sábado, 9 de junio de 2012

LA FATAL FUSIÓN DE DINERO Y POLÍTICA = “RESCATE” VIGILADO, AUNQUE SEA “SOFT”



ESTO NO ES EL FINAL: DEBIERA SER EL COMIENZO DE ALGO MUY DISTINTO
(9 de junio de 2012, 20.15 horas)


Que España, en conjunto, no sea rescatada, sino sólo la banca española, sería la parte “buena” e incluso muy buena de la noticia. Significa que el Gobierno ha logrado lo que durante semanas se ha estado considerando imposible: que se ayude a la banca española (la que lo necesite) sin intervenir España, como en los casos de Grecia, Irlanda o Portugal. Es imposible negar que, confirmado lo que se perfilaba como seguro al comenzar a escribir este post, el Gobierno Rajoy ha logrado un éxito importante, porque, aunque este rescate soft les interesase a todos, Alemania incluída, España no ha sido intervenida. Éste es un hecho indiscutible y si no tenemos intervención es, lo están diciendo todos, porque algunas reformas se han hecho (aunque no todas, ni todas bien). Y es de grandísima importancia que se explique este “rescate” blando o soft al mayor número posible de españoles, siempre que se explique con toda objetividad, para informar en serio y no, en absoluto, para colgarse una medalla. (Pueden ver la declaración del Eurogrupo en español ihttp://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/09/economia/1339273087.html o el Statement en inglés, que es el texto original y oficial, en una de las páginas de este blog).

Lamentablemente, hemos comenzado con una rueda de prensa del Sr. Rajoy, que, aunque haya aclarado algunas cosas elementales, ha carecido de humildad en el tono y de verdad (que es lo mismo) en el fondo, lo que, valoraciones éticas y estéticas aparte, ha sido otro gran error político (y lleva demasiados, "no forzados", como dicen en el tenis) [INCISO: ¿no se da cuenta el Sr. Rajoy de que las cosas positivas o menos negativas que ocurren o que se logran no se deben necesariamente a su talento, a su prestigio y a su esfuerzo: así lo tendría que apreciar sin necesidad de otro ejercicio que un breve repaso de sus contradicciones de los últimos días, de las últimas semanas, de los meses pasados desde que preside el Gobierno de España sobre todo y ante todo por el terrible demérito ajeno?]

Ante este “rescate” soft, el Gobierno de España -empezando por su Presidente, el Sr. Rajoy, que no reconoce ningún error, ni siquiera los suyos personalísimos, que no son pequeños- tampoco está para andarse con autocomplacencias. Además de que las reformas las aguantan los españoles más aún que el Gobierno, éste ha tenido que solicitar un "rescate blando" cuando no quería, antes de que los auditores Wyman y Berger hayan establecido qué pasa con la banca española y cuál es la cifra necesaria.  Ha tenido que pedirlo y aceptar este “rescate” soft el 9 de junio de 2012 en vez de a partir del 21 de junio. Y, sin duda, habrá que afrontar consecuencias: las habrá positivas, pero no serán todas agradables, porque el Estado se endeuda (más aún) si la banca no responde bien y ya sabemos que el Estado no es nadie en particular y somos todos en general. El dinero -esto es lo más importante- no se presta ni se entrega a la banca española, sino al FROB como agente del Gobierno español y éste se hace responsable. Vean, en una de las páginas de este blog, el texto completo del "rescate" en los términos del Eurogrupo, que son los que valen. Pero -hay que añadirlo, en vista de que las opiniones políticas y económicas están mermando mucho la objetividad- bastantes, en Europa y fuera de ella (e incluso en España), querían la intervención de España y no la han logrado. Esto es tan cierto como lo anterior.

En la semana pasada, se producía un pulso Gobierno/Rajoy con UE/Merkel, por decirlo de alguna forma. El viernes y el sábado pasados, con un mayor silencio de la UE, el protagonismo público corrió a cargo de Reuters, FMI y Obama, obviamente no sin conexión con la Comisión Europea. Si vuelvo al símil del ring de boxeo, que utilicé en el post anterior, esto del “rescate blando” de nuestro sistema bancario puede ser visto como combate nulo o, más exactamente, como una derrota de España/Rajoy por puntos, pero no por K.O.

