jueves, 18 de febrero de 2010

DINERO PÚBLICO PARA COCINEROS Y “ESTUDIOS FEMINISTAS”


ENTRE EL SURREALISMO Y EL BOCHORNO

Es sumamente conocido, aunque es probable que no todos los lectores de este “blog” lo sepan, que el Ministerio de Ciencia e Innovación decidió, en octubre de 2009, conceder directamente una subvención de 7 millones de euros a la entidad Basque Culinary Center Fundazioa para la puesta en marcha del proyecto Basque Culinary Center. De esta Fundación, nos dice el preámbulo del Real Decreto, son socios fundadores, además de la Mondragón Unibersitatea, “una generación de cocineros pioneros de la alta cocina española: Pedro Subijana, Andoni Luis Aduriz, Juan María Arzak, Martín Berasategui, Eneko Atxa, Hilario Arbelaiz y Karlos Arguiñano.” El Real Decreto 1640/2009, de 30 de octubre, por el que se establecen las normas reguladoras de la subvención de concesión directa a la entidad Basque Culinary Center Fundazioa para la puesta en marcha del proyecto Basque Culinary Center, es firmado, junto al Rey, por Dña. Cristina Garmendia Mendizábal, “Ministra de Ciencia e Innovación”, y puede consultarse íntegro mediante el siguiente enlace:


Hay un precioso párrafo primero del RD sobre las ciencias gastronómicas y luego siguen otros párrafos, de menor belleza, pero bastante sustanciosos, sobre el proyecto “Basque Culinary Center” y su enlace con fondos del llamado PlanE y la dotación del “Fondo Especial del Estado para la Dinamización de la Economía y el Empleo, cuya finalidad es financiar actuaciones de inmediata ejecución, en el ámbito de determinados sectores productivos estratégicos, para el desarrollo de proyectos con alto impacto en el mantenimiento y creación de empleo.” Lean cómo se reciben de inmediato 7 millones de euros (bastante más de mil millones de las antiguas pesetas) para "cubrir gastos de obra, infraestructuras, equipamiento, personal, suministros, servicios, gastos generales y otros gastos directamente relacionados con la puesta en marcha del proyecto”, que habrá de estar ejecutado el 31 de diciembre de 2010. Dice el RD que “el pago de la subvención se realizará a favor de la entidad beneficiaria en el ejercicio presupuestario 2009, por anticipado y sin necesidad de constituir garantía”. O sea, que ya deben haberse puesto a la labor.

Siempre me ha parecido -y no voy a cambiar ahora de parecer- que practicar una buena cocina está directamente conectado con varios de los principales mandamientos de la Ley de Dios. Y algunas experiencias personales (concretamente en “Akelarre” y “Arzak”), por desgracia lejanas en el tiempo, me permiten considerar a los cocineros expresamente nombrados, si no merecedores todos ellos del Premio Príncipe de Asturias (en “Ciencias Sociales”, p. ej.), desde luego sí claros acreedores de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio. Si no la poseen ya, concédaseles a estos señores, sin la menor vacilación, en el próximo Consejo de Ministros hábil. Pero una subvención así, en los tiempos que corren, además de prestarse a gracietas sobre las cocochas y el bacalao al pil pil, es algo que clama al Cielo. Es paradójico, sí, porque estos “pioneros de la alta cocina española” (algo está cambiando, ¡ojo!: ¡se considera acertadamente “cocina española” lo que hacen estos esforzados y geniales vascos!) practican profesionalmente un Mandamiento divino que casi resume toda la Ley y los Profetas. Pero la subvención, no obstante, clama al Cielo. Y de ahí la espectacular paradoja. Veo claro que los comentarios huelgan. Sólo añadiré que el Cielo les ayude a ellos para que sus actuaciones “de inmediata ejecución” tengan “alto impacto en el mantenimiento y creación de empleo”. Y que el Cielo nos ayude a nosotros con una copiosa infusión, asimismo inmediata, de dosis adicionales de aguante (como rezaba aquél: “Dios mío, dame paciencia, pero ¡ya!”).

Otrosí digo: no se conceda subvención alguna por ningún Ministerio para un Catalonian Culinary Center o cosa parecida, por mucho que lo interesen D. Ferrán Adriá y otros distinguidos restauradores, como los del 'El Celler de Can Roc, en Girona, p. ej.. Primero, porque se deben haber acabado los fondos y, segundo, porque seguramente se los puede conseguir el “honorable conselller” competente gracias a las relaciones internacionales de la Generalitat de Catalunya. Pero es que, en tercer lugar, la deconstrucción de la tortilla de patatas y la butifarra, p. ej., así como la gelificación del cava y el champagne y, en general, la constante mutación de los estados naturales (sólidos, líquidos y gaseosos) de los alimentos en estados distintos, con sabores diferentes e inefables, está, ¡quién osará dudarlo!, a la vanguardia de la cocina internacional (o, mejor, planetaria), pero la verdad es que no se trata de cocina española y el “Gobierno de España” no está en estos días como para ofender ni provocar.

