lunes, 4 de octubre de 2010

¿HA PERDIDO TRINIDAD JIMÉNEZ LA CANDIDATURA SOCIALISTA A GOBERNAR MADRID A CAUSA DE LOS “COMPAÑEROS” Y “COMPAÑERAS” FUMADORES Y FUMADORAS?


UNA CONJETURA RESPETABLE DESDE LA MINORÍA PERSEGUIDA
(y una posibilidad política: el Partido de los Fumadores de España: PFE)

Como saben los lectores asiduos de este “blog”, en la Comunidad Autónoma de Madrid, de ámbito territorial coincidente con el de la provincia de Madrid, se presentaba a elecciones primarias para la candidatura a la Presidencia de esa Comunidad, con el público e inequívoco apoyo de Rodríguez Zapatero (en adelante, ZP), la actual Ministra de Sanidad del llamado “Gobierno de España” (en adelante, GdE), Dña. Trinidad Jiménez (en adelante, TJ, que, en inglés, queda muy bien: “ti yei”). Enfrente, D. Tomás Gómez, Secretario General del Partido Socialista de Madrid, PSM, sucursal territorial del Partido Socialista Obrero Español, PSOE. Pues bien: como saben, con una participación del 81% del electorado (los militantes del PSM), ha ganado el Sr. Gómez, que obtuvo el respaldo del 51,71% de los votos (7.613 votos) frente al 48% (7.055 votos) obtenido por Trinidad Jiménez, TJ.

Desde las 22.00 horas del día 3 de octubre, no cesan los comentarios sobre las claves de la derrota de TJ. Hay coincidencia total en que ZP no ha salido bien parado del lance en que voluntariamente quiso meterse. [Incidentalmente: en los últimos tiempos es algo habitual en ZP no salir bien parado de ningún lance, sean los “charcos” en que chapotea indebidamente por no se qué extraña afición (una mala afición, es decir, lo que se llama, desde siempre, un vicio), sean situaciones en las que le coloca su condición de Presidente del GdE. Cuando se dedicaba a pronosticar ganadores en elecciones extranjeras, se equivocó con Segolène Royal frente a Nicolas Sarkozy (Francia) y con Schröder frente a Angela Merkel (Alemania). Sólo acertó con Obama, lo que no tenía mucho mérito. Hace unos días, ZP habló en Nueva York con los miembros del Consejo Editorial del “Wall Street Journal” (WSJ) y, poco después, el WSJ ponía de vuelta y media la situación económica española en un tremendo video (quizás injusto comparativamente, pero ya se sabe a qué juega el WSJ: a disimular la situación económica de los EE.UU. y mejorarla, como sea). Si les interesa, véanlo con este link: http://www.cotizalia.com/en-exclusiva/street-journal-ataca-espana-20101001-58877.html. Ahora, metido a promotor de elección interna de su propio partido, ZP ha quedado mal al apoyar a TJ, que ha perdido y al movilizar el aparato central del PSOE en contra de Gómez, que ha ganado.]

Va a ser larga la discusión acerca del sentido de la derrota de TJ en lo que concierne a ZP. Las interpretaciones oscilan entre un triunfo intrasocialista del postzapaterismo (la derrota de TJ iniciaría el fin de ZP desde y en el mismo PSOE) y la mayoritaria desafección del socialismo madrileño hacia las candidaturas propulsadas desde las “alturas”.

No sé quién acierta más o se equivoca menos en ese arco de opiniones. Pero me parece que cabe una conjetura hasta ahora inédita, porque sí sé que el día 23 de septiembre de 2010, el periódico EL MUNDO publicaba un artículo interesante bajo este titular:

EL 78% DE VOTANTES DEL PSOE DEFIENDE ZONAS PARA FUMAR”.

Después, venía el subtítulo y el texto que reproduzco literalmente en lo que aquí interesa:

• El 16% pensará su voto si se eliminan de los locales públicos.

“A la inmensa mayoría de los ciudadanos que dicen votar al PSOE no le gusta que el Gobierno, con la ministra Trinidad Jiménez a la cabeza, quiera eliminar las zonas de fumadores de los bares, restaurantes y otros locales públicos. El 77,8% de ellos está de acuerdo en que exista un área para fumar, «separada y debidamente acondicionada», frente al 21,2% que se opone, según una encuesta realizada por la empresa Opinática.”

“Para el 15,9% de los votantes socialistas, este asunto es tan importante que, en el caso de que llegue a ser una realidad -y todo apunta a que así va a ocurrir-, pensará en la posibilidad de votar a otro partido en las próximas elecciones, según el sondeo al que ha tenido acceso EL MUNDO. El 80,9% no se plantea esa posibilidad.”

