martes, 17 de agosto de 2010

DE CÓMO LOS MINISTROS DEL “GOBIERNO DE ESPAÑA” SE PUEDEN CONVERTIR EN SALTEADORES DE CAMINOS (Y, DE HECHO, LO HACEN)


MÁS IMPUESTOS: ¿PODRÍAN, AL MENOS, EXPOLIARNOS SIN MENTIR?


El Ministro de Fomento del “Gobierno de España”, D. José Blanco, está pluriempleado en pleno verano. El Sr. Blanco se despierta un día y resulta que se reactivan obras públicas, que él, a causa de la crisis, había dado por canceladas (y él es el Ministro de las obras públicas). Pocos días después, los medios de comunicación nos ofrecen una noticia de campanillas: el Sr. Blanco anuncia, en funciones oficiosas de Ministro de Economía y Hacienda, que van a subir los impuestos, porque en España “son muy bajos”. Son, dice, muy bajos "en relación con la media de los países europeos”.

Estas declaraciones del Sr. Blanco plantean dos grupos de cuestiones: para empezar, unas cuestiones formales y, después, los interrogantes de fondo. Formalmente, que un asunto tributario de primera clase lo plantee el Ministro de Fomento es tan extraño y anómalo como encontrarse al Ministro de Educación presentando un cambio de política energética. El Presidente del “Gobierno de España” podría modificar unas cuantas leyes y nombrar Ministros in genere, sin especificación de funciones. A fútbol total, con máxima movilidad de los jugadores, Gobierno total, con Ministros multifunción, versátiles a tope. Si el Sr. Zapatero hiciese eso de los Ministros sin cartera y para todo (como los mosqueteros, “uno para todos y todos para uno”), no dudo de que el Sr. Zapatero pasaría a la historia. Pero, dado que asigna denominaciones a los Ministerios, referidas a ámbitos de actuación más o menos diferenciados, hacer que los Ministros, en cuanto Ministros, hablen de cualquier asunto, son ganas de ensañarse con la ciudadanía, por si no tuviéramos ya bastante castigo. Hay un toque de refinada crueldad psicológica –la más terrorífica- en ese súbito proceder del Sr. Blanco, que -¿quién lo duda?- no habrá actuado sin conocimiento y permiso del Presidente Zapatero.

Suponga el Sr. Zapatero –a ver si me entiende-que cita a La Moncloa, en pleno agosto, a los más importantes empresarios de la construcción y suponga que no se filtra esa cita (o citación) y el encuentro no se suspende “sine die” (que es lo que le está ocurriendo a ZP en los últimos tiempos). ¿Qué le parecería al Sr. Zapatero que acudiesen a su cita los más prominentes empresarios de la alimentación? Seguro que le desconcertaría, le parecería una falta de respeto y un obstáculo importante para la necesaria comunicación del Gobierno con la sociedad civil. Pues lo del Ministro de Fomento anunciando subida de impuestos es una desconsideración igual hacia los ciudadanos. O incluso mayor, porque somos los ciudadanos los que pagamos al Gobierno y sus Ministros, y no al revés. Estoy dispuesto a reconocer que, en abstracto, les pagamos poco. Pero, en concreto, a estos Ministros que nos desconciertan, nos faltan al respeto y nos desasosiegan no habría que pagarles nada. Habría que subirles los impuestos.

De lo anterior se deduce que las cuestiones formales tienen, con mucha frecuencia, una importancia superlativa. Las de este anuncio de subida de impuestos nos conducen nada menos que a la cuestión de la legitimidad del poder. La legitimidad de ejercicio, que se llama, para distinguirla de la legitimidad de origen. No voy a entretenerme en grandes explicaciones. Los lectores entenderán fácilmente que, sin formas, el Gobierno no es sino una cuadrilla de salteadores de caminos, con óptimas conexiones con la Hacienda y la Guardia Civil, pero una banda de forajidos asaltantes a fin de cuentas. [Me dice "Sin retorno" que algo semejante ya lo dijo Max Weber. No me extraña y me reconforta.]