En todo caso, el “rescate”, aunque sea “blando” (es decir, para entendernos, insisto, no como el de Grecia, Irlanda o Portugal), señala definitivamente al sistema financiero español (o, mejor, a la realidad de ese sistema) como la almendra de nuestra crisis dentro de la economía mundial. Así, se comienza a poner fin al desastre por donde empezó: por bancos y cajas. Como en todo el mundo. Los efectos de la grandiosa burbuja inmobiliaria en nuestras cajas y bancos, impulsada decisivamente por el sistema financiero de los EE.UU., con sus hipotecas subprime, sus “ninjas”, etc. son, a fin de cuentas, la debilidad económica española que determina el rescate. Como  se lee en el Romance de la muerte del Rey Don Rodrigo, se castiga a España “por do más pecado había” (y, como suele ocurrir, pagan justos por pecadores).

Pero no han sido sólo bancos y cajas de ahorros los pecadores. La “clase política” -en la que están tirios y troyanos, pero más que nadie ZP/PSOE & friends- ha jugado un papel decisivo, de coautores. El Banco de España (BDE), puesto en las manos partidistas del Sr. Fernández Ordóñez, continuó desoyendo los informes de sus propios inspectores acerca de la excesiva implicación financiera con la construcción (no tanto, aunque también, con los compradores de viviendas a base de crédito hipotecario, como con constructores o promotores inmobiliarios). Fue la “clase política” -tirios y troyanos- la que corrompió muchas cajas de ahorros y propició que financiasen barbaridades. Y fue “clase política” entera la que impulsó, seguramente con la complicidad de agentes económicos, no el desmantelamiento de las cajas corruptas, sino su fusión y conversión en bancos. Esto se hizo contra dos evidencias: la primera, que las cajas, en sí mismas, no eran un mal invento, sino uno buenísimo para el crédito de millones de ciudadanos y por sus fines sociales en lugar del dividendo; la segunda, que de la suma de tres (o seis) cosas malas no puede resultar una buena. Ni los políticos, ni los financieros que vieron algún negocio en ese pésimo tratamiento de las cajas, hacieron caso de esas evidencias. Añadan a esa situación, como catalizador, el pésimo manejo, en fondo y forma, del caso Bankia y la sospecha de que la sobreexposición “al ladrillo” es mayor de lo que parece y empezamos a tener descrito, a grandes rasgos, el panorama que hoy determina el “rescate”. Falta sólo añadir el fracaso de los reguladores, porque no ha sido sólo el BDE, quien ha fallado. También la Comisión Nacional del Mercado de Valores (que, p. ej., no vió problemas en la salida a bolsa de BANKIA) y, aunque en otra medida, hasta los vigilantes de la competencia. Por último, un papel no despreciable ha jugado también la misma UE, una vez reconocida la crisis: ¿o acaso debemos olvidarnos por completo de los “test de estrés” bancario, organizados y avalados por la UE, a que se sometieron las entidades financieras españolas? El Banco Central Europeo (BCE) no está exento de alguna culpa, por más que las cajas de ahorros no fuesen sometidas a esos “test”.

En todas partes cuecen habas, me reafirmo. La implicación de los grandes agentes económicos con la clase política no es cosa solamente española. En el origen histórico de este desastre mundial, en los EE.UU., ha sido y es igualmente decisivo el papel desempeñado por la Casa Blanca, el Capitolio, la Securities and Exchange Commission (SEC) y el Sistema de Reserva Federal (FED). No lo digo yo: era la conmixtión o la simbiosis de Capitolio, White House y Wall Street lo que, en su campaña electoral, Obama prometió liquidar y no ha liquidado, sino continuado (como Guantánamo). Ocurre, eso sí, que aquí, en España, la simbiosis ha sido y es muy grosera y ha habido abundancia de analfabetos económicos manejando dinero y tomando decisiones. En los EE.UU., en cambio, muchos agentes económicos y muchos buenos cerebros han intervenido y siguen interviniendo (via “lobbys”, fundaciones, introducción directa en ámbitos de poder, etc.) para que el complejo político-financiero (en gran medida corrupto) no llegue a desmadrarse en ningún sentido (aunque aun así, ha habido grandes y notorios desmanes). Aquí esos agentes no han existido ni existen con la misma fuerza y capacidad de influencia, porque fundaciones, servicios de estudios, etc., además de no contar con los inmensos recursos de sus analogados norteamericanos, no tienen una relación tan estrecha y fuerte con quienes deciden como en los EE.UU.

No hace muchas horas, un amigo extranjero, que ha vivivo muchas crisis en otros países y conoce muy bien España, me hacía notar su asombro al estar comprobando en estos días cómo muchos empresarios (llamésmosles así) españoles siguen aún en la idea de que nuestra crisis, con ser muy grave (incomparable con otras anteriores), era o es un paréntesis. Toda su preocupación es cuándo terminará, para cerrar el paréntesis y, por supuesto, seguir de inmediato más o menos como hasta ahora.

