miércoles, 2 de septiembre de 2009

"ESPAÑA NO PUEDE NEGAR AL PARLAMENTO CATALÁN"

GOLPISMO PURO Y DURO... DESDE EL "GOBIERNO DE ESPAÑA"

 
El título de esta entrada reproduce un titular de ABC, que acaba de aparecer en su edición electrónica. El preciso texto de la noticia, en su meollo, es el siguiente:

"El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha manifestado hoy su confianza en que el Estatuto de Cataluña 'es constitucional' y añadió que 'lo que España no puede hacer es negar la decisión del Parlamento catalán' en relación a la próxima sentencia que sobre este asunto emitirá el Tribunal Constitucional."

"'Yo creo en ese Estatuto, creo que es constitucional y creo que recoge un hecho que además es políticamente relevante. Lo que España no puede hacer es negar la decisión de un parlamento democrático elegido por los catalanes', ha dicho el ministro en declaraciones a Punto Radio."


 
El Sr. Rubalcaba es Ministro del Interior del que, machaconamente, se publicita como "Gobierno de España" desde que las encuestas mostraron que el negacionismo de España (que llegaba a eliminar la bandera y a no mencionar la palabra "España": recordémoslo) iba a ser electoralmente catastrófico.
Hasta su ya muy lejana entrada en la política, el Sr. Rubalcaba era un joven y notable profesor de Química Orgánica. Le tengo por persona amable e inteligente, además de reconocerle una especial habilidad política, pareja, al menos, con su afición al poder, que estoy lejos de demonizar. Pero en esta ocasión, el actual responsable máximo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ha ido lejos, demasiado lejos. Ha ido tan lejos que ha llegado a una posición que, objetivamente, es golpismo con abuso ilícito de su cargo y posición. En cualquier país civilizado (de los que cada día quedan menos), el Sr. Rubalcaba debería dimitir o ser fulminantemente cesado.
Sé de sobra que las tragaderas y las entenderas del actual Presidente del Gobierno no dan ni para una leve observación al Sr. Rubalcaba en tono de reproche. Sé muy bien que la intelectualidad de este país -si es que puede decirse que esa intelectualidad existe- no levantará, por muchas y diversas razones, ni la más leve ola de protesta social. Pero hay reglas que, aunque no sean observadas, sino masiva, diaria y panzerianamente infringidas, debemos considerar vigentes. Porque lo están. Y esas reglas son las que expulsarían al Sr. Rubalcaba de la vida pública española salvo inmediata y pública retractación de sus declaraciones.
Me explicaré.
1º) Un Ministro del "Gobierno de España" no debe contraponer "España" a Cataluña, ni en su conjunto ni en una de sus instituciones, el Parlament, en este caso. Está sosteniendo unas nociones de España y de Cataluña absolutamente contrarias a las normas constitucionales.
2º) Un Ministro del "Gobierno de España", en caso de contraposición real, no debe subordinar "España" al Parlament de Catalunya. No debe hacerlo porque incurre en una aberración histórica y constitucional. Tan aberración constitucional como que existe un Tribunal Constitucional (TC) ante el que, legítimamente, algunos pueden plantear recursos de inconstitucionalidad respecto de leyes, como lo es el actual Estatut de Catalunya. Si fuese mínimamente defendible lo que ha afirmado Rubalcaba, carecería de sentido la misma existencia del TC con sus constitucionales y legales atribuciones. Y, por supuesto, carecería de sentido que el TC actuase como lo que debe ser: un Tribunal independiente del Gobierno de la Nación, de los cuerpos legislativos y de los gobiernos autonómicos.
3º) Un Ministro, en especial uno que manda sobre personal armado, el Ministro que dirige aparatos de control y de represión, no debe, pendiente un recurso de constitucionalidad sobre el citado Estatut, previamente aprobado por el también citado Parlament, declarar que España -y por tanto, las instituciones constitucionales españolas, entre las que sobresale para el caso el TC- no puede formular objeciones a una ley aprobada por el Parlament. Si, como hemos visto, hace tales declaraciones, está diciendo a los miembros del Tribunal Constitucional que "España" les limita en su función, que "España" no consentiría una sentencia del TC que no fuese un amén al Estatut.
El Sr. Rubalcaba, Ministro del "Gobierno de España" ha enviado públicamente ese mensaje al Tribunal Constitucional de España. Pero el Sr. Rubalcaba 1º) no ha sido designado Ministro del Interior, con competencias determinadas, para pronunciarse sobre asuntos sub iudice y menos aún sometidos al máximo tribunal de la constitucionalidad; 2º) no cumple con sus funciones ministeriales, sino que abusa muy gravemente de su cargo al atribuirse la representación de "España". Y, lo más grave, este Sr. Ministro está presionando ilegal e inmoralmente a un Tribunal independiente.
Propugnar y procurar que no sean los órganos responsables de lo que es recurrido ante el Tribunal Constitucional los que hayan de subordinarse, sujetarse y atenerse a lo que ese Tribunal resuelva, sino lo contrario, es decir, que ese Tribunal ha de subordinarse a lo decidido por los órganos que aprobaron lo recurrido es propugnar y procurar la máxima ruptura del sistema constitucional. Y a eso se le denomina golpismo.
Mientras no rectifique, el Ministro del Interior, responsable de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, es un golpista. Si el Sr. Ministro u otras personas lo consideran un insulto, digo dos cosas: 1ª) que se trata de una descripción objetiva de un comportamiento externo y que si el Sr. Rubalcaba entiende que le insulto, en los Tribunales de Justicia le espero; 2ª) que el hecho de que el Ministro del Interior del "Gobierno de España" presione al TC y propugne hacer tabla rasa de la Constitución vigente es infinitamente más grave que el hecho de que aparezca como un golpista a causa de mi libre pero razonada descripción de su conducta.