Pero es que en el anuncio del Sr. Blanco concurren, además, circunstancias agravantes. Como quiera que, según he indicado, el Sr. Blanco nos anuncia el pedrisco fiscal poco después de que se anunciase que unas obras públicas iniciadas se interrumpían y otras comprometidas no se iniciarían, todo ello por falta de fondos, los ciudadanos atribulados podríamos pensar que el Sr. Blanco se estaba vengando en cabezas ajenas, que son las nuestras, tras enterarse de que no todo lo que él había anunciado que paraba, efectivamente iba a parar. Bien podríamos pensar que D. José (“Pepiño”, para las gentes de Palas de Rei y de la Illa de Arousa y para todo el pueblo español) se ha dicho: “si lo que se paraba por falta de fondos ya no se para, entonces se necesitan fondos y, por tanto, tengo que decir que hay que subir los impuestos”. Si esta hipótesis, que dista mucho de ser irracional, se correspondiese con la realidad, tendríamos que un Ministro de obras públicas hace pagar a todos los ciudadanos su descontento con su Presidente y/o sus compañeros de “Gobierno” o su necesidad de explicarles que si no hay fondos, no los hay y, por tanto, no hay obras. Y que si hay obras, porque se quiere contentar a éste o a aquél (aliado político o empresario amigo), tienen que recaudarse fondos con la subida de impuestos.

Otra circunstancia concurrente es que Blanco ha penetrado en el territorio de la “Ministra de Economía y Hacienda”, que es además Vicepresidenta segunda del “Gobierno de España”, y por tanto, superior en categoría al Sr. Ministro de Fomento. La Sra. Salgado no había dimitido, aunque pasaban las horas y seguía en silencio. Finalmente, no es circunstancia despreciable el hecho de que el barullo no pueda encontrar excusa en hallarse el Presidente Zapatero vacacionando fuera de Madrid, porque sigue de vacaciones en la Villa y Corte. Así que este descontrol intestino (casi intestinal) del “Gobierno de España” se ha producido físicamente delante de las narices del Sr. Zapatero.

Hace pocas horas, el Ministerio de Fomento ha desmentido/matizado las declaraciones de D. José, “o noso Pepiño” y en Economía y Hacienda han venido a decir que no especulemos, que nos atengamos a los hechos, a los hechos venideros (es decir, a los próximos presupuestos) y a los firmes y constantes criterios que en esta materia, como en todas, exhibe el “Gobierno de España”. Nada tranquilizador, sino todo lo contrario.

Pueden Vds. ver y escuchar a D. José Blanco mediante el siguiente enlace:


A mí me parece que, para empezar como empieza Don José, afirmando dos veces que no sabe nada de impuestos, lo que después sugiere-anuncia se entiende sin dificultad. Y se ve a “Don Pepiño” bien sentado en el sillón ministerial. El descontrol no es tal: es una táctica de confusión meditada para castigar a la ciudadanía por su intención de voto. Es quizá un argumento electoral: "vótennos a nosotros, que mentimos mejor que ellos." Hace décadas, semejante argumento hubiese sido impensable (y, de hecho, nadie lo pensó o, al menos, nadie lo utilizó), pero hoy en día, sabedora y bien consciente ya la ciudadanía del problema que tiene con la clase política, lo que antes hubiese sido descabellado puede darse hoy como un ejercicio de franqueza y sinceridad ("honestidad", se dice ahora).

Pero vamos ya a la cuestión de fondo: la subida de impuestos “porque son bajos”, comparados con los de Europa. Inmediatamente, los medios de comunicación mínimamente independientes, explican, incluso con gráficos, que lo que ha dicho el Sr. Blanco no es cierto. No puedo reproducir aquí todos los datos y argumentos publicados que demuestran que el Sr. Blanco ha faltado a la verdad. De todas maneras, el enfoque de la verdad o la falsedad de la comparación con Europa (el resto de Europa, querrán decir) no es el principal y el decisivo. Porque lo principal y decisivo respecto de los tributos es a qué se destina lo que se recauda con ellos. No hace falta saber mucho para advertir que los impuestos no se han de subir o bajar en un país porque en otros sean más bajos o más altos. La mera comparación con cifras ajenas nunca ha sido ni debe ser una justificación de los tributos. Si fuese una justificación, por la misma "regla de tres", las retribuciones ajenas más altas determinarían que aquí subiesen el salario mínimo y las nóminas funcionariales, cuando las acaban de bajar.