Y no. Esta crisis no es como un paréntesis. Es el final de una época, marcada por muchos factores, totalmente desechables (el primero la "cultura del pelotazo", muy lejos de su extinción). España sigue y no deja de ser y de tener, tras el “rescate blando”, lo que es y lo que tiene, positivo y negativo, antes del “rescate”. Hay que seguir adelante, sobre las bases reales y aprovechando algunos efectos benéficos, pero con algo distinto, con emprendedores renovados y con metas y mentalidades cualitativamente distintas y, por supuesto, mejores.

Pero temo que, lamentablemente, falte visión de conjunto y de futuro. Temo muy mucho que con el “rescate blando” no haya catarsis suficiente. Se hundirán tinglados insalvables y eso no estará nada mal, pero ¿qué hará la clase política? Bien puede ocurrir que el Gobierno y el PP no sepan explicar lo que ha ocurrido y lo que se ha logrado, para lo que, bien miradas las cosas, tendrían que reconocer y entender dónde se han dado tantos pasos erróneos, por omisión y por acción. El PSOE está perdido, sin el menor sentido del Estado. A los primeros les puede dar por intentar sacar pecho, ponerse medallas y creerse genios, con lo que no habrá enmienda de tantas cosas que enmendar. Del PSOE/Rubalcaba sólo cabe esperar que digan ahora lo contrario de lo que dijeron e hicieron. Pero también sería malo que, a unos y otros, con el inestimable “apoyo” de muchos “medios” ignorantes e irresponsables,  les diese por considerarse (por considerarnos a todos) perdedores sin remedio, españoles irredentos e irredimibles, que es el mantra de tantos neoregeneracionistas de vía estrecha. Entonces, el desaliento general ya instalado no tendrá alivio y, en el plano de la politica, se abrirá la búsqueda de chivo o chivos expiatorios (incoada ya en voz baja dentro del PP). Se pedirá -ya se está pidiendo- que rueden cabezas, bajo la bandera de las responsabilidades. Ésta es una película muy vista y con muchos remakes, todos ellos muy vistos.

No seré yo, que llevo tiempo insistiendo hasta la pesadez (lo reconozco) en el terrible fallo del principio de responsabilidad y del sistema de responsabilidades, sospechoso de preferir e insinuar que las cosas sigan como están, ocultas e impunes, sin vigencia de ese básico principio de nuestra vida social y con un sistema de penosa ineficacia para la declaración de responsabilidad y sus consecuencias. Pero ocurre que la rápida determinación de cabezas de turco y de chivos expiatorios no es otra cosa que un escarnio del principio de responsabilidad y un burdo remedo del sistema para exigirla. Es un ajuste de cuentas mafioso. Un apaño interno de la clase política. No es eso lo que necesita el país.

Así que lo prioritario para lo que pueda quedar de sano entre nuestros dirigentes políticos y sociales (verán que admito que algo quede sano:  aún tengo optimismo) es sentar las bases del cambio en la banca y en la política, con una determinación tan grande como la serenidad y la prudencia. Las responsabilidades deben ser determinadas con toda seriedad y las reformas que faltan han de pensarse muy bien (nada de torpes ocurrencias, como hasta ahora) y, una vez bien pensadas, deben debe acometerse sin demora. Si lo que podríamos llamar, en términos clásicos, la pars sanior (la parte más sana o simplemente sana, pequeña, pero aún con poder) de la política no se refuerza con gente seria y es desbordada por la turbamulta de nuestros ganapanes políticos (principales elementos de la desconfianza mundial, ya desacreditados ante nuestra ciudadanía) y si el Sr. Rajoy no rectifica criterios y actitudes claramente equivocados que ha venido manteniendo -como el de no preocuparse por las responsabilidades, el de pontificar sobre el estado de nuestro sistema financiero, que no conoce, o el de querer ser él mismo la cabeza y el portavoz en matería económica-, ya no me alegraré de que no intervengan a España. Al contrario, saldré a saludar con banderita a esos “hombres de negro” de la troika interventora (¡no le va el humorismo, Sr. Montoro!), como salían a saludar a “los americanos” los paisanos de Villar del Río (Guadalíx de la Sierra), encabezados por su alcade, el inolvidable Pepe Isbert, en la extraordinaria película “Bienvenido, Mr. Marshall”.

Diré otro día mi opinión sobre las debilidades más claras de este Gobierno, que tiene que reforzarse (o caerá). Se refieren, precisamente, al sistema de determinación y exigencia de responsabilidades y a lo más elemental de la construcción de un futuro sobre bases sólidas.

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