Hoy mismo publican destacadamente muchos “medios” la noticia de otra subvención, ésta de mucho más modesta cuantía (son sólo 26.597 euros), concedida por el Instituto de la Mujer a Dña. N.M.A, de la U. C., para “Elaboración de un Mapa de Inervación y Excitación Sexual en Clítoris y Labios Menores; aplicación en Genitoplastia”. Los “medios” han omitido lo de “aplicación en Genitoplastia” y la cosa, así mutilada, queda francamente fea. Aunque con las tres últimas palabras tampoco es que pasemos a un escenario de radiante belleza. A mí incluso me sigue pareciendo feo gastarse 26.597 euros en un mapa que sería aplicable a operaciones quirúrgicas raras. Un pudor -seguramente cavernícola, pero es el mío; es mi respeto a la sensibilidad de los lectores, en mi blog- me impide extenderme en la fealdad de la genitoplastia. Y no entiendo para qué pueden necesitar de un mapa previo unos pocos cirujanos que practiquen la genitoplastia. Es decir, no veo qué verdadera aplicación puede tener el mapita ése, como no entendería que alguien propusiera la confección de un mapa de la morfología, estimulación y movilidad de la víscera cardíaca para su aplicación en Cardiocirugía. Supongo que nadie necesita un mapa para hacer Cardiocirugía. Supongo que esos cirujanos conocen a fondo la víscera. Pero todo esto, lo digo en serio, deben ser, a buen seguro, limitaciones de un tipo de Letras como yo, porque se ha de señalar que Dña. N.M.A. es una respetable Profesora Titular de la Facultad de Veterinaria de la U. Complutense, que tiene en su haber, entre otros méritos relativos, p. ej., a la anatomía vascular de animales domésticos, innovaciones pedagógicas mediante trabajos de plastilinización, pasando por estudios sobre estrógenos, labia minora y clítoris and prepucial gland structures, así como clytoral sexual arousal: An Immunocytochemical and Neuronal Tracing Study, trabajos realizados en el Lake Erie College of Osteopathic Medicine y aceptados para publicar en BJUI (British Journal of Urology). Y ella sabrá, digo yo. Sabrá, ante todo, respecto de qué especie del planeta quiere hacer el “mapa”. Es el BOE el que ha resultado en exceso escueto y, por esa concisión, promotor de incomprensiones, imprecaciones, picardías y francas rijosidades, aquí evitadas.

No, si Vds. quieren saber algo completo y verdaderamente significativo sobre subvenciones para “estudios feministas” en los tiempos que corren, no se queden en esa noticia más llamativamente destacada por los “medios”. Consideren, más bien, que probablemente ese proyecto, aunque suene mal, es de los más fundados. Lean el BOE del 16 de febrero de 2010, págs. 14529-14530, y verán lo que es bueno. Lean y verán cómo se subvenciona hasta con 50.000 euros algunos estudios que apestan a camelo. Les facilito el enlace directo:


Pero, como muestra, ahí van algunos proyectos galardonados:

Topografías domésticas en el imaginario femenino. Una visión comparativa, transnacional y hemisférica.”: 15.107 €; “Reparaciones europeas contemporáneas y memoria de la esclavitud: esclavas negro-africanas y españolas abolicionistas (siglos XVI al XIX)”. 22.767 €; “Perspectiva de Género en la Negociación Colectiva: Análisis Interdisciplinar.” 34.091 €; “La construcción cultural del tiempo desde la perspectiva de género: de la conciliación a la corresponsabilidad.”: 50.000 €.

El Ministerio de Igualdad ha dispuesto anteayer de un total de 800.000 euros para estos y parecidos asuntos. Lo del proyecto Basque Culinary Center septuplica ampliamente las subvenciones del Instituto de la Mujer. Y encima los cocineros citados son todos varones. Lo son, genética y biológicamente, se entiende, porque, desde una perspectiva de género, las subvencionadas (y un subvencionado) por el M. de Igualdad serán culturalmente del género que quieran y otro tanto, siempre desde esa perspectiva de género, serán del género que deseen los Pedros, Andonis, Enekos, Juan Marías, Hilarios, Karlos, etc. Pero al margen de una eventual recolocación de los géneros de las investigadoras y de los investigadores, a base de cultura (“la mujer no nace: se hace”), me parece mucho más serio (aunque sea mucho más caro) el Basque Culinary Center (BCC) que los mapas, las topografías, las perspectivas, etc., del Ministerio de Igualdad. Y no dudo de que, antes o después, el BCC (sin siglas no hay vida) puede tener infinitamente más eficacia de dinamización económica y de mantenimiento y creación de empleo.

Lo que no sé yo decir es de qué genero somos los espectadores de este “show” de subvenciones, no desde la perspectiva de género, sino en un plano, más elemental, meramente cívico y tributario. Somos los “paganos”, desde luego. Y como, aunque nos traten como a tontos rematados, tontos no somos, me parece que somos del género víctimas y víctimas no de un leve maltrato, sino de un trato semejante a los “inhumanos y degradantes” que nuestra Constitución prohibe. Resulta insuperable el bochornoso surrealismo de estas páginas del Boletín Oficial del Estado (que corresponden a realidades confrontables con la penuria y los apuros de tantos; mejor no hablar de agravios comparativos a miles de investigadores, universitarios o no). Debemos avisar, por enésima vez, que estamos hartos. Estamos -yo, al menos, confieso estar- al borde del tiranicidio. La justificación teórica la tengo casi terminada. Donde ando mal, muy flojo, es en los aspectos técnicos. Y también en el cálculo de la utilidad. En fin, veremos.

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