Ocurre, además, eso sí, que la comparación con la media europea no arroja el resultado que el Sr. Blanco afirma como si fuese algo tan visible y claro como la Torre Eiffel o el Big Ben de Londres. El sindicato de técnicos del mismísimo Ministerio de Economía y Hacienda tritura la contundente afirmación de "D. Pepiño" en el seno de sus pretendidas meras reflexiones, tan serenas y ministeriales como han podido comprobar. Copio la noticia de lo que estos señores técnicos dicen:

“Los trabajadores españoles tienen que realizar un esfuerzo fiscal por encima del de los países europeos, superados solamente por Italia y Portugal, ya que si bien la presión fiscal sobre las rentas del trabajo en España es ligeramente inferior a la media europea, todavía es menor el salario medio con respecto al de los países de la zona euro, según el sindicato de técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda (Gestha).”

“En la actualidad, los españoles ganan un promedio de 22.802 euros anuales brutos, mientras que la media de los países del entorno se sitúa en unos 34.000 euros.”

“Los técnicos de Hacienda responden de esta manera al ministro de Fomento, José Blanco, quien apostó por "homologar" los impuestos españoles a la media de la UE para poder disponer de servicios de mayor calidad.”

“Gestha indica que la presión fiscal sobre el salario medio español se situó en el 37,8% en el año 2008, lo que supone una tasa cinco puntos por debajo de la media europea (43,14%). Sólo los trabajadores de Portugal (37,6%) e Irlanda (22,9%) soportan menor presión fiscal que los empleados españoles. En cambio, los trabajadores de Holanda (45%), Alemania (52%), Finlandia (43,5%) y Austria (48,8%) están sometidos a mucha mayor presión fiscal que los trabajadores españoles.”

“Sin embargo, añade que a pesar de situarse España entre los estados de menor presión fiscal, es el país de la zona euro donde más ha crecido el esfuerzo fiscal de las rentas del trabajo en los últimos cinco años, sin tener en cuenta la reciente subida de impuestos anunciada hace poco más de un mes por el Ejecutivo.”

“En este sentido, Gestha advierte de que si se consideran los impuestos que soporta un español por el consumo (IVA e Impuestos Especiales), la presión fiscal sobre el salario medio se elevaría desde el 37,8% hasta el 47,01%, y podría incluso superar el 50% si se añaden los pagos medios de los impuestos sobre sucesiones o donaciones, transmisiones patrimoniales, actos jurídicos documentados, impuestos municipales o tasas.”

Podríamos, con suma benevolencia y total gratuidad, pensar que D. José Blanco y los que le apoyan han cometido un error, pero no una mentira, porque la mentira requiere la conciencia de que se está presentando como verdadero lo que se sabe que es falso. Así que, en teoría, cabría defender que eso de que nuestros impuestos o nuestra “base impositiva es muy baja en relación con la media de los países europeos” no es una mentira, sino un error de “Don Pepiño” y de cuantos le han apoyado en este gran sobresalto agosteño. Pero si uno piensa, como debe pensar, que el Ministro Blanco no es un “verso suelto” en este “Gobierno de España”, resulta que, como en otras ocasiones, lo que Blanco ha hecho, aunque sea desconcertada y desconcertantemente, es anunciar la nueva subida de impuestos que ese “Gobierno” planea. Ese "Gobierno" y los asesores de “Don Pepiño” no ignoran la realidad impositiva de España “en relación con la media de los países europeos”. Y como no la ignoran y no desconocen que, en media de ingresos brutos, andamos alrededor de los mil euros mensuales menos que la media de los países europeos, lo que ha hecho “Don Pepiño” es mentir. Sobre esa mentira, el "Gobierno de España" se dispone a expoliarnos más de lo que ya lo hace.

Y ese ya planeado expolio adicional es inicuo, ante todo porque con él pretenden que sigamos financiando, no servicios e infraestructuras necesarias (de los que no se sabe nada), sino los colosales organigramas del Estado y de las Comunidades Autónomas, con un gasto público que carece de cualquier justificación, racional o económica. Reduzcan nuestros gobernantes al 50 % las cúpulas de sus gobiernos (nacional, autonómicos e incluso los de grandes municipios), como pueden hacerlo sin dejar a nadie en la calle, según expliqué aquí (v. post de 6 de febrero de 2010: “Gobierno de concentración, reducción del gasto público y regeneración de la clase política”) y los contribuyentes quedaremos muy bien impresionados y bien dispuestos. Pero ciudadanos más exprimidos fiscalmente para que la clase política siga manteniéndose y manteniendo mastodontes ineficientes y mascotitas de puro capricho (las embajaditas, los “observatorios”, las “agencias”, etc.), eso no, de eso nada. Y menos con mentiras sobre nosotros y los demás europeos. La misma Agencia Tributaria demuestra que nuestro "Gobierno" miente.

Por lo demás, ya está bien de fijarse en las rentas del trabajo y hacerse los distraídos sobre las rentas del capital, por aquello de que no se fuguen los capitales (los que no se hayan fugado ya). El “Gobierno de España” no puede subir más ningún impuesto, porque nuestra recuperación económica real depende de que la gente tenga dinero. A base de que la gente tenga aún menos dinero disponible que ahora no puede darse recuperación económica alguna. Y si no hay recuperación, habrá más paro. Si no lo entienden, señores del “Gobierno de España”, será porque no quieren esforzarse nada en entenderlo, porque es algo que entiende cualquiera a poca atención que ponga. Si, pese a todo, Vds., señores “gobernantes” no logran entenderlo, pueden preguntar a alguien que tienen bien cerca, porque es un Secretario de Estado, el de Economía y Hacienda. A mí no me impresiona que este señor Campa haya pasado por el IESE. Eso no me produce ni frío ni calor. Pero, por una vez, me convenció la noticia de lo que Campa había dicho en una reunión en Londres y en la sede del Ministerio. Si era cierta la noticia (que nadie ha desmentido ni matizado), la clave de la recuperación, para Campa, está en el ahorro de las familias y las empresas, porque el consumo se ha retraído por debajo de la caída de los ingresos o renta real de los hogares. ¿Pero qué ahorro va a existir si todavía se nos exprime más?

Como tienen la sartén por el mango o el trabuco cargado apuntándonos, nos van a expoliar más aún en cuanto quieran. Pero, al menos, podrían no mentirnos. Lo que sucede es que ya no pueden. Han cogido un vicio de mentir mucho más adictivo que el tabaco. Y más nocivo.

3 comentarios:

Sinretorno dijo...

Brillante, sobre todo lo de la cuestión formal, que tan despreciada está y así nos va. Aunque cabría pensar que la obra pública se sufraga con presupuesto público (cosa que cada vez es menos verdad, me parece) y como no hay fondos hay que poner más impuestos.Que descanse en verano, profesor.

Sinretorno dijo...

Creo que fue Weber quien dijo que la diferencia entre una banda de ladrones y un Estado era el monopolio LEGÍTIMO del poder.

Aguador dijo...

Cierto. Y que dicho monopolio se ejerce a través de la aplicación del Derecho Penal, y que el Derecho Procesal Penal sirve para asegurarse de que ésta haya cumplido todos los cánones (formales, al menos) y todo eso que aprendimos hace tantos años en la Facultad y que ahora, gracias a unos legisladores inicuos, unos gobernantes inicuos y unos jueces inicuos vemos arrastrado por el fango...