avaricia y la estulticia de diversas especies, de entre las que sobresale la de arrumbar el idioma propio para utilizar el inglés: una estulticia que ya reinaba en centenares de ámbitos sociales: desde el comercial al educativo. En el económico, hubo malicia -la consistente en pensar que las denominaciones incomprensibles en inglés convertían en respetable el tradicional timo del "toco mocho"- y la estulticia corrió a cargo de los avariciosos y "listillos", timados al comprar los "productos financieros" ingeniosamente denominados en inglés.

En este punto, resulta insuperable el video colgado en http://www.youtube.com/watch?v=pFmYIFk5i1Q.


Si los lectores se desenvuelven en inglés, no se lo pierdan. Y si no, tampoco, porque los actores son excelentes y el subtitulado, bastante bueno.


En España, no acabamos de salir de la crisis financiera. La gente ve que no se recupera el crédito. Que los bancos (inyectados o no: no lo sabemos) prefieren invertir en productos financieros del mismo Estado (pese a su cuasi-insolvencia) a prestar a pymes y autónomos. Nuestro tejido económico real presenta un único fenómeno sobresaliente: un paro incomparable. Nuestras arcas NO estaban vacías cuando llegó el "G. de E". Pero ese "G. de E" ha gastado proporcionalmente como nadie en el mundo. Y lo que se ha gastado no ha relanzado ni relanza la actividad económica. De modo que la gente -es decir, Vd. y yo- estábamos hartos de tanto absurdo, de tanta incoherencia. Ahora estaremos hartos y nos subiremos por las paredes ante la "coherencia" de la subida de impuestos. Porque después de anunciar esa subida para "los ricos", resulta que el IRPF no se toca ni para los multimillonarios de verdad. Y los impuestos que van a subir (parece que ahora va en serio, pero ¡vaya Vd. a saber!) no contribuirán, sino todo lo contrario, a reactivar la economía. Como tampoco logrará ese efecto reducir el gasto en Innovación y Tecnología (el Ministerio sí podría desaparecer, como algunos otros), en Industria y en Fomento. Precisamente unos ámbitos que serían buenos puntos de partida para los "brotes verdes".


Lo del "Plan E", gestionado por los Ayuntamientos, fue y está siendo deplorable. Pero han sido -se dice pronto- 8 mil millones de euros. Un derroche estupefaciente. Con razón se sugirió haber destinado esos euros a que los Ayuntamientos pagasen sus deudas a las empresas. Y como el "Plan E", otras ocurrencias. Pero lo más importante y preocupante es esto: no había ni va a haber una política de infraestructuras generadoras de empleo y dinamizadoras de la economía. No había ni habrá una política demográfica seria (¿es casual que Francia, con una de las tasas de natalidad más altas, se esté recuperando?). Aquí no se defienden sectores económicos estratégicos, como lo hacen Alemania y Francia. No hay "apuesta" energética fundada en argumentos serios. No ha habido ni habrá un cambio radical de la política educativa: se seguirá negando la evidencia en aras de la ideología. No se exigirá esfuerzo, no se fomentará la autoridad, no se buscará que los alumnos sepan. ¡Cualquier cosa, menos el conocimiento! Lo último (para vigilarlo, porque será "un pastón"): 400.000 superportátiles del Plan Escuela 2.


Podríamos seguir ad nauseam. Literalmente ad nauseam. El absurdo de los recientes Decretos-Leyes urgentes, como todos los Decretos Leyes, pero inaplicables hasta que se logre un consenso y, en todo caso, de efectos económicos incalculables (esto lo he oído en directo al Presidente del "G. de E.") ha dejado paso a la "lógica" de exprimir a los ciudadanos con impuestos nada sociales y económicamente depresivos. Y con multas, venga multas. Si no nos equivocamos, aumentará el paro y no habrá con qué pagarlo, porque no quedará nadie a quien exprimir.


En cuanto al mundo, el "G. de E." envía 220 soldados más para reforzar los "batallones electorales" en Afganistán, donde no pintamos nada, especialmente una vez celebradas las elecciones (?). Pero ahora, en todo lo que sea apoyar a Obama, que no quede por el "G. de E.": aguantaremos hasta cinco años en Afganistán. Y se estrechan las relaciones con Venezuela (una tiranía sin paliativos) y con Bolivia. Sólo falta que Moratinos devuelva Gibraltar.

4 comentarios:

sinretorno dijo...

Sublime, profesor. Aunque usted dice que esto no cabe en los periódicos da para una tercera de ABC. Gracias. El G de E es idiota y comienzo a pensar que los súbditos más que ciudadanos de ese G también.

Jorge Salinas dijo...

Este blog ha sido un descubrimiento para mí Lo seguiré para estar bien informado. J.S.

Koke dijo...

Está claro que éste gobierno va completamente a la deriva en la política económica (o al menos eso es lo que parece). No se puede pedir una subida de impuestos sin explicar en qué va a beneficiarnos dicha subida. La opacidad en política ha quedado demostrada que pasa factura, y en estos temas, que el contribuyente lo nota en su bolsillo, con mucha más razón.
De todas maneras echo en falta una mejor oposición por parte del PP. Ahora mismo el gobierno debe caer simplemente por su propio peso. Ojalá estuviera el sr.Rodrigo Rato para arreglar este desaguisado.

Gran artículo! Un saludo!

tonto lo serás tú dijo...

Dicen algunos prebostes del PSOE que los "ricos" votan al PP.

Construyamos un silogismo:
1) los "ricos" vontan al PP;
2) es así que los citados prebostes son "ricos" (algunos sin necesidad de comillas),
3) ergo esos prebostes votan al PP.

Pero enseguida me reconvengo: igual es que hay "ricos" buenos y "ricos" malos. Para de inmediato caer en la cuenta de que lo que sí hay, sin duda posible, es "ricos" hipócritas. Y concluir finalmente de esta manera: ¿acaso no son éstos los peores "ricos" (y ricos)?