“Entre los votantes del PP, el 84,1% quiere que permanezcan las zonas de fumadores como en la actualidad y sólo el 13,8% no está de acuerdo.”

“Los votantes del partido de Mariano Rajoy son más reacios a cambiar su voto. El 12,9% pensaría en votar a otro partido si ve que los diputados populares apoyan esta medida, mientras el 83,3% de los encuestados no piensa hacerlo.”

“En general, la mayoría de las personas consultadas defiende la permanencia de las zonas de fumadores, tanto las mujeres como los hombres, los más jóvenes y los de más edad y los habitantes de ciudades pequeñas o de grandes núcleos urbanos. El porcentaje aumenta algo en las poblaciones de más de 50.000 habitantes y entre los jóvenes de 18 a 29 años.”

“La encuesta ha sido realizada mediante llamadas telefónicas efectuadas a 1.000 ciudadanos mayores de 18 años, de los que el 24,4% se confiesa fumador y el 75,6% dice que no lo es.”

Opinión generalizada” [entradilla]

“La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, se encuentra con este panorama ante las elecciones primarias que se van a celebrar entre los 18.000 afiliados al PSOE en Madrid, que deberán elegir si es ella la candidata por esta comunidad autónoma en las próximas elecciones autonómicas o el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez."

“En la Comunidad de Madrid, el 15,6% de los votantes del PSOE está dispuesto a cuestionarse su voto si prosperan las medidas que promueve el Gobierno, frente al 76,8% que no lo hará.”

Si se cree algo en las encuestas -no hace falta una credulidad como la de los políticos, determinante, sin ir más lejos, de que ZP avalase a TJ-, se aceptará que mi conjetura sobre la derrota de TJ (y el mal paso de ZP) está mucho más sólida y respetablemente fundada que otras muchas, publicadas por los medios a diario. Cabría decir incluso, lacónicamente: “blanco y en botella”. La diferencia entre el Sr. Gómez y TJ no ha sido del 15'6%, pero sucede que Gómez no defiende a la minoría viciosa y enferma a la que pertenezco y sólo se ha distinguido menos que TJ en su pasión por convertirnos o aniquilarnos.

Ya puestos, quiero aprovechar la ocasión para decir varias cosas, que se deben relacionar entre sí:

1ª) Que hay fumadores y fumadores. Algunos pueden dejar de fumar sin mayores consecuencias. Para otros, no pocos, dejar de fumar acarrearía (acarrea) peores consecuencias para su salud que continuar fumando. Lo que resulta inaceptable, médicamente, es negar en redondo y de modo absoluto (como lo hacen) que dejar de fumar, tras un prolongado fumeteo o fumeque, está desprovisto de cualquier consecuencia negativa para la salud. No. Es acertado lo que, por ejemplo, me tiene dicho mi médico de siempre (que no fuma y nunca ha fumado): “no te preocupes por eso: sigue fumando” Esa relatividad y esa individualización se corresponden con aquello, atribuido a Marañón (y a otros), de “no hay enfermedades, sino enfermos”. Y, siempre como dicen los médicos, si no están descritos los efectos de la abstinencia de fumar es por pura y cochina corrección política y/o social, no porque esos efectos no existan y no se hayan podido describir. Los posibles efectos adversos (o contraindicaciones) de dejar el tabaco son diferentes en unos y otros, pero se han comprobado y resultan mucho más claros que bastantes de los que aparecen en los prospectos de infinidad de medicamentos (que, por cierto, muchos de ellos describen, a la vez, como posibles efectos colaterales, el estreñimiento y la diarrea, la somnolencia y el insomnio, la tristeza y la euforia excesiva, etc.)

2ª) Que, informados como estamos los fumadores de los riesgos (en general, se trata de riesgos) del consumo de tabaco por vía de inhalación del producto de su cremación, tenemos tanta capacidad y tanto sentido de la responsabilidad para velar por nuestra propia salud, como capacidad y sentido de responsabilidad para elegir a nuestros representantes mediante sufragio universal, libre y secreto. No se debe suponer que tenemos menos sentido de responsabilidad sobre nuestra salud que el individuo con alto colesterol, el que se pasea “a cuerpo” en pleno invierno o el que practica la escalada libre a partir de una cierta edad. Por eso, resulta difícil entender que, sin mediar sentencia judicial, se trate a todos los fumadores como a sujetos incapaces de gobernarse a sí mismos, a diferencia del abstencionista electoral recalcitrante, al que no se le obliga a votar (no, al menos, en España y en muchos países occidentales), del que registra colesterol alto y se atiborra de chistorra sin que nadie se lo impida eficazmente o del que se expone a pulmonías, neumonías o, al menos, severos resfriados, que no se ve constreñido, bajo pena de multa, a ir convenientemente abrigado por la calle si la temperatura desciende por debajo de los 11 grados centígrados (siendo así que resfriados y pulmonías, etc., son causa de mucho gasto sanitario y demasiadas bajas laborales).

