jueves, 22 de diciembre de 2011

“DE LA EDUCACIÓN DEPENDE NUESTRO FUTURO”: LOS MALOS AUGURIOS DE ESTA PROCLAMA


EN LOS TIEMPOS DEL “PERFIL”, UN MINISTRO DESPERFILADO


El grado de adhesión al líder es inversamente proporcional al conocimiento que se tiene de él”. Escuché esta frase, no recuerdo de labios de quién, hace muchos años. Me pareció entonces muy certera y nada me ha hecho cambiar de criterio: todo lo contrario.

D. José Luis Rodríguez Zapatero (ZP) comenzó a ejercer como Presidente del Gobierno (el “Gobierno de España”) con un alto grado de adhesión dentro y fuera de nuestras fronteras. Parece ahora muy claro que correspondía al escaso conocimiento que se tenía de alguien que, bien mirado, sólo había sido en su vida, legislatura tras legislatura, un Diputado del montón, obediente pulsador de los botones cuando tocaba votar. ZP se ha despedido con un altísimo grado de rechazo –decisivo para el triunfo del Partido Popular- porque la ciudadanía sabía ya mucho más que suficiente sobre las carencias y las manías del sujeto y sobre las devastadoras consecuencias de su inanidad y de la de sus acompañantes (por cierto, más cambiantes de lo habitual: a unos cuantos les pareció insufrible hasta la apariencia de subordinarse a semejante paradigma andante de estulticia y fanatismo).

A estas horas ya han tomado posesión los Ministros del Gobierno presidido por D. Mariano Rajoy. Por simples motivos de edad, no puedo aplicarles la máxima con la que he arrancado este “post”. Conozco personalmente a varios Ministros, pero, a casi todos ellos, muy poco. Y lo mismo tengo que decir del Presidente. De manera que no influyen en mi impresión las experiencias y recuerdos que, en cambio, otros tendrán por haber acompañado durante cierto tiempo a los nuevos gobernantes. Por lo demás, no me parece que, pasadas sólo unas horas desde que han tomado posesión (¡qué enorme anacronismo, Dios mío, el de las “tomas de posesión”!), sea un momento apropiado para transmitir críticas u objeciones. No se trata de que haya unos cuantos días en que no importe lo que hagan u omitan los gobernantes, días inhábiles, como si dijéramos, según un intocable protocolo consuetudinario. De lo que se trata es de evitar, por prudencia y justicia, juicios (incluso provisionales) precipitados y de esperar a conocer sobre los nuevos gobernantes algo más que la información sobre su trayectoria pasada, pues, en rigor, hay que dejar espacio y tiempo para la rectificación incluso si los antecedentes no son buenos.

Con todo, hay un elemento muy desconcertante, sin paliativos, en el nuevo Gobierno, en especial si se tiene en cuenta el duro esbozo de la situación educativa de España contenido en el discurso de investidura del Sr. Rajoy. Llevamos ya bastante tiempo con la moda de los “perfiles”: “perfil alto”, “perfil bajo”, “no me das el perfil”, “encajas en el perfil”. El "perfil" vale para todo: desde entrenador de fútbol (el benemérito Del Bosque no encajaba, según D. Florentino Pérez, en el “perfil” propio del Real Madrid) hasta Secretario General de la ONU, pasando por las plazas de Profesores Titulares de Historia Contemporánea o de Teoría de la Comunicación Espontánea I, materias susceptibles de innumerables “perfiles”. Pues bien, dado que, nos guste más o menos o nada, estamos en el mundo de los “perfiles”, es imposible resistirse al pensamiento de que un especialista en sondear a la opinión pública no da el “perfil” mínimamente adecuado para ser el nuevo “Ministro de Educación, Cultura y Deportes”.  Me refiero a D. José Ignacio Wert. Vean su perfil según tres periódicos nacionales:




Habrá quien piense que mi criterio es que para ser Ministro de Educación (dejemos ahora la cultura y del deporte) hace falta ser Catedrático de Universidad. Pues no. De ninguna manera. En lo que podría ser mi gremio -que no existe siquiera- hay una muchedumbre de incompetentes para casi todo y, desde luego, para gobernar cualquier entidad. No hace falta ser tampoco miembro de otro cuerpo funcionarial docente. Dentro de esos cuerpos puede haber –seguramente cabe encontrarlas, tomando precauciones- personas con “perfil” y cualidades, pero lo que resulta imprescindible es conocer a fondo al menos alguno de los diversos mundos educativos, cosa que el Sr. Wert no tiene acreditada en absoluto. Y no digo que no tenga ideas. Pero eso no basta e incluso puede ser malísimo. Porque ideas sobre la educación las tiene cualquiera (de hecho, las tiene todo el mundo) y no les han faltado ideas a los diversos responsables del desolador panorama actual. Pero ideas buenas y hacederas son harina de otro costal. Dña. Pilar del Castillo, por ejemplo, tenía ideas. Pero ahora no hay nadie en la Universidad que no piense que hubiese sido muy preferible que no hubiera tenido ninguna y, en consecuencia, no hubiese hecho nada. Nada hubiese sido infinitamente mejor que lo que hizo.

Después, con ZP, vinieron los ignorantes a promover sin la menor crítica el “proceso de Bolonia” (o, más exactamente, lo que ciertos pedagogos, psicólogos y sociólogos declaran imperativamente ser consustancial a “Bolonia”), que está siendo como las siete plagas bíblicas. E instauraron el nuevo sistema de selección de profesorado mediante evaluación de papeles por la ANECA, gran invento de la Castillo, ejecutado por D. Ismael Crespo, un “valido” de la Ministra, apoyado más allá de cualquier consideración racional. Como se veía venir, el PSOE aprovechó enseguida la ANECA, sólo para burocratizar la vida universitaria hasta el paroxismo. Ahora, los tijeretazos están siendo brutales y la promoción del profesorado, imposible (como comprenderán a mi personalmente no me afecta). Sin ir muy lejos, mi buen Rector, D. José Carrillo, ya ha implantado en la Complutense una “tasa de reposición cero” contraria a la misma idea de la Universidad. Pero a eso lo llama “eficiencia” y a las víctimas, por osar expresar su desolación, les insultan como “insolidarios”. Resulta que los compromisos públicos de una Universidad no valen nada cuando cambia el equipo rector. ¡Toma Estado de Derecho!

El nuevo Ministro, ¿es, como sociólogo y político, de la misma “escuela” que Dña. Pilar del Castillo? Como político me parece que no, pero ¿y como sociólogo? Espero que tampoco. Y, en todo caso -aunque lo que es dar el “perfil”, no lo da- deseo fervientemente que el Sr. Wert acierte. Espero que, con la capacidad de iniciativa de legislativa y la mayoría absoluta de que disponen, eliminen la actual evaluación de la ANECA y no permitan que crezca más y más la “bolsa” (¡otra “bolsa” más!) de “acreditados sin plaza”, de reconocidos sin reconocimiento. En este momento prenavideño, uno puede permitirse ilusiones poco fundadas.

Son poco fundadas, sí, porque está muy visto y muy experimentado: cuanto más afirman y repiten algunos que de la educación depende nuestro futuro, competitividad incluída, menos les importa en realidad la educación.

A todos los seguidores y visitantes de este "blog", ¡FELIZ NAVIDAD!

5 comentarios:

Sinretorno dijo...

Feliz Navidad Maestro. Por qué no abundaen el anacronismo de todas estas prácticas de juramentos, tomas deposesión, etc. Que piensa de gallardón en Justicia???Por favor no me deje así.

Sinretorno dijo...

Más, la Universidad va hacia algún sitio??? En Derecho no sería mejor que los propios bufetes formen a sus abogados??, lo que de hecho está pasando???

Andrés de la Oliva Santos dijo...

Feliz Navidad, mi buen amigo "sinretorno". Opinaré sobre el nuevo Ministro de Justicia cuando tenga elementos de juicio.

No soy partidario de que cerremos las Facultades de Derecho y volvamos a las escuelas particulares. Que los bufetes proporcionando elementos para una formación jurídica básica no es cosa que me conste como una realidad. Hay grandes bufetes que proporcionan cierta formación especializada y práctica a jóvenes graduados y a buena parte de sus miembros. Me parece que estamos muy lejos de que las corporaciones de profesionales sustituyan a las Facultades de Derecho, por muy malas que sean (que no lo son todas ni en todo).

graduado escolar dijo...

Ahora mas que nunca debemos de involucrarnos TODOS en la educación de nuestros futuros profesionales, no podemos dejarlo solamente en manos de las autoridades, desde el hogar tenemos que preocuparnos por impartir los valores y principios necesarios para formarlos con excelencia.

José Ramón Manzanares Codesal dijo...

Muy feliz Navidad, don Andrés. Un placer leerle