Post Scriptum de 3 de septiembre: Sostiene Rubalcaba que sus declaraciones se han "descontextualizado", pues él se refería sólo a la definición de Catalunya como nación" en el preámbulo del Estatut, que, según él, carece de naturaleza normativa. Añade, para legitimarse y legitimar lo declarado, que él se batió el cobre, por así decirlo, en el Congreso de los Diputados enmendando el Proyecto de Estatut. Nada de eso me puede conducir -y bien que lo siento- a rectificar un ápice lo que queda escrito. Porque el Sr. Rubalcaba no niega ni matiza la contraposición entre "España" y el Parlament de Catalunya que todos los medios publicaban, sin rectificación del Sr. Rubalcaba. Y este Sr. Ministro del Interior tampoco niega ni matiza su criterio de que "España" ha de subordinarse al Parlament.

Por lo demás, si el inteligente Ministro de autos se reconoce lego en Derecho, más vale que no se meta en territorios jurídicos sin un asesoramiento serio. Una cosa es la ausencia de naturaleza normativa de los preámbulos y exposiciones de motivos de las leyes y otra la ausencia de relevancia jurídica de esos preámbulos y exposiciones. Esa relevancia existe y no es de ínfima categoría. Así lo muestran y lo afirman tanto el TC como el Tribunal Supremo en importantes sentencias.

4 comentarios:

Sinretorno dijo...

Valiente y brillante, como siempre. Acabo de dedicar una entrada de mi blog al desprecio absoluto del Derecho en este país, al menos en lo público. Me dicen que está usted asesorando a la Comunidad de Madrid, me alegro. Anímese a ir al Constitucional, si le votan.Mi voto lo tiene.

Koke dijo...

El señor Rubalcaba me parece una persona sobradamente preparada, pero estoy de acuerdo en que las declaraciones no son propias de un ministro,ni siquiera creo que él interiormente opine lo dicho, quiero pensar que actua así porque sería un mazazo enorme para los socialistas una STC desfavorable.
Aunque al TC se lo están cargando entre todos, sin distinguir de ideologías. Debería haber un poquito más de responsabilidad y sentido común por parte de los partidos políticos, y que decir tiene, de las instituciones.

Mármol dijo...

Gracias por su exposición y confirmar todos nuestros temores.
Pero no hay que preocuparse, no pasa nada, este tema no es importante, nada lo es. Lo fundamental es manipular arteramente a los electores y dar la sensación de que se es lo que parece cuando entre la realidad y lo que nos cuentan hay demasidados abismos.
Si el Tribunal Constitucional no puede tomar una decisión contraria a lo ratificado por un Parlamento y aprobado en referéndum, nos lo pone más fácil todavía. ¿Para qué sirve la Administración de Justicia? Si ya se la cargaron cuando Alfonso Guerra se vanaglorió de haberse cepillado a Montesquieu, que supriman el Poder Judicial. Que todo lo decidan los respectivos Parlamentos que por algo representan, o así deberían hacerlo, a todos los ciudadanos que con nuestro voto les hemos legitimado para hacer todo tipo de herejías SIN LA MÁS MÍNIMA RESPONSABILIDAD.
Gracias por sus muy interesantes comentarios.

Anónimo dijo...

En mi opinión, Rubalcaba no hacía sino manifestar el temor del gobierno y de su partido a las consecuencias de una sentencia que declare anticonstitucionales aspectos sustanciales del malhadado Estatut. Desconociendo que el problema lo crearon el gobierno y su grupo, cuya irresponsabilidad en este y en otros asuntos es sonrojante y abrumadora, parece que en esas declaraciones a Rubalcaba le traicionó, como suele decirse, el subconsciente... Y después no vale pedir árnica y aparentar que se desdice.
Es incuestionable que la opinión que expresó este ministro es directamente contraria a los fundamentos de nuestra Constitución y a los principios y procedimientos más elementales del funcionamiento democrático. Por lo tanto, a Rubalcaba y a los que suscriben su afirmación les calza perfectamente el adjetivo de golpistas. Pero recordemos lo que ocurrió en la jornada de reflexión previa a las elecciones de marzo de 2004 y recordemos el papel que entonces jugó Rublacaba. Para mí, aquello se pareció mucho a un golpe de estado... así que, ¿de qué vamos a extrañarnos ahora?