3ª) Que los fumadores no queremos molestar a los no fumadores (conviertiéndoles en eso que se llama “fumadores pasivos”) y ni siquiera a otros fumadores. Ni a los niños ni a las embarazadas. Lo que decimos es que la ciencia y la técnica permiten hoy separar y aislar espacios y destinar algunos, casi en todas partes (y, desde luego, donde lo quieran los dueños de los espacios), a lo que llamaría, a ver si me entienden, fumeteo consentido entre adultos. Asimismo, no es pensable que, para no molestar a los no fumadores, sea necesario prohibir que un empresario de la restauración planee un bar, restaurante, cafetería, etc., con empleados fumadores (o a los que el humo del tabaco no les moleste y lo acepten, como lo aceptan al ir al campo de fútbol), de modo que ese empresario no pueda abrir o mantener abierto su establecimiento para fumadores (total o parcialmente).

Están soltando, a veces con el patrocinio de industrias (como Nycomed, p. ej.) del parche y de los chicles (totalmente desaconsejables por el riesgo grave de perforación gástrica, esofágica, etc.), algunas mentiras descomunales. Una de ellas, sólo una, es que la restauración (bares, tabernas, restaurantes, hoteles, etc.) quiere la prohibición total del consumo de tabaco o no va a verse afectada por esa prohición. Frente a encuestas pura y simplemente falsas, el mercado dice la verdad. Y no está la situación para que, en España, padezca o se hunda el negocio de la restauración. ¿Qué TJ y el GdE y la oposición (¡) no me creen? Hagan la prueba: dejen elegir a los empresarios y verán cuántos cierran por seguir permitiendo fumar y cuántos abren nuevos establecimientos para no fumadores. Si TJ y sus mariachis farmacéuticos y anti-tabaco tienen razón, cerrarán bastantes de los primeros y abrirán muchos de los segundos. Así, pues, todos contentos.

Ya sé, por supuesto, que en Nueva York se plantean prohibir fumar en Central Park, en las aceras y en todas partes. Pero, dejando a un lado el paisaje urbano y el sky line neoyorkino (por cierto: ¿cómo sería, en su momento, la costa de Manhattan?) y, sobre todo, los musicales de Broadway, ¿quién dice que tengamos que imitar a Nueva York? Hay que ir a menudo a Nueva York, pero no hay que imitarlo.

¿Un Partido de los Fumadores de España (PFE)?

Lo que va a ser necesario es pensar más seriamente en un Partido de los Fumadores de España (PFE). Ya esiste uno de los no fumadores. El PFE tendría grandes activos: el programa electoral podría ser muy concreto, muy claro y perfectamente factible (exactamente al revés que el de los demás partidos). La financiación, transparente, no faltaría. Y ¿no sería mejor que la minoría fumadora fuese la famosa bisagra y no otras minorías, respetables, pero no más que la nuestra? Queridos fumadores respetuosos con los no fumadores: repasen el artículo de EL MUNDO que he transcrito, hagan cálculos con las estadísticas y muévanse o, al menos, den señales de vida.

1 comentario:

Aguador dijo...

Estimado D. Andrés:

a) Referente a las primarias, si lo que Mr. Bean pretendía era que ganara su candidata, lo que debería haber hecho es apoyar calurosa e incondicionalmente al camarada Gómez Franco. Siendo como es del dominio público su mal fario (John Kerry, los citados Schröder y Royal, pero también Romano Prodi, Miguel Sebastián, Maragall... y alguno más), la jugada le hubiera salido redonda y el camarada Gómez Franco hubiera salido por piernas de las primarias.

Le dejo este vídeo de ejemplo, por si no lo conoce:

http://www.youtube.com/watch?v=Rmu16cqT5XA

b) En cuanto a lo del fumar, le diré que no soy fumador, pero tampoco recalcitrante. Mientras no me echen el humo a la cara no tengo problema. Por esa regla de tres, que prohíban la bebida, que tan perniciosos efectos tiene sobre nuestra juventud. Pero ni éste ni ningún Gobierno prohibirán el tabaco o el alcohol: la recaudación vía impuestos especiales es importante, y mucho más ahora que este Gobierno está tieso.

Y, por Dios, D. Andrés: ¡no dé ideas! Un partido político sólo es un grupo de personas que está a la cola de vivir de las ubres públicas... ¡y de ésos ya tenemos muchos!

Saludos,
